Postal (del Paseo de) La Habana
La embajada de Cuba tiene la bandera colgada así, sin complejos, y unos abetos que decoran un edificio que con nieve parecería de la KGB

El hambre de libertad cruza océanos, agrupa familias, nos pone a todos en el lado correcto de la Historia. El cronista, que anduvo el martes en la Embajada de Cuba se dio cuenta de todo eso. Y se dio cuenta porque las meninges se le ... despertaron de tanta miasma castrista con la que creció y que, para lo malo, le nublaron parte de la materia gris.
La embajada de Cuba tiene la bandera colgada así, sin complejos, y unos abetos que decoran un edificio que con nieve parecería de la KGB. Allí la seguridad cubana paseaba con guayaberas y con esa firmeza de ser protegidos del régimen. La diplomacia tiene estas cosas; la diplomacia en el reformado Gobierno de coalición también tiene estas cosas (sic). Castristas que quizá nacieron cuando Fidel recibió al Papa defendiendo lo indefendible y el pueblo de Madrid pidiendo la liberación de Camila Acosta . Porque con ella, con nuestra compañera, va la Iberoamérica de las libertades y no esta gallofa sandinista que se encierra en una embajada. O ese tipo con mascarilla de Comisiones que llevaba una camiseta que proclamaba la inmortalidad de Fidel. Y dicen por Argüelles que «por cada personal diplomático hay ocho o nueve comandos».
Lo peor, claro, es que en Miami, en Nueva York, en las tascas latinas de Huertas aún no tengan claro qué hace este Gobierno. Canel no es el sultán de abajo (Marruecos), pero también nos tiene las medidas cogidas. Me estremeció que Yaiza, de Santa Clara, de donde empezó la revolución dijera que allí estará su tumba. Que los dioses yorubas la oigan. Las mojitadas a favor del Régimen, en Málaga, en las verbenas de Madrid, traen más alimento al caimán. Que caerá. Más pronto que tarde.
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