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Un Rey preocupado

La crisis de las instituciones y el deterioro de la convivencia llenaron de claves políticas el discurso de Nochebuena

El Rey pide a las instituciones actuar con «rectitud» y «con respeto a la Constitución»

Ignacio Camacho

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EL Rey es una persona pero la Corona es una institución. Y las instituciones, como se encargó de subrayar anoche el propio monarca, no sólo son de todos sino que son o deberían ser el espacio de encuentro de todos. La crisis de ... convivencia que vive la nación, reflejada y estimulada por el enconamiento del debate público, reducía el margen personal del monarca en el tradicional discurso de Nochebuena y exigía, en cambio, un pronunciamiento institucional claro que ocupó una posición nuclear en la charla. Quienes esperaban una intervención de parte saldrían decepcionados; no así quienes demandan de la monarquía una imprescindible función mediadora, de arbitraje. La única que queda en un momento de crispación civil inquietante. La que establece la Constitución, cuya letra y espíritu constituyen la bitácora de Felipe VI desde que empezó su reinado. En caso de duda, de bronca, de disputa, la Constitución fija las pautas de conducta y establece las soluciones. Para todos, del Rey abajo.

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