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Medio siglo de terror

ETA ha asesinado a más de 800 personas

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ABC / AGENCIAS

El terrorismo de ETA ha sido uno de los elementos más desestabilizadores en la Historia de España desde la década de 1960, cuando comenzó a utilizar la violencia como medio para conseguir la independencia de Euskadi, un «objetivo» que ha costado la vida a 858 personas.

Las actividades violentas de ETA comenzaron el 27 de junio de 1960, cuando asesinaron a una niña de apenas 22 meses, Bego Urroz , con una artefacto incendiario colocado en la estación de Amara (San Sebastián). Posteriomente, en 1961 hicieron descarrilar un tren, también en San Sebastián, en el que viajaban veteranos franquistas.

El 7 de junio de 1968 el guardia civil José Pardines fue asesinado por Txabi Echebarrieta. Horas después murió en un enfrentamiento con la Guardia Civil cerca de Tolosa (Guipúzcoa).

Desarticulada la cúpula de la banda en 1969, 16 de sus miembros fueron juzgados un año más tarde en el denominado «Proceso de Burgos». Seis de ellos -Onaindia, Larena, Uriarte, Izko de la Iglesia, Gorostidi y Dorronsoro- fueron condenados a muerte , aunque las penas les fueron conmutadas por reclusión mayor.

En protesta por este «proceso», ETA cometió ese mismo año su primer secuestro, aunque no fue hasta enero de 1972 cuando raptó a un empresario por motivaciones puramente económicas.

La acción más conocida de ETA fue el asesinato el 20 de diciembre de 1973 del presidente del Gobierno de Franco, el almirante Luis Carrero Blanco , que fue justificado por amplios sectores de la sociedad, ya que durante la dictadura la organización terrorista recibió un importante apoyo social.

Un año después, el 13 de septiembre de 1974, la banda perpetraba, también en Madrid, su primer atentado masivo con la colocación de una bomba en la cafetería Rolando , frecuentada por policías y situada en la calle del Correo junto a la Dirección General de Seguridad, que causó la muerte de trece personas y heridas a ochenta.

El debate interno sobre este atentado, entre los partidarios de una organización de carácter estrictamente militar y quienes mantenían que debía también asumir la lucha de masas, finalizó con la escisión de ETA en dos ramas: «milis», partidarios de la insurrección popular y minoritarios en ese momento, y «poli-milis», mayoritarios y que apostaban por la violencia selectiva.

Las dos ramas continuaron por separado y sus atentados se superpusieron hasta 1982, cuando los «poli-milis» se disolvieron y se configuró lo que sería la dirección de ETA hasta prácticamente 1992, cuando se desarticuló la cúpula en Bidart (Francia).

Allí estaban Domingo Iturbe Abasolo alias «Txomin»; José Miguel Beñaran, «Argala»; José Luis Ansola «Peio el Viejo»; Juan Ramón Aramburu «Juanra», Eugenio Etxebeste «Antxon» y Loranzo Lasa Mitxelena, «Txikierdi».

Además, otros miembros destacados eran Francisco Múgica Garmendia «Pakito» y Jose Antonio Urrutikoetxea, alias «Josu Ternera», el único de los «históricos» que no está en prisión y que está en busca y captura tras no presentarse en el Supremo para responder por su imputación por el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza en 1987.

Durante todo este tiempo, ETA tenía su cuartel general en el sur de Francia, desde donde cobraba para financiarse el llamado impuesto revolucionario», dentro de lo que se denominó en España como «el santuario francés».

Décadas de 1980 y 1990

Los años 80 fueron especialmente cruentos. En julio de 1986 una bomba mató a 12 guardias civiles e hirió a 50 en Madrid, mientras que el 19 de junio de 1987 colocó un artefacto en un centro comercial de Barcelona, Hipercor , que causó la muerte de 21 personas e hirió a 45.

La estructura organizativa de ETA sufrió un cambio a partir de 1983 por la aparición de los GAL y una modificación de la política de las autoridades francesas, que iniciaron el final del «santuario francés» con la detención de parte de la dirección etarra en 1984 y con la deportación a Gabón, dos años más tarde, del considerado máximo dirigente de la organización en esos momentos, Domingo Iturbe.

«Txomin» pasó de allí a Argelia, donde inició los primeros contactos con enviados del Gobierno español, pero su muerte en 1987 hizo que fuera sustituido por «Antxon», que había sido expulsado a Ecuador.

Los contactos fracasaron y los siguientes se produjeron en 1989, pese a que el «sucesor» de «Txomin» en la dirección, «Josu Ternera», fue arrestado.

Fueron las llamadas «conversaciones de Argel», en las que participaron Jose Luis Alvarez Santacristina, «Txelis»; Ignacio Arakama Mendia, «Makario», y Belén González Peñalva, «Carmen», y que finalizaron con la vuelta a las armas de ETA, tras una tregua entre el 8 de enero y el 4 de abril de ese año.

La ruptura de las conversaciones supuso la deportación de los interlocutores a Santo Domingo y de otras decenas de etarras, que estaban en Argelia, a diferentes países de Africa.

La nueva dirección la encabezaron entonces «Txelis», «Pakito» y Jose Arregui Erostarbe «Fiti».

En 1992, meses antes de la inauguración de la Expo de Sevilla y las olimpiadas de Barcelona , ETA volvió a quedar descabezada.

La detención en Francia de su «cúpula» directiva supuso uno de los golpes más duros recibidos por la banda y propició un notable descenso de su actividad, aunque continuaron los atentados.

77 secuestros

Cuatro años después, en 1996, ETA planeó su secuestro de mayor duración, el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara , liberado por la Guardia Civil tras permanecer 532 días en un zulo en Mondragón.

