El Gobierno viajó 50 veces a La Palma para prometer ayudas que aún no han llegado a los afectados por el volcán
Sánchez gastó más de 330.000 euros en los vuelos de sus diez visitas a la isla, a lo que se suma el coste de las 40 hechas por sus ministros
Moncloa presume de conceder a La Palma el doble de fondos de los que realmente ha aprobado
![Pedro Sánchez tomando el Falcon en uno de sus múltiples vuelos en el avión presidencial](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/11/14/sanchez_falcon-RFyAtG5fjQ6tuMuphuWqTCP-1200x840@abc.jpg)
El Gobierno de Pedro Sánchez convirtió La Palma, con el telón de fondo de la tragedia del volcán, en una suerte de político 'photocall' por el que desfilaron y se fotografiaron en batería el presidente y sus ministros en reiteradas ocasiones. Lo ... hicieron para presumir de ayudas económicas que, en muchos casos, aún no han llegado.
En once meses, el presidente Sánchez viajó diez veces a La Palma, con abultada factura: solo el avión oficial, el Falcon, cuesta unos 5.600 euros por hora de vuelo. A eso hay que sumar el coste de los otros 40 viajes oficiales a La Palma de ministros y ministras, con el mismo fin, prometer y presumir de ayudas a los damnificados por un mar de lava que se ha tragado propiedades y cercenado el modo y el medio de vida de miles de personas.
Solo contando el Falcon, la ida y vuelta de esos diez viajes de Sánchez costaron unos 330.000 euros. Sonado fue el que hizo el 16 de agosto: el presidente estaba de vacaciones en Lanzarote, pero en vez de desplazarse en uno de los vuelos regulares entre islas, hizo que el Falcon viajara de vacío desde Madrid para recogerle en Lanzarote y llevarlo a La Palma. Y lo mismo a la inversa.
Protestas de los afectados
Trece meses después de que empezara la erupción del volcán de Cumbre Vieja –que duró tres meses–, los palmeros siguen quejándose por las promesas incumplidas, por el lento e incompleto goteo de ayudas y por las gruesas incertidumbres sobre cuáles van a ser los criterios para fijar las indemnizaciones por los inmuebles –suelos y edificios– que arruinó la lava.
El Gobierno habla de pagar mediante la expropiación de esas propiedades, pero los afectados insisten en que la ley establece que el valor de tasación en estos casos es el del momento de la expropiación. Eso haría que el dinero a percibir fuera ínfimo, porque un terreno o edificio sepultado por la lava vale una miseria. Por eso, los damnificados exigen que se paguen por lo que valían inmediatamente antes de que despertara el volcán.
A estas alturas, en fin, las ayudas dinerarias y materiales no han llegado en los términos prometidos, no acaban de llegar a todos los damnificados. Hay hartazgo por la espera. Por eso, el próximo sábado habrá una nueva concentración de protesta en La Palma.
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