evidentemente, sí
España por todas partes
Lo único seguro es que la inestabilidad catalana ha impregnado la política española. Así que sí, hemos catalanizado España, pero no por Pla, sino por Puigdemont
Artículos escritos por Juan Fernández-Miranda en diario ABC
La carta de amor a su esposa y odio al discrepante que Pedro Sánchez publicó el miércoles se ha metido hasta el tuétano en la campaña catalana, que comenzó ayer como menos le gusta a los líderes catalanes: hablando de Madrid. Que si Salvador Illa ... puso un vídeo lacrimógeno, casi un obituario político, para pedir al presidente «que se quede», que si Aragonés dice que él también quiere mucho a su mujer pero que no se retira cuando le ataca «la ultraderecha», que si Puigdemont dice que sólo apoyará los Presupuestos Generales del Estado si el Gobierno le cede el 100% de los impuestos. Y Zapatero yendo a Lérida para continuar en su estrategia de rescatar a Sánchez de la melancolía.
De modo que la campaña comienza muy española, instalada en la incertidumbre generada por el Gobierno de España y anunciando una noche electoral de infarto y pactómetro: si suman los independentistas, si suma el tripartito de izquierdas o si la solución pasa porque o bien ERC o bien Junts apoyen un gobierno de Illa. Muchas preguntas. En este último caso, ¿cómo afectará a los equilibrios de Sánchez en el Congreso? ¿Seguirá el 12-M en la Cámara Baja? ¿De verdad Puigdemont abandonará la política si no gobierna?
Y, entre tanta duda, recuerdo el eterno y ya superado debate sobre si hay que españolizar Cataluña o catalanizar España, que esto último no lo dijo Puigdemont, sino Esperanza Aguirre. Mientras lo discutimos, y como sostiene Àlex Gubern, lo único seguro es que la inestabilidad catalana ha impregnado la política española. Así que sí, hemos catalanizado España, pero no por Pla, sino por Puigdemont.
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