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Bebés «reborn»: cariño hiperrealista

Este pasado fin de semana se celebró en Madrid la feria Dolls and Reborn International Show, con más de 80 expositores de muñecos de nenes

Javier Villuendas

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Pocas imágenes más siniestras que un stand comercial con decenas de bebés expuestos y silenciosos, algunos con moquitos, otros llorosos, y los más amenazantes, los que tienen una mueca divertida. Se trata de un canon del malrollo, entre «Los pájaros», de Hitchcock , y «El pueblo de los malditos», de Carpenter . De hecho, el doctor de lo inquietante M. Night Shyamalan va a sacar muy pronto una serie que parte de la compra de un bebé «reborn» por una pareja para reemplazar a su hijo fallecido. ¿Y aquí, en la feria Dolls and Reborn International Show, celebrada en Madrid? Aquí lo que prima es la alegría y la fascinación de las niñas… y de las no tan niñas.

Precisamente, nos cuenta María, la organizadora del evento, que los bebés hiperrealistas no son un juguete . Por ello, no se recomiendan a los menores de 9 años porque «van a causarle daño al muñeco». Aunque con las redes sociales y Youtube cada vez hay más público infantil, reconoce. De hecho, en este encuentro, ubicado en Rafael Hoteles, hay un montón de chiquillas acompañadas de sus padres eligiendo su «reborn» en los más de 80 expositores. Los precios para los papis, entre los 500 euros, de media, hasta 3.000 dependiendo de la calidad del trabajo y el caché del artista. Por ser una feria, hay varios bebés con precio especial de 350 euros. También se sortean.

Además de las niñas, el público suelen ser coleccionistas , mujeres normalmente, de todas las edades. Y los «reborn» también se utilizan en terapia, pues se ha comprobado que en residencias de ancianos ayudan. «Ya sea los que tienen carencia afectiva o demencia senil, alzhéimer, etc. Les dan un cariño. Imagina esa persona que tiene parkinson y no puede sostener un bebé real porque se le puede caer. Se ha estudiado que esos días están más tranquilos, les causa placer y alegría», cuenta María, que fue la introductora de estos muñecos en España y, que, según su experiencia de 4 años con su tienda, es muy raro que las parejas adquieran un bebé para olvidar su pérdida, como en la serie de Shyamalan, pues al contrario el muñeco se la recuerda.

[ Pinche en este enlace para ver las curiosas imágenes de los diferentes stands de la feria ]

Ella es la dueña de «Angelitos Dulces» , la primera y única tienda especializa en «reborn» en nuestro país, y «amante de las muñecas desde que me acuerdo». «Estaba buscando una muñeca tipo Barbie de Escarlata O´Hara. Y pum, hace 14 años me topé con un bebé y pensé: “Esto es un bebe” . Ponía que era un muñeco y que se vendía. Era una persona de fuera de España, y empecé a investigar pero nadie daba información. A mí me ha encantado siempre dibujar y pintar, así que me atreví. A base de prueba y error, empecé yo. Y hasta hoy», cuenta. Ahora tiene varios premios en España, Alemania y Estados Unidos.

¿Y en todo el mundo cuándo comenzó? «Creo que los “reborn” empezaron muy a finales de los 90, tres o cuatro años antes que yo», explica, y aprovecha para desmentir «el cuento muy bonito» de que esto nació después de la Segunda Guerra Mundial con las mamás pintando muñecos porque no tenían dinero. «No es cierto, no es tan lejana esta técnica. Fue en Estados Unidos, una madre cuya hija tenía un muñeco procedente de España, de la marca Berenguer, y se le había estropeado. Y lo repintó, porque ella pintaba cuadros. Y quedó tan bonito, sorprendió tanto, que compró otro y lo repintó. Esta es la historia más verosímil. Tampoco sabemos quién es ni cuántos años hace», añade.

En la feria se venden vestiditos, cepillitos para el pelo, se venden cunas… Y hay bebés con deformaciones, también de esplendorosa sonrisa, o muy raros, literalmente monos, o llorosos, fetos, gorditos, de diferentes edades, etc. «Oh, qué bonito, es un elfo», dice una asistente. «Es edición limitada, este ya no lo encuentras », le responden. Aunque la mayoría son bebés «normales», muchos dormidos. Y también se venden carritos, y algunos asistentes conducen uno con un «reborn» o incluso varios hacinados dentro. Y qué susto cuando miras a algún carro y ves que se mueve la piernecita.

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