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Metro de Madrid pone a la venta al público su emblemática placa

El rombo se puede comprar en el modelo original y en el LGTBI de la estación de Chueca

Los dos modelos a la venta, en una tienda de Metro MAYA BALANYÀ
Nacho Serrano

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Los madrileños no nos damos cuenta por la costumbre, pero lo cierto es que uno de los iconos más representativos de la ciudad es el rombo del Metro. Y ahora, esa placa identificativa del suburbano madrileño, que con los años se ha convertido en un emblema y en parte de su paisaje urbano, será un nuevo objeto de deseo para los buscadores de souvenirs y los amantes de la decoración, gracias a la réplica que se ha puesto a la venta.

El rombo decorativo está producido en un material denominado dibond, más ligero y manejable que la clásica chapa, presentándose a tamaño real: 110 x 66,5 centímetros. Además, viene preparado para poder colgarse en la pared. Además del modelo tradicional con los colores blanco, rojo y azul, se ha hecho otro con los colores LGTBI, similar al instalado en el acceso de la estación de Chueca. Ambos se pueden adquirir ya en las tiendas que tiene Metro en las estaciones de Sol y de Plaza de Castilla, así como en la tienda «online», a 49,95 euros cada uno.

Además del rombo, Metro está incorporando nuevos artículos a su catálogo de productos, que llegarán a lo largo de los próximos días. Se trata de mascarillas, con la representación de las líneas de Metro, o láminas del ilustrador Paco Roca, con la misma imagen expuesta en el mural situado en la estación de Plaza de Castilla. Se trata de una serie limitada y numerada de una obra entrañable dedicada a los nuestros mayores.

Por otro lado, también se está incorporando una nueva línea de productos LGTBI. Además de las camisetas que se lanzaron con motivo del Orgullo 2020 y de los rombos multicolores, se van a vender próximamente nuevos productos como llaveros e imanes con los colores característicos.

Antonio Palacios, uno de los arquitectos más importantes del siglo XX, no solo se encargó del diseño del suburbano madrileño y la decoración de las estaciones, también fue el autor del logo de Metro. Un diseño que se ha convertido en un icono de Madrid y un elemento más de la ciudad. Antonio Palacios tenía claro que Madrid tenía que ser una ciudad más europea, y había que encontrar un estilo propio en sus creaciones y en su imaginario urbano: ser versátil y adaptarse al uso de la ciudad. Por eso, el artista se inspiró en el logo del Metro de Londres y en sus características, que son sencillas pero firmes: claridad, sencillez y dinamismo.

Una representación que en Metro de Madrid también ha evolucionado con el tiempo y las diferentes tendencias de la sociedad, pero su gran cambio llegó en los años 80. La marca de Metro recibió entonces un lavado de cara: se mantuvo su forma y colores (rebajando algo el azul), y la tipografía se cambió a la helvética y utilizaban por primera vez las minúsculas.

Además, hasta entonces se habían utilizado versiones del logo con relieves y brillos, y se pasó a utilizar solo colores planos, aunque ha mantenido siempre su esencia, lo que ha hecho de este diseño un auténtico icono de Madrid.

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