Putin, los BRICS+ y el nuevo orden mundial
Lo que tiene que hacer Occidente es adelantarse y redefinir su sistema de orden internacional
La XVI Cumbre del Grupo BRICS+ que se celebró en la ciudad rusa de Kazán, a la que asistieron algo más de 30 países, constituyó un balón de oxígeno y una oportunidad para Putin, principalmente, por tres razones: es una demostración de que no está ... solo; se muestra que existe un bloque geopolítico no alineado con las sanciones que se aplican a Moscú por el conflicto de Ucrania; e indica que hay otros países que están interesados y quieren unirse al bloque.
El Grupo BRICS+ (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) fue creado en 2010 tras la incorporación de Sudáfrica al ya existente grupo BRIC. A partir del 1 de enero de 2024 se incorporaron al grupo Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Etiopia con lo que ya conforman un grupo de 9 naciones. Es una asociación de países emergentes que se ha constituido en un espacio internacional alternativo al G7.
Representan el 34% del PIB mundial y el 45% de la población global. Su extensión territorial cercana a 40 millones de km2, le proporciona unas dimensiones estratégicas continentales, una amplia cantidad de recursos naturales junto con un importante crecimiento de su PIB junto con aumento de participación en la economía mundial en los últimos años. A pesar de que entre sus miembros existen distintos intereses, el grupo tiene una notable importante relación con el Sur Global.
No cabe duda de que Putin ha encontrado un apoyo político claro en esta Cumbre del grupo BRICS+, no solamente entre sus miembros, que apenas han hecho alusión a la guerra entre Rusia y Ucrania, sino también entre los más de una veintena de países asistentes, además de dichos miembros. Varios de ellos con la intención de integrarse en el grupo. A lo largo de la Cumbre ha estado presente permanentemente la opción de encontrar y diseñar un nuevo sistema geopolítico sustentado en la multipolaridad que se avecina.
Un diagnóstico objetivo actual nos dice que estamos atravesando una época de desorden mundial donde las superpotencias, grandes potencias y potencias emergentes se encuentran en una competencia geoestratégica feroz. Algunas ya están tomando posiciones como las integrantes del Grupo BRICS+. Lo que tiene que hacer Occidente es adelantarse y redefinir su sistema de orden internacional para adaptarlo y adecuarlo a las relaciones de poder de este siglo XXI. Y debe hacerlo más pronto que tarde.
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