El adiós de Navacerrada, la estación de los campeones de esquí y de miles de madrileños
Las pistas por las que se deslizaron varias generaciones cerrarán el 3 de abril y rematarán definitivamente una zona víctima del cambio climático
![Un esquiador en la pista Telégrafo](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2021/03/07/navacerrada-kVuB--1248x698@abc.jpg)
José Luis Mazuelos pasó la noche en vela después de recibir la noticia. La montaña donde se enamoró del deporte blanco, al que ha dedicado toda una vida, perderá la mitad de su estación de esquí . La decisión del Ministerio de Transición Ecológica de ... no renovar la concesión a tres de sus pistas ha caído como una bomba en el puerto de Navacerrada. El monte, que acogió uno de los primeros telesillas de España y vio cómo miles de madrileños y hasta medallistas olímpicos aprendían a esquiar, regresará a su estado original como dominio público forestal. «Estamos muy tristes, llorando mucho... Otra vez voy a llorar» , resopla Mazuelos, a 1.935 metros de altitud. La nieve se refleja en sus anchas gafas de sol y esconde las lágrimas.
El Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN), dependiente del Ministerio, comunicó el miércoles el nuevo destino de las 7,6 hectáreas que abarca esta zona especialmente protegida, territorio castellanoleonés al norte de la sierra de Guadarrama. A la mañana siguiente, Mazuelos mantuvo su rutina: despertó a las 8 de la mañana en su piso de La Latina, subió a un autobús en Moncloa y pisó la nieve en poco más de una hora. Cuando no desayuna en casa, suelen invitarle en la cafetería del puerto. Las botas y los esquís también se los guardan.
Excorredor profesional y coordinador de campeonatos internacionales en Navacerrada, Mazuelos es omnipresente en la estación y a él, más que a nadie, le cuesta imaginar su final . «He destetado a mis hijos aquí», dice. El varón, Cutu, es uno de los pioneros de snowboard en el país. «Cuando se lo he contado me ha dicho: “Papá, qué me dices”. Se ha venido abajo, como se están viniendo todos».
La pálida luz del mediodía se derrama sobre las laderas de la montaña, donde las piedras y la tierra parda arruinan la nieve. Las únicas pistas esquiables en temporada alta, las únicas con cañones que disparan nieve artificial, vertebran la zona baja de la estación que cerrará el próximo 3 de abril, cuando venza la concesión de 25 años. El Bosque, Telégrafo y Escaparate desaparecerán , además de tres telesillas y dos cintas, las instalaciones del sistema de innivación artificial, cables y tomas de agua... Su desmantelamiento le corresponde a Puerto de Navacerrada Estación de Esquí S.A. y el plazo culmina el 30 de octubre de este año. La empresa aún no se ha pronunciado.
![El adiós de Navacerrada, la estación de los campeones de esquí y de miles de madrileños](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2021/03/07/cierre-esqui-navacerrada--510x835.jpg)
Últimos días
Un ligero ajetreo anima la estación entre semana. Es una jornada de últimas veces; se rumorea que solo quedan diez días de nieve . Manuela fuma un cigarrillo en la cima de Telégrafo mientras espera a su marido y sus hijos. «Ya no les sigo el ritmo», reconoce. La familia vive en Alpedrete y ha crecido en Navacerrada. Una vez al mes hacen «pellas» para escaparse y evitar las aglomeraciones del fin de semana. «Íbamos a ir a Valdesquí, pero entre que no hay nieve y esta noticia... hemos decidido venir», confiesa. Al este, bajo la cumbre de la Bola del Mundo, la zona alta es impracticable por tablas y esquís. Un puñado de valientes, motas inquietas en la distancia, se lanzan con trineos por la pendiente.
El Gobierno ha ordenado el cierre por dos razones: la elevada presión turística que sufre la montaña y el cambio climático. Desde la década de los 70, la temperatura media en el puerto ha aumentado 1,95ºC y las nevadas han caído un 25 por ciento. El pedazo de Navacerrada que permanecerá no tiene suficiente nieve, ni cañones, ni es apta para aficionados. «No sé qué vamos a dejarles a nuestros hijos», musita Manuela.
A la pena se suma la incertidumbre. Es la última temporada de faena para decenas de trabajadores que mantienen la estación, como los monitores de las tres escuelas de esquí o los técnicos de mantenimiento de pistas y remontes. Una casita de tejado triangular al pie de las pistas guarda un negocio de medio siglo de vida. Manuel trabaja en esta tienda de alquiler de material desde hace ocho años. «No queremos hablar, estamos un poco desanimados», es su primera respuesta. Sin embargo, necesita escupir el sabor amargo de la jornada. «La dueña lleva cincuenta años con esto, también tiene un negocio en Benidorm, supongo que nos iremos para allá... ¿Qué va a hacer con todo esto? », señala a su alrededor, a las hileras de esquís, botas, bastones, cascos. Repite una frase como un mantra:«Ya no nieva como antes». Un mural de fotos recuerda los buenos tiempos de la montaña, cuando el manto blanco superaba la altura de una persona adulta.
![Imagen de archivo de 1912 de la carrera copa Antonio Prast](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2021/03/07/navacerrada-ksXE--510x349@abc.jpg)
Gloria y decadencia
La estación de Navacerrada, que inauguró los deportes de invierno en 1903, vivió su época dorada en los años 60 y 70. Se estima que más de 40.000 personas subían al puerto en los mejores fines de semana. Las leyendas Paquito y Blanca Férnandez-Ochoa , oro y bronce olímpicos, se calzaron aquí los esquís por primera vez. La nieve abundaba y los esquiadores disfrutaban de 13 pistas y más de 12 kilómetros. Pero las décadas posteriores estuvieron marcadas por la decadencia.
En 2006 la estación funcionaba bajo mínimos y se privatizó su gestión, hasta entonces en manos de la Comunidad de Madrid. En 2011 se organizó una prueba internacional de saltos para revivir el puerto, pero los últimos diez años han sido agónicos y en menos de un mes solo habrá 4,5 kilómetros esquiables .
El cuarto dueño de Venta Arias y propietario de la cafetería Dos Castillas, que levantó su familia hace 45 años, arroja un rayo de esperanza. «Una estación de esquí bien gestionada, es bueno; un parque nacional bien gestionado, es bueno», resume Álvaro Fernández. Por ahora, le cuesta dinero mantener la puerta abierta. La pandemia y las últimas lluvias han frustrado, un año más, cualquier mejoría.
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