Primer año de Ayuso en solitario: ocho leyes aprobadas y un cisma interno
La presidenta aceleró en la gestión tras librarse del socio incómodo, pero chocó con su propio partido
Lo dice la presidenta Isabel Díaz Ayuso a poco que tenga ocasión: «Lo que me quita el sueño y lo que me da la vida es la Comunidad de Madrid. La Comunidad está por encima del PP». En los últimos doce meses, ha podido ... dedicarse a esta región ‘a su manera’, sin que ningún socio molesto le pusiera trabas. El resultado salta a la vista: de dar salida a una única ley en los casi dos años de su primera legislatura, ha pasado a una decena de nuevas normas aprobadas en su Consejo de Gobierno, marcando sus líneas básicas en fiscalidad , economía, educación, o en la regulación de Telemadrid. Pero gobernar en solitario no la ha librado de problemas, aunque estos hayan venido sobre todo de las guerras intestinas.
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Lo primero (casi) que hizo Isabel Díaz Ayuso tras anunciar el adelanto electoral, el 10 de marzo de 2021, fue cesar a todos los consejeros de Ciudadanos que tenía en su gobierno . Después, llegó el 4-M y montó un ejecutivo con personas de su plena confianza dirigiendo las distintas áreas. Ello le ha permitido, aseguran en su entorno, avanzar en la gestión. Ponen como ejemplo el plan de medidas para e l fomento de la natalidad , «una iniciativa transversal que toca a prácticamente a todas las consejerías, y que hubiera sido imposible con el Gobierno de coalición».
A toda máquina
En los 19 meses que duró el gobierno de coalición PP-Cs, de agosto de 2019 a marzo de 2021, Isabel Díaz Ayuso sólo logró llevar a la Asamblea y aprobar la Ley de Suelo . En este año, sin embargo, su equipo se ha empleado a fondo y ha redactado y aprobado los proyectos de ley de bajada del IRPF en medio punto en cada tramo; los presupuestos de 2022, los primeros que consigue sacar adelante Ayuso desde que llegó al poder en 2019; la Ley de Autonomía Financiera, popularmente conocida como de blindaje de las rebajas tributarias; la Ley Maestra, que protege la enseñanza concertada; la Ley Ómnibus, que modifica distintos puntos de una cuarentena de normas y decretos ; la de Mercado Abierto , que permite abrir en Madrid a cualquier empresa o prestador de servicios que tenga sus licencias en regla en otra autonomía; la modificación de la Ley de Telemadrid, para apear al hasta entonces director general del ente y reducir el número de miembros de su consejo de Administración; y la de Farmacia, aún pendiente de aprobación en la Asamblea.
Claro que pasar el filtro de su Gobierno sin problemas no significa que no se haya tropezado con trabas: en este caso, éstas han llegado en la Asamblea, a la hora de votar esas normas, y tal vez por quien menos esperaba: por Vox, el grupo más afín ideológicamente al PP de los que tienen representación en la Asamblea madrileña.
Mismo equipo
Las reticencias a apoyar la norma que blinda las rebajas fiscales, por ejemplo, ha mantenido este proyecto legal, uno de los baluartes del PP de Ayuso e n su cruzada contra Pedro Sánchez , en el dique seco durante meses, hasta que a finales de abril el partido de Rocío Monasterio accedió a retirar su enmienda a la totalidad sobre el texto y permitir que siga su tramitación.
El Ejecutivo regional permanece inalterado desde que comenzó el mandato, aunque han abundado los rumores de cambio de Gobierno. Sobre todo, a raíz de la fortísima crisis interna que enfrentó al ex presidente popular Pablo Casado y su ex secretario general, Teodoro García Egea , con la líder madrileña, y que destapó el escándalo sobre el contrato de compra de mascarillas por el que el hermano de la presidenta habría cobrado una cuantiosa comisión.
En esa lucha fratricida, en la que todos perdieron, hubo un momento en que algunas adhesiones públicas a Díaz Ayuso pecaron de tibias. Algo que, apuntaban fuentes populares, podía hacer rodar algunas cabezas en el Gobierno madrileño. Pero esto, hasta la fecha, no ha ocurrido, y se hace menos probable a medida que se acorta el plazo para el fin de la legislatura.
El aliento de Vox
La presidenta, que llegó a la candidatura en 2019 como una perfecta desconocida y generando muchas dudas entre sus propios compañeros de filas, decidió tomar las riendas de su carrera política el 4 de mayo de 2021, y la jugada le salió bien. Ahora es ella la que reparte cartas –incluso en su formación en Madrid–, goza de una popularidad a prueba de encuestas y es una de las pocas líderes populares que no siente el aliento de Vox en su nuca.
Pero su primer aniversario –que celebra este miércoles con un acto informativo en un hotel madrileño– también tiene un regusto agridulce: el que causa la delicada situación en una Sanidad pública debilitada por años de recortes y para la que la pandemia ha supuesto un esfuerzo extenuante. Esta misma semana se enfrenta a una huelga indefinida de médicos. La presidenta Díaz Ayuso sabe que tiene un problema, y lo reconoce cuando se le pregunta; ahora hay que esperar a ver cuál es su respuesta.
En su especial relación con Vox, su socio preferente para cuestiones como los presupuestos, se han producido algunas tiranteces. En materia fiscal: ambas formaciones quieren lo mismo, menores impuestos, pero a Vox no le parece suficiente lo hecho, y pone en duda la eficacia real de la ley de blindaje de las rebajas fiscales . Por otro lado, entre ambos partidos existe un acuerdo tácito, nunca concretado, para modificar las leyes sobre identidad sexual y contra la LGTBIfobia. Unos cambios cuyo alcance aún es desconocido.
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