Cartas al alcalde
Viva el café
Hoy sólo quedan vivos, bullentes y frecuentados el Gijón y el Comercial, y poco más, entre la industria de la nueva normalidad y la hermosa reliquia de un Madrid «brillante, absuldo y hambriento»
![Entrada del Café Comercial](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2022/05/25/cafe-comercial-ket--1248x698@abc.jpg)
Los afamados cafés de antaño , o por ahí, echaron para siempre la persiana, alcalde, y hoy sólo quedan vivos, bullentes y frecuentados el Gijón, y el Comercial, y poco más, entre la industria de la nueva normalidad y la hermosa reliquia de ... un Madrid «brillante, absurdo, y hambriento», según tríada insuperable e Valle Inclán , un astronauta de cafés, y un vagamundo solitario, y de oficio, que hacía a pie la noche completa, muy puesto en el trantán del paseo , como si llevara siempre al lado a una musa a la que iba a abandonar al alba, invariablemente.
El Comercial ha retomado la biografía pendiente de gran gruta del ocio, y de la tertulia , y ahora se presenta un libro titulado 'Café Comercial, la casa de todos', por iniciativa del poeta Rafael Soler . Se incluye una copa de páginas de glosa histórica, y un ramo de ilustres nombres que han tenido en el café ancla emocional, o nido sentimental. Asoman los nombres de Ana Rossetti, Joaquín Pérez Azaústre, Luis Alberto de Cuenca o Joaquín Leguina, entre muchos otros.
Son una fiesta del café, estas páginas, y también de la literatura , que en este caso es lo mismo. Los pocos cafés que aún quedan vivos no son lo que fueron, obviamente, salvo el empeño del Comercial, alcalde. Se fue, con los grandes cafés del foro, el noble hábito de la tertulia, ahí «donde el español rinde el máximo de su trabajo », según la iluminación maliciosa de Ortega y Gasset. La tertulia es una bondad de prehistoria, y ahora los poetas vanidosos , despeinados y más o menos hambrientos están en instagram, con más vanidad que hambres, por cierto. Y buena peluquería. La tertulia, y el café, su santuario, son la antípoda de la prisa, que es lo que ahora se estila. Por eso nos gusta El Comercial, alcalde, que sostiene un prestigio de isla en la oferta de lo cafetero en la ciudad , donde los cafés son de urgencia y los vasos de cartón. Quizá el lema mejor de los cafés de todas las épocas pudimos leerlo en un café de Viena: «Aquí se sientan los que siempre se sientan aquí». Difícil hallar una fórmula mejor donde se aten el rigor de lo selecto y el desenfado de la hospitalidad. El café es el delito del ocio, y la laboriosidad del ingenio. Ojalá nunca acabe de perderse.
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