Policías a la caza de fugitivos: 37 detenidos en Madrid desde enero

La Sección de Fugitivos empezó en 2004 como un solo grupo. Pero las labores de investigación que llevan obligaron a crear, en 2016, un segundo, que se encarga sobre todo de requisitorias internacionales , mientras que el primero lo hace de nacionales y asume también las de América Latina. Son 18 hombres y mujeres que trabajan con muchas herramientas, pero especialmente, «la cooperación e intercambio de información con otros países». «Hay que tener en cuenta que nos centramos en delitos graves y que se practican más detenciones por parte de otras unidades o comisarías»; e incluso en controles de filiaciones rutinarios por la calle, cuando salta la nota roja de Europol , por ejemplo.

El inspector jefe que dirige la sección es un policía bregado en crimen organizado . De ahí que controle con su equipo esta transversalidad de delitos. «La mayor carga de trabajo de fugitivos nacionales está en Madrid, pero los internacionales se esconden más en la Costa del Sol, Barcelona y Levante », aclara. Y, por nacionalidades, están los británicos, alemanes, serbios, albaneses y polacos.

Lo normal es recibir la información previa por parte de sus colegas del extranjero con tiempo más o menos suficiente para actuar y planificar el operativo, después de verificar los datos y localizar a los sujetos. Pero el mando nos pone como ejemplo lo que ocurrió en agosto de 2019: «Se trataba de un argelino que había sacado a su hija de un centro tutelado de Londres, donde estaba porque le habían quitado la custodia. Pretendía llevársela a su país. Reino Unido nos avisó de que en media hora salía su avión desde Barajas. En ese momento, ni siquiera había dado tiempo a cursar la orden europea de detención y entrega, OEDE, [herramienta básica para poner en busca a un sujeto huido], pero conseguimos en ese poco tiempo parar el avión y detenerlo».

Las OEDE, las buscas internacionales y las requisitorias judiciales son el inicio de una investigación en este campo. «Cuando el país en cuestión contacta con nosotros, nos pasa su ficha y los datos del sospechoso . Lo fundamental es la información que nos brinden y la cooperación. Se analiza todo eso y la base de datos. Se localiza al sujeto y llega la parte operativa, con muchas vigilancias . Es un trabajo de colaboración, análisis, calle y, a veces, suerte», añade el inspector jefe. Y pone un ejemplo que, aunque ocurrió fuera de Madrid, da una señal de cómo trabajan estos expertos: un compañero del grupo provincial de Barcelona se encontraba de vacaciones con su mujer en Granada. Paseando por un centro comercial reconoció a dos hermanos suecos acusados de asesinato. Los pillaron: «Hubo suerte, pero también mucha implicación personal y profesional».

En España hay en torno a 10.000 y 12.000 reclamaciones anuales. La Sección de Fugitivos se encarga de las más graves. La mencionada del Pollo Carvajal es una de las más mediáticas. Pero en este año también se ha cazado el 4 de octubre a Rafael Stefano Canó Sacco , el que fuera jefe de la Procudaría [el equivalente a nuestra Fiscalía General del Estado] de la República Dominicana. Se escondía en la calle de Alcalá. Se había fugado a Madrid para evadir las acusaciones de corrupción, coalición de funcionarios, prevaricación, asociación de malhechores, estafa contra el Estado dominicano, desfalco y delitos de alta tecnología . Presuntamente, había dirigido un desfalco millonario de los fondos de la república, lo que allí se ha denominado la operación Medusa .

Peor suerte, pero por motivos judiciales, corrió el caso de Vittorio Raso, el capo de la ‘Ndrangheta , la principal organización mafiosa italiana, que con una sonrisa a las cámaras recibió la orden de libertad por parte de la Audiencia Nacional por un error, pese a haber recibido el atestado completo. El juez ha vuelto a reclamar su detención.

Domenico Paviglianiti, conocido como ‘el capo de los capos’, es un sicario calabrés, arrestado en agosto. De 61 años, está acusado de asociación mafiosa , tráfico de drogas y asesinato. Estaba en la calle también por un error judicial. Su condena fue 168 años de prisión y es un exponente de la expansión extraordinaria de la ‘Ndrangueta . Tras fugarse de su país, recaló en Barcelona, donde está su familia, para recalar en Madrid.

El caso más reciente es el de John Freddy Guataquira Duarte, 30 años. Este colombiano huyó de su país en 2015 tras ser condenado a 20 años y cuatro meses de cárcel por abusar sexualmente de su sobrina, de menos de 14 años. Este exmilitar, que pidió asilo político pero se le rechazó, ha sido arrestado ahora y trabajaba de cocinero en el Mercado de San Antón , en Chueca. Tenía pendiente una orden de detención internacional de su país. Residía en Parla y se dedicaba ahora a reventar cajeros automáticos con un arpón casero, tras estafar tarjetas de crédito por el método del ‘phishing’.