Los hospitales reforzaron hace años los protocolos para garantizar la identificación y seguridad de los bebés

En el interior del paritorio a la madre y al bebé se les coloca una pulsera con sistema de seguridad y en el caso del recién nacido la información se incluye en la pinza del cordón. Desde el primer momento quedan vinculados para que no haya errores de identificación como sucedió hace 20 años en un hospital de Logroño en el que se intercambiaron dos niñas que nacieron a la misma hora. Nada más nacer se toman las huellas del bebé, se recogen muestras de sangre y en ningún momento se les va separar. Todos los cuidados y pruebas se hacen en la habitación y sise necesita acudir a alguna sala se solicita siempre la compañía de un familiar. Por seguridad en ningún momento se separa al bebé de sus padres.