LAPISABIEN
Llegará mayo
Las comuniones en el barrio. El padre tranquilo, la madre nerviosa
El rodríguez vuelve... Para mal
![A punto y mirando a cámara de recibir la Primera Comunión](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/04/20/comunio-RKxWk3oVME0hlP626QVX5ZP-1200x840@abc.jpg)
Las comuniones en el barrio. El padre tranquilo, la madre nerviosa, las reuniones con el cura de esa iglesia que se parece a unos grandes almacenes y un señor que pide sin pedir, con una mirada como de Cristo, de un Cristo tallado por ... Gregorio Fernández.
Todo eso pasa en Madrid, el niño va a recibir la Sagrada Forma y yo, en domingo, desde la cafetería franquiciada de la otra acera lo veo. El niño se come las uñas. La madre va mirando, a ojo de buen cubero, o cubera, las medidas del traje de marinero.
Que sí, que es domingo. Y cuando el cura ha hecho sus gestiones al niño, bautizado en el pueblo de la madre, se le apetece un helado. Un helado de esos que colapsan arterias pero al que va en breve a recibir la Sagrada Forma le quedan cinco o seis años para el acné, la piel grasa y dejarse flequillo y pendiente.
Y qué ternura por Marqués de Urquijo el crío, vestido de limpio, de domingo, con esa felicidad que le darán un móvil, una estampida, y el tío de Albacete cuando se pongan hasta la rabadilla cerca de El Pardo.
Los padres, de la mano, lo miran con esa fijación como de Polaroid de momento irrepetible. El niño está feliz, mucho. El cura le habrá dado un pescozcón, habrá soltado una broma sobre el Madrid (lleva un pin que igual le dio Butragueño) y bendice sin bendecir una buena familia, española.
El niño quería helado, se subieron en un taxi y fueron a los merenderos de la Casa de Campo. La hora del vermut. El niño, después del Maxibón, quería hamburguesa de kobe. El padre ya no lo miraba tan amorosamente. Y quizá eso es ser padre. Le paga el capricho.
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En la Casa de Campo suenan las chicharras. El niño que va a hacer la Comunión lleva un móvil, intervenido y controlado, con el escudo del Atleti. Pasan corriendo unos 'menas', otro sube la Cuesta de Lago como si fuera Álex Crivillé en Jerez.
Todos bajo el alegre sol de Madrid.
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