El tren de Cotos prepara su renovación tras 100 años de historia
Renfe ha invertido más de 60 millones de euros en seis alpinos para la línea C-9 de Cercanías, en la que Adif prevé acometer una reforma integral

La penumbra previa al alba acompañaba a los amantes de la sierra que, a principios del siglo XX, subían a pie hasta las cumbres nevadas del puerto de Navacerrada. Apenas disfrutaban de unas horas en la montaña, para luego regresar al hogar ya con la ... noche cerrada. Sus fatigas desaparecieron en 1923 , año en que nació el Eléctrico del Guadarrama , que aún hoy discurre entre pinares y robledales, atraviesa los parajes de Navalmedio y Valsaín y asciende hasta el paso de Cotos , de más de 1.800 metros de altitud.
Un siglo después , el que fuera uno de los primeros ferrocarriles eléctricos construidos en la península prepara su renovación . Renfe rejuvenecerá la flota de la línea C-9 de Cercanías , cuatro trenes que circulan desde los años 70 y 80 entre Cercedilla y Cotos. El mes pasado, el operador adjudicó a la española CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles) la compra de 31 trenes y 6 alpinos por 258 millones de euros ; el destino de los segundos, por 60,6 millones de euros (incluido el mantenimiento durante 15 años), es el tren de Cotos, único en su especie, entre otras cosas, por su vía de ancho métrico.
« Es la única línea de montaña de España , me atrevería a decir que de Europa», explica el jefe de línea y responsable del corredor del Noroeste de Cercanías, Rafael Casaos , en la C-9 desde 1985. «Empecé como auxiliar de circulación. En esa época hacíamos de todo», recuerda, esa época en la que lucían gorra y banderín, esa del «¡Pasajeros al tren!». Con los años, Casaos ha escalado en la jerarquía ferroviaria (jefe de circulación, jefe de estación, jefe de línea...), mientras la ascensión de los trenecitos rojos permanecía intacta. No obstante, el paso del tiempo ha hecho mella en esta línea centenaria , que solo ha cambiado la flota en una ocasión.

Los primeros «suizos»
Los primeros coches, las unidades 431, se granjearon el apodo de los «suizos», fabricados por la suiza Brown Boveri y CAF. Su interior de madera y su librea azul y blanca fueron jubilados en 1982, sustituidos por las unidades 442, que comenzaron a incorporarse a la línea en los años 70 y continúan hoy. «Estaban pidiendo un cambio», reconoce Casaos. «Los hemos solicitado panorámicos y con más capacidad porque en verano hay una fuerte demanda », describe.
Todavía habrá que esperar entre tres y cuatro años a la fabricación y homologación de los nuevos alpinos. Mientras, Adif tiene previsto poner coto al deterioro de la infraestructura . El proyecto, que ahora se encuentra en su fase final de redacción, consiste en una rehabilitación integral de la C-9, contemplado en el Plan de Mejora de Cercanías de Madrid del Ministerio de Fomento.
Si bien Casaos cree que los trabajos comenzarán en 2021 , Adif evita concretar una fecha. La reforma incluye la modernización del sistema de gestión de la circulación, así como la renovación de la vía y catenaria. Además, regresarán las paradas facultativas de la línea, cerradas desde hace cuatro años, que los pasajeros solicitaban con un timbre con ecos de antaño. Los trenes «volverán a parar en Sierras y Castaños, en Camorritos, en Siete Picos...» , agradece Casaos.
Con el lavado de cara en el horizonte, el histórico ferrocarril debe hacer frente a otros problemas. La pandemia , como muchas nevadas invernales, ha paralizado la C-9 . «Es una línea de recreo, ha habido muchas bajas y nuestros maquinistas están cubriendo el servicio prioritario en otras líneas generales», lamenta Casaos. ¿Cuándo volverá? «Igual puede ser “mañana”, pero se va a intentar que sea a final de año», añade el jefe de línea.
La «nueva normalidad» ha obligado a muchos madrileños a redescubrir el paisaje regional , pero este fin de semana la estación de Cercedilla continúa desangelada. «Hubiéramos tenido mucha demanda. Los fines de semana los trenes que llegan a Cercedilla están prácticamente llenos », dice Casaos. No obstante, la C-9 es más atractiva en invierno, cuando «la demanda se desborda», riadas de esquiadores invaden el puerto de Navacerrada y los billetes (por 17,40 euros, ida y vuelta) solo se pueden reservar con antelación.

Una licencia centenaria
Ya antes del confinamiento, el futuro del Eléctrico de Guadarrama era incierto. Tras casi un siglo vigentes, las concesiones otorgadas para la ocupación de estos montes públicos caducaron el pasado 17 de abril . En diciembre del año pasado, Adif remitió una carta al Gobierno regional para la ampliación del permiso durante otros 75 años. «La Comunidad de Madrid respondió a dicha misiva solicitando una documentación complementaria que ya le ha sido remitida por parte de Adif, dentro del plazo fijado», aseguran desde el administrador público.
«Adif mantiene conversaciones con la Comunidad de Madrid para ampliar la concesión de este tramo ferroviario , ya que nuestro interés es continuar con la explotación de esta infraestructura como hasta ahora», esgrimen. Con todo, el trámite administrativo aún está en curso.
Por ahora, los trenes de Cotos descansan , liberados de subir pendientes del seis por ciento durante media hora. Uno de los remolques, aunque apartado de los raíles desde los años 70, tampoco recibe visitantes. En su interior, hasta 875 personas (541 escolares) aprendieron el año pasado sobre el patrimonio cultural y natural del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama . Se trata del Tren de la Naturaleza , el programa de educación ambiental que desarrolla desde 1991 la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad, en colaboración con Renfe .
El ecosistema que envuelve la vía ferroviaria le ha granjeado su fama. «Lo bonito de la línea es el paraje, es precioso , pasas por debajo de Siete Picos, ves Segovia, San Ildefonso ...», relata Casaos. Hace cuarenta años que vive en la localidad de Cercedilla, adónde se retiró para disfrutar de la sierra. «Fui uno de los pioneros con la bicicleta de montaña» , rememora. A sus 59 años, no piensa abandonar este rincón de la sierra, tampoco la C-9: «Si Dios quiere, hasta que me llegue la jubilación», anhela.
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