Para «compensar» el fracaso de esta acción, y tras un intento de asesinato de José María Aznar , entonces líder de la oposición, y un atentado fallido contra Juan Carlos I , el 10 de julio de 1997 cometió el que se convertiría en el último de sus 77 secuestros, el del concejal del PP en el Ayuntamiento de Ermua, Miguel Ángel Blanco Garrido , quien fue asesinado al cumplirse el plazo de 48 horas que la banda había dado para que el Gobierno accediera a reagrupar a sus presos.

La muerte del edil de un tiro en la nuca produjo una de las mayores movilizaciones populares contra ETA, que acuñaron con el llamado «Espíritu de Ermua», un fenómeno que, según los expertos, llevo a la banda, debilitada internamente, a declarar el 16 de septiembre de 1998 una tregua unilateral e indefinida.

Aunque inicialmente el Gobierno del PP la recibió con escepticismo, el 3 de noviembre de 1998 José María Aznar autorizó contactos para comprobar la voluntad de ETA.

El entonces secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, y el secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxá, se reunieron el 20 de mayo de 1999 en Suiza con «Mikel Antza», en unas conversaciones en las que también participó Belén González Peñalva «Carmen», quien también había estado en la mesa de Argel y fue detenida poco después.

El 3 de diciembre de 1999, ETA rompió la tregua tras acusar al PNV y EA de romper el Pacto de Estella (Lizarra) sobre la «construcción nacional» de Euskadi, firmado por diversas formaciones nacionalistas vascas.

Dédaca 2000 - 2010

Y el 21 de enero de 2000 materializó esa ruptura; ese día, el teniente coronel Pedro Antonio Blanco García falleció en Madrid a causa de la explosión de un coche bomba.

Desde la ruptura de la tregua, ETA ha asesinado a 46 personas y herido a más de trescientas en sus atentados, que no han causado víctimas morales desde el 30 de mayo de 2003.

Sin embargo, durante la campaña electoral para las elecciones generales en 2004, ETA intentó llevar a cabo una acción espectacular en Madrid, que fue impedida por las fuerzas de seguridad: en la madrugada del 29 de febrero, la Guardia Civil detuvo a dos presuntos etarras cuando transportaban en una furgoneta 536 kilos de explosivos.

Los éxitos policiales en Francia y España han permitido la detención de miembros de la dirección de ETA, entre ellos Ignacio Gracia Arregui, dirigente del aparato militar desde 1992, arrestado en 2000, Mikel Albisu, «Antza», jefe del aparato político, y Soledad Iparragirre «Anboto», supuesta responsable de los comandos «legales» (no fichados por la Policía), detenidos en 2004.

Otro de los dirigentes etarras detenidos, en 2002 y 2003, es Juan Ibón Fernández de Iradi, «Susper», que fue jefe de los comandos de la banda: la documentación que le fue incautada propició más de un centenar de detenciones de presuntos etarras en España y Francia.

El supuesto entorno de la banda terrorista también se ha visto afectado: la ilegalización de Batasuna y el desmantelamiento de KAS-EKIN, supuesto aparato político de la banda en España, de XAKI, supuesto aparato de Relaciones Internacionales, y de la organización juvenil Jarrai y sus sucesoras Segi y Haika.

Estos golpes, según los expertos, han hecho mella en ETA, que en enero de 2005 anunció su apoyo a la propuesta que Batasuna presentó en Anoeta en noviembre del anterior año.

La organización terrorista afirmó ver con «buenos ojos» la propuesta de Batasuna de conseguir la paz mediante dos mesas de negociación simultáneas, una entre los partidos vascos para discutir las cuestiones políticas y la otra entre el Gobierno y ETA para la «desmilitarización del conflicto».

En junio de 2005, un mes después de que el Congreso aprobara una resolución que avalaba un hipotético diálogo del Gobierno con ETA si ésta abandonaba las armas, la banda terrorista hizo, vía comunicado al periódico «Gara», una «propuesta» de «diálogo y negociación» para «una solución» al «conflicto» vasco, condicionada a la autodeterminación de «Euskal Herria».

Pocos días después, ETA anunció el cese de sus acciones «armadas» contra «los electos de los partidos políticos de España». Antes, el 18 de febrero de 2004, la banda terrorista había anunciado la suspensión de todas sus «acciones armadas» en Cataluña.

ETA rompió su, hasta la de este domingo, última tregua, el 30 de diciembre de 2006, cuando explosionó el aparcamiento de la T-4. En este atentado murieron dos ciudadanos ecuatorianos ( Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio ). Desde entonces, y hasta 2010, la banda terrorista se ha cobrado la vida de once personas.

Los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero , que murieron tras un atentado en la localidad francesa de Capbreton el 1 de diciembre de 2007; el ex concejal socialista Isaías Carrasco , asesinado a tiros en Arrasate-Mondragón (Guipúzcoa) el 7 de marzo de 2008; el guardia civil Juan Manuel Piñuel Villalón , asesinado el 14 de mayo de 2008 en Legutiano; el militar Luis Conde de la Cruz , que murió el 22 de septiembre de 2008 en Santoña (Santander), el empresario Ignacío Uría , asesinado el 3 de diciembre de 2008 en Azpeitia (Guipúzcoa); el policía nacional Eduardo Puelles que murió en Arrigorriaga (Vizcaya) el 19 de junio de 2009 y los guardias civiles Carlos Saenz de Tejada y Diego Salvá , en la localidad de Palmanova (Mallorca) el 30 de julio de 2009. Al menos ciento veinte personas han resultado heridas en estos atentados.

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