Las 72 horas en las que Abascal perdió el control de Vox en Baleares
El sector duro se rebela contra las directrices nacionales y dinamita el acuerdo con el PP a los cien días. Los díscolos, convocados este miércoles en Madrid para reconducir la situación
El partido destituye a su portavoz adjunto en Baleares e intenta atajar la crisis interna
Vox Baleares se ha independizado. La delegación en las islas ya no responde a las directrices de Madrid y ha dinamitado el pacto con el PP en el Govern. La rebelión interna ha conseguido en apenas 72 horas que el ala más dura de ... la formación verde, que suma mayoría, haya tomado el control. Primero, este lunes decidió presentar una proposición no de ley (PNL) de máximos para pedir al Ejecutivo de la popular Marga Prohens que, en vez de aplicar progresivamente la libre elección de lengua –como acordaron en el pacto de legislatura–, lo hiciesen en dos cursos. Después, condicionaron el apoyo favorable del PP a su propuesta lingüística para aprobar con sus ocho votos posteriormente en la sesión del martes el techo de gasto para el presupuesto de la comunidad autónoma del próximo año.
Ese martes, desoyeron a la dirección central, que ordenó aplazar la PNL y votar a favor del techo de gasto. «Vamos a presentar nuestra proposición por narices. Estamos intervenidos y ya no tenemos nada que hablar con Madrid», aseguró a gritos uno de los rebeldes, que venía gestando el golpe de efecto días atrás.
El órdago se confirmó. El PP se abstuvo en la proposición de Vox y éste consumó su voto de castigo contra del techo de gasto. Los diputados que se mantenían fieles a Madrid se sumaron para no evidenciar la enorme división interna que se vivía en el seno del partido, pero la imagen de unidad se rompió a la mañana siguiente, cuando la portavoz en el Parlamento balear, Idoia Ribas, fulminó como adjunto a Xisco Cardona, quien estaba a favor de acatar las órdenes de Madrid. Lo sustituyó por Sergio Rodríguez.
Ribas y Rodríguez forman ahora el dúo de férreo mando al frente de la escisión, que cuenta también con el apoyo firme de Manuela Cañadas, Agustín Buades y María José Verdú. La presidenta de Vox en el archipiélago, Patricia de las Heras, se mantiene entre dos aguas, mientras que el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, apuesta por mantener intacto el acuerdo de gobierno con el PP.
Santiago Abascal contempló en la distancia cómo Vox Baleares se le iba de las manos. El martes por la mañana, mientras las reuniones y los corrillos llenos de tensión eran constantes en la cámara autonómica, la dirección nacional pedía hablar directamente con el sector crítico por teléfono. Le Senne, presidente del Parlament, forzó un receso en mitad del pleno para propiciar esa conversación, pero Cañadas y Rodríguez fueron inflexibles y sentenciaron el sentido del voto de Vox: «No se puede ceder en esto».
Más despidos
La victoria de los sublevados se confirmó el miércoles e Idoia Ribas lo rubricó despidiendo también a la responsable de prensa, que durante la jornada del martes hizo de intermediaria con la dirección nacional y defendía la línea oficial. Ribas nombró, sin el permiso de Madrid, a un nuevo jefe de comunicación.
Vox había anunciado que su secretario general y mano derecha de Abascal, Ignacio Garriga, visitaría Palma el jueves. Pero el vuelo de Garriga se canceló y no cogió otro, tratando así de ganar tiempo y evitar una foto con los sublevados.
En la capital de España, el único favorable a lo que está pasando en Baleares es el diputado mallorquín Jorge Campos, líder in péctore de la formación en las islas y que está azuzando desde el Congreso a sus afines con el objetivo, según varias fuentes consultadas por ABC, de volver al archipiélago y buscar acomodo junto con los rebeldes. Fue él quien fundó Actúa, la formación que sirvió como germen de Vox en las Islas Baleares.
Jorge Campos salió a la palestra inmediatamente después del bloqueo de Vox al techo de gasto del Govern balear para pedir una comisión de seguimiento del pacto de investidura de Partido Popular y Vox, echando más leña al fuego.
Presupuesto en peligro
El Govern de Marga Prohens, la única líder popular que ha conseguido mantener a Vox fuera de su Ejecutivo regional pese a no alcanzar la mayoría absoluta tras las elecciones autonómicas de mayo, insiste en que ha cumplido el pacto de legislatura y espera a que la formación verde «aclare a la mayor brevedad su situación interna».
Si no se aprueba el techo de gasto se ponen en serio peligro los primeros presupuestos del nuevo Gobierno balear. La maniobra de Vox, paradójicamente, abocaría al PP a prorrogar los presupuestos de la socialista Francina Armengol, que coronaban ocho años de políticas de la izquierda con los nacionalistas.
Sin cuentas propias, el Ejecutivo autonómico no podrá aplicar las nuevas reformas fiscales prometidas, asegurar la gratuidad de la educación de 0 a 3 años que ha implantado en sus primeros cien días de gobierno o darle soporte económico a la Oficina de Vigilancia Lingüística que Vox manejaría en el Parlament para defender el uso del castellano.
Tampoco tendría dinero para implementar la libre elección de lengua, un tema que siempre ha generado tensiones entre Partido Popular y Vox y que ha servido de excusa para la rebelión liderada por Sergio Rodríguez e Idoia Ribas.
La dirección nacional de Vox trata de recuperarse del golpe y ha convocado a ambos y a De las Heras a una reunión en la capital el próximo miércoles. El objetivo es salvar el partido en las islas y mantener el pacto con el PP. Ahora bien, el sector rebelde ya se ha apropiado de la estrategia política y ha amasado un poder que hace una semana ni imaginaba y que ninguna otra delegación de Vox ha conseguido hasta la fecha.
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