análisis
Otra tesis de Sánchez, ahora sobre terrorismo
El Gobierno oculta que dos hechos diferentes pueden encajar en el mismo delito aunque la gravedad y por tanto las penas correspondientes sean muy distintas
Artículos escritos por Jorge Navas en ABC
La estrategia de Sánchez con la amnistía se resume en esta frase que pronunció de la semana pasada y que repiten sus ministros: «Como todo el mundo sabe, el independentismo catalán no es terrorismo». Así, juntando una falacia y una perogrullada, les sale una coartada. ... Lo primero es mendaz porque ya de entrada un magistrado de la Audiencia Nacional, doce fiscales del Tribunal Supremo y no pocos expertos sí aprecian indicios de terrorismo en algunas acciones secesionistas.
La sentencia de Sánchez empieza por tanto faltando a la verdad, salvo que considere que muchos de los que más saben sobre esta cuestión no son de este «mundo», sino «fachoesfera» extraterrestre. Cabe recordar que el líder del PSOE es el mismo que hasta 2018 insistía en que el 'procés' no era sedición, como resolvió el Supremo, sino peor todavía: nada menos que rebelión.
La segunda parte de la frase también tiene truco y no por falsa, sino justo por lo contrario: por demasiado obvia, aunque sin venir a cuento. Claro que el independentismo catalán no es terrorismo, por eso Rufián, Nogueras, Borràs o Pujol, como la inmensa mayoría de secesionistas, no están acusados de ello. Ni siquiera Junqueras fue condenado por terrorismo ni por rebelión, como pretendía el Sánchez que apoyó el 155.
El Gobierno oculta que dos hechos diferentes pueden encajar en el mismo delito aunque la gravedad –y por tanto las penas correspondientes– sean muy distintas. Matar a una mujer es mucho más grave que pegarla, pero en ambos casos es violencia de género. El propio presidente ha llegado a definirlo como «terrorismo machista», aunque ese delito no exista en el Código Penal. Robar un millón de dinero público es peor que robar 10.000 euros y ambos hechos son corrupción. Defender la amnistía con que no hubo asomo de terrorismo en Tsunami o los CDR por comparación con ETA o el yihadismo es como decir que dar 1,3 en alcoholemia sin causar daños no es delito contra la seguridad vial porque es más grave dar 3,1.
Lo del presidente se puede entender por su desconocimiento en la materia, ya que no consta que haya plagiado ninguna tesis sobre Derecho Penal. Más incomprensible resulta que hasta un ilustre magistrado de la propia Audiencia Nacional como su ministro del Interior se descuelgue con que «no hace falta ser jurista para saber lo que es terrorismo o no».
El mensaje de Marlaska es que sobran las instrucciones judiciales y juicios, también los abogados, fiscales, jueces o tribunales: cualquiera desde el sillón de casa o la barra del bar puede tipificar delitos graves y complejos aunque no haya abierto en su vida el Código Penal o pisado una facultad de Derecho. Ni falta que hace, «como todo el mundo lo sabe».
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