Así cayó el Piojo: la pista de los coches robados y sus salidas al caer la tarde
Jonathan Moñiz Alcaide llevaba días vigilado después de un minucioso cotejo de los vehículos sustraídos en la zona sur. Iba a la calle sin precaución
![Momento de la detención del Piojo, con su Alfa Romeo Blanco estampadocontra la pick-up negra de la Policía](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2021/02/17/piojodetencion-krcE--1248x698@abc.jpg)
« Se había confiado demasiado. Algo raro en él. Había bajado la guardia, hasta el punto de que tomó el hábito, últimamente, de salir a la calle por la tarde-noche; no todos los días, pero sí bastante a menudo. Y luego está ... el asunto del robo de los coches. No se podía estar tranquilo, quieto. Y eso es uno de los puntos fundamentales que ha acabado con él. Sabíamos que pronto caería, y así ha sido». Así resumen fuentes policiales los pecados de aprendiz que cometió el Piojo y que han acabado con su fuga de casi dos meses y medio tras escapar de la cárcel de Valdemoro. Una mezcla de exceso de confianza en sí mismo y de voracidad delictiva que desembocaron , la noche del lunes, en un operativo de orfebrería policial para dar caza a uno de los sujetos más buscados de España.
Ocurrió a las nueve de la noche, en la zona de Colonia Jardín, en el distrito de Latina, muy cerca de la carretera de Extremadura. En la zona suroeste. Por donde siempre le había gustado moverse, como su cercano barrio de Villaverde. «No puedes estar en el ojo del huracán después del escándalo que supuso su fuga de prisión con su hermano [que sigue desaparecido] e ir por ahí como si fueras el rey de la calle. Se ha creído inmune y llevábamos tras su pista varias semanas », explican a ABC informantes del caso.
La detención del Piojo llevaba varias líneas de investigación. Por un lado, la Guardia Civil se encargaba de peinar su demarcación, especialmente las áreas de Seseña y el Señorío de Illescas, donde este sujeto y sus familiares tienen propiedades. La misma zona donde fue arrestado en abril de 2019, no sin antes recibir dos tiros en los pies y esconderse en una alcantarilla, acompañado siempre de su hermano Miguel Ángel, después de haber asaltado a dos representantes de joyerías y cargado con medio millón de euros en piedras preciosas. En esos domicilios, la respuesta que recibió el Instituto Armado siempre fue la misma: «No sabemos nada de él. Nos hemos enterado de su fuga por los medios de comunicación».
Por otra parte, el Grupo de Fugitivos de la Policía Nacional se activó también, pues entre otras posibilidades se manejó que este sujeto hubiera (o intentara) salir de España, probablemente, a Portugal, justo antes del cierre de fronteras por la pandemia mundial.
Una pista fundamental
Pero a Jonathan Moñiz Alcaide, que es como se llama este sujeto nacido en 1989 y con medio centenar de reseñas policiales en ambos Cuerpos, le hacía falta dinero. Y le podía esa ambición de vivir en el filo de la navaja. Por eso, quienes mejor le conocen, los agentes del Grupo XXI de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Madrid, expertos en robos con fuerza en locales, sabían que uno de los cables de los que tirar eran los coches robados. Una pista que ha resultado fundamental en el esclarecimiento de este caso.
Los patrullas de los distritos, sobre todo los de la zona sur, escanearon con su sistema de cámaras las matrículas de aquellos vehículos que figuraban como sustraídos . Los que llevaban bastante tiempo robados, incluso años, fueron desechados y así se adelgazó la criba inicial. Pero fueron quedando los más recientes. Yalgunos se movían de un día para otro, pero solían volver a aparecer poco después por los mismos barrios. El círculo se iba cerrando.
Algunas fuentes apuntaron a que, hace unos días, una mujer avisó de que había visto a alguien robando un BMW de gran cilindrada en Ciempozuelos . La descripción que aportó coincidía con la del Piojo: treintañero, rubio, de complexión atlética y no precisamente alto (de ahí su mote desde la infancia). Lo que sí confirmaron fuentes del caso es que fueron varios los vehículos que sustrajo en este tiempo. Uno de ellos, un Alfa Romeo Stelvio blanco, prácticamente nuevo, que fue localizado hace unos días en la zona de Colonia Jardín, estacionado. Un modelo no muy común y que, según pudieron comprobar, tenía las placas dobladas.
Fue entonces cuando la ‘troncha’ (vigilancia discreta en las inmediaciones) al Piojo se hizo más intensa. Y se comenzó a preparar el dispositivo de Policía Judicial y Seguridad Ciudadana para darle caza. Le vieron en alguna ocasión subirse al vehículo, al caer la tarde, marcharse y volver al rato. La idea inicial era arrestarle en uno de esos momentos en que fuera a coger el coche , pero antes de que se pusiera al volante; la experiencia con el Piojo una vez arrancado el coche sabían que podría poner en riesgo la operación, pero también la vida de los agentes.
Agresión a cinco agentes
Durante al menos los tres días anteriores, los investigadores estuvieron vigilando el barrio, anotando las entradas y salidas, los puntos por los que atacar. Y el lunes vieron cómo el Piojo salía de su escondite. Según algunos informantes, había permanecido con su hermano en un piso del distrito de Villaverde , donde algún pariente oteaba si había policías en la zona antes de que Jonathan saliera; pero desde hacía poco se ocultaba en una casa abandonada cerca de la calle del Cine, a pocos metros de donde le arrestaron finalmente.
Logró subirse al Alfa Romeo y comenzaron a seguirle. El Piojo se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo y tomó la calle de Sedano, en sentido contrario. Un grupo de policías de paisano le seguía en una furgoneta gris Renault rotulada como de una empresa de alquiler. El delincuente aceleró, pero los policías le hicieron el ‘bocadillo’ poniendo frente a él también una ‘pick-up ’ negra Nissan Navara. Moñiz Alcaide no dudó en empotrarse contra ellos, como en huidas anteriores. Reventaron los dos airbags delanteros de su Alfa Romeo de 200 caballos y hasta los cristales saltaron por los aires. Entonces, salió por la ventanilla y corrió unos metros, hasta el cruce de Villacarriedo con Claudio Sánchez Albornoz, donde se le tiraron encima. La emprendió a patadas y puñetazos con cinco agentes, a los que dejó heridos. Vestía camiseta naranja, vaqueros negros, chaqueta oscura con capucha, gorra y mascarilla. No se había molestado en cambiar su aspecto tan singular.
Fue trasladado al calabozo, donde se negó a declarar y a dar pistas sobre su hermano y sus compinches. Y del gran robo que, presuntamente, planeaba para obtener dinero y escapar de España .
El Piojo ha entrado seis veces en prisión, desde 2007 . Tenía pendientes varias condenas (además de su estancia preventiva por la anterior detención) que suman nueve años y un mes. La fecha de salida iba a ser 2024. Su hermano Miguel Ángel ha pasado siete veces por la cárcel desde 2005 . Está sentenciado a seis años y ocho meses, hasta 2022. Sus delitos: robos con fuerza y violencia, falsificación, grupo criminal, asociación ilícita y receptación.
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