Líneas rojas
Acotaciones de un oyente
El presidente convirtió el Senado en un lugar triste, lleno de sangre olvidada
Feijóo exige a Sánchez que rompa con Bildu y el presidente contesta con el 11-M
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![El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión en el Senado](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/05/16/acotaciones-de-un-oyente-kNhC-U5029504531700lG-1200x840@abc.jpg)
Decía Ana Blanco Soto, 'Tía Anica La Piriñaca' que, cuando cantaba a gusto, la boca le sabía a sangre. No descarto que, tras la sesión de este martes, a Sánchez le sucediera algo parecido. Es posible incluso que, al terminar, tuviera que salir directo ... a por un colutorio para hacer unas gárgaras cicatrizantes y antisépticas que le ayudaran a eliminar del todo el recuerdo del sabor ferroso de la hemoglobina. Porque el presidente convirtió este martes el Senado en un lugar triste, lleno de sangre olvidada y en el que los que crecimos en los ochenta no pudimos evitar volver a escuchar las sirenas de policía, las ambulancias de los muertos y los gritos de aquellos niños huérfanos.
Mientras el presidente hablaba, yo no podía evitar acordarme de esa foto de José Luis Larrión en la Vuelta del Castillo de Pamplona donde se puede ver el cadáver de Juan Atarés tapado con una manta mientras su viuda reza de rodillas junto a un sacerdote y otros seis que pasaban por allí. Seis que, por cierto, fueron los únicos que tuvieron la decencia de quedarse a acompañar aquella tristeza sin lágrimas frente a la mirada indiferente de cientos de pamploneses que, al fondo de la escena, seguían con su vida. Era 1985. Casi cuarenta años después el Senado nos brinda una sesión para olvidar -y, quizá, por ello, inolvidable- en la que Sánchez cruza líneas que nadie había cruzado antes, llevando a todo el PSOE a terrenos de los que será muy difícil volver.
Nada indicaba que fuera a pasar eso cuando, a las cuatro en punto, el presidente entraba en el hemiciclo con ese 'tumbao' que tienen los socios de Bildu al caminar, desatando el delirio de la 'cara b' del 'pedrettismo', que es parecida a la 'cara a', pero mejor, porque no está Patxi. En cualquier caso, a los senadores socialistas solo les faltó ponerle una capa de armiño, llamar al arzobispo de Canterbury para que le ungiera con aceite de Jerusalén y lanzarle los niños a su manto. Y, visto lo visto, él habría hecho bien en entrar mostrando en la boca uno de esos protectores rojos que usan los boxeadores para los dientes. Porque, desde luego, tras conseguir que su socio anunciara horas antes de la comparecencia que los asesinos que lleva en sus listas no tomarían posesión del acta y tras perderse la cumbre de Reikiavik para estas cosillas domésticas, estaba claro que no iba a perder el tiempo con medianías.
Y si no le había parecido suficiente con romper todos los consensos, blanquear a Bildu, convertirles en socios del gobierno, descansar en ellos la gobernabilidad de España y comprarles que el franquismo llegó hasta 1983, remata la serie soltando en el Senado argumentos muy duros que solo buscan polarizar la campaña y movilizar a los suyos. A saber: que si el terrorismo no existe es porque el PSOE acabó con él; que no lo consiguieron gracias a la unidad sino a pesar del PP; que los populares hicieron todo lo posible para que el PSOE no terminara con ETA; y que si queremos saber hasta dónde llega la falta de escrúpulos del PP con las víctimas del terrorismo solo hay que mirar lo que hicieron después del 11M. Y para finalizar dice que la única propuesta que tiene Feijóo es ETA. Se lo dice al presidente de un partido con quince militantes asesinados por la banda. Y, de camino, lleva al PSOE a cambiar definitivamente de relato. Y no vean cómo le aplauden los suyos. Es posible que ayer se acabaran los colutorios en todas las farmacias de la calle Bailén.
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