El Gobierno tacha de «inaceptable» la actuación de la Policía de Gibraltar
Exteriores exige explicaciones al Reino Unido y a Gibraltar y muestra su «malestar» y «rechazo»

El Gobierno español no está dispuesto a pasar por alto que policías de Gibraltar, tal como denunció ayer ABC, hayan actuado en territorio nacional sin previo aviso y, por supuesto, sin que su actuación fuera controlada por ninguna autoridad judicial ni policial de nuestro país. El grave incidente ha provocado un enorme malestar en el Ejecutivo, que si por algo se ha caracterizado desde que José Luis Rodríguez Zapatero llegó a la Presidencia ha sido por el intento de no causar la mínima molestia a las autoridades británicas y del Peñón.
De hecho, el 21 de julio de 2009 el titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, fue el primer ministro español que pisaba la colonia británica para mantener una reunión ministerial del Foro de Diálogo junto con su colega británico, David Miliband, y el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana. La visita levantó una enorme polvareda política y el PP acusó a Moratinos de dar a entender con su gesto que ese territorio goza del estatus de un país soberano.
Sin precedente
Las deferencias del Gobierno de Zapatero —muestras de debilidad, según sus detractores—, no se han visto acompañadas por la buena voluntad de las autoridades gibraltareñas y británicas. De hecho, a lo largo de este tiempo han sido numerosos los incidentes en los que la Guardia Civil se ha visto envuelta. Sin embargo, hasta ahora nunca se había llegado a lo ocurrido los pasados 5 y 6 de agosto, cuando agentes británicos, sin previo aviso ni autorización de España, allanaron una vivienda de La Línea de la Concepción. Según parece, los agentes iban en busca de pruebas para resolver el atraco a la joyería «Celine» perpetrado el día 4 en la calle Real de Gibraltar.
La vivienda en la que entraron los policías británicos estaba alquilada por la novia de uno de los dos individuos detenidos por el asalto a la joyería y de ella se llevaron dos mil libras, un fajo de billetes de 50 euros, tres cascos de motocicleta, un manojo de llaves y un contrato de arrendamiento del inmueble. Fue la mujer quien denunció a la Guardia Civil los hecos, que ahora investiga el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de San Roque (Cádiz).
Ayer, tras la denuncia de ABC, Exteriores hizo público un duro comunicado en el que precisa que la gravedad de los hechos ha obligado a realizar «gestiones diplomáticas tanto con el embajador del Reino Unido en España como con el ministro principal de Gibraltar». El secretario de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos les traladó el «profundo malestar y el rotundo rechazo» de España por lo ocurrido. Eso sí, en su línea de no tensar demasiado la cuerda, el Ejecutivo muestra su esperanza de que «se mantenga el buen clima de cooperación policial y judicial alcanzado en el marco del «Foro de Diálogo Tripartito».
La respuesta de Gibraltar no se hizo esperar. Caruana hizo pública una nota en la que señala que se «se ha disculpado ante el Gobierno de España por la intervención incorrecta de dos agentes de la Policía Real de Gibraltar en territorio español». Añade que «afortunadamente» existen procedimientos establecidos entre las Fuerzas de Orden público de ambas partes para colaborar. «Estos procedimientos no fueron seguidos en este caso puntual a causa de error de los agentes policiales al interpretar erróneamente que al ir acompañado del propietario del inmueble ellos no ejercían poderes policiales en territorio español». Eso sí, Caruana recuerda que se disculpa tal como hizo en su día «el Gobierno español en relación con el incidente del año pasado cuando tres agentes de la Guardia Civil entraron y actuaron en una zona residencial dentro del territorio de Gibraltar», hechos por los que fueron detenidos durante unas horas.
Por su parte, el embajador británico, Giles Paxman, declaró a Ep que «estoy preocupado por lo que ha aparecido hoy en la prensa. Entiendo que el Gobierno y la Policía de Gibraltar han pedido disculpas por el suceso». Y añadió: «Espero que este tipo de incidentes no vuelvan a ocurrir».
Por su parte, el jefe de la Policía gibraltareña ha abierto una investigación interna sobre lo sucedido.
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