El único acusado de una paliza en manada a un joven de Nigrán esquiva la cárcel por 120.000 euros
La víctima, con una graves secuelas físicas y psíquicas, denunció su caso coincidiendo con la muerte de Samuel Luiz. «Se volvió loco preguntándose por qué Samuel murió y él no» denunció su madre
![Estado en el que quedó el joven agredido en verano de 2020](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/06/17/nachoooo-RkPRgIEHlCp0hMYQqqzqCcP-1200x840@diario_abc.jpg)
«La manada que agredió a mi hijo sigue en la calle, pero Nacho no puede salir de casa». Con estas palabras resumía la madre de un joven de Nigrán (Pontevedra) el caso de su hijo, Nacho Martíns, brutalmente agredido en verano de 2020 tras una noche de fiesta. Según explicó la víctima en el juicio que se celebró el pasado mayo en la Audiencia provincial de Pontevedra, con el primero de los golpes que recibió en las inmediaciones del Pazo de Urzaiz «ya me quedé KO», pero el recuerdo de alguno de sus atacantes lo tiene intacto en la memoria. Tanto él como un portero de un local cercano señalaron sin ningún género de dudas al camarero que se sentó en el banquillo el mes pasado. El fue el único procesado por un ataque en el que participó un grupo cuyos integrantes — se calcula que seis— nunca llegaron a ser identificados. Y ahora, ese agresor procesado ha llegado a un acuerdo para esquivar la cárcel a cambio de 120.000 euros de indemnización.
Durante el juicio, el camarero negó su participación en los hechos, arguyendo que solo le pidió explicaciones por haberle pegado a un compañero y acto seguido lo empujó, pero manifestó haber visto a Nacho «marcharse corriendo hacía el bosque». Este lunes, sin embargo, este joven se confesó culpable de la paliza, que cambió la vida del vigués para siempre. El único procesado por el linchamiento aceptó finalmente dos años de prisión por un delito de lesiones grave, aunque no tendrá que ingresar en la cárcel si no vuelve a delinquir en los próximos dos años. Asimismo, tendrá que abonar una responsabilidad civil a la víctima de 120.000 euros, de los cuales 25.000 euros ya han sido pagados. Los jueces recogen en la sentencia, que ya es firme, los atenuantes de reparación del daño y dilaciones indebidas. El hombre también tendrá que hacer frente al pago de más de 8.300 euros al Servizo Galego de Saúde (Sergas) por las intervenciones realizadas, además del pago de las costas. Por otra parte, no podrá acercarse a menos de 200 metros de la víctima durante 10 años.
MÁS INFORMACIÓN
Las secuelas de la paliza, para Nacho, son irreversibles. Los puñetazos y las patadas que recibió en la cara, y por las que perdió el conocimiento, lo llevaron al quirófano en varias ocasiones. Precisó de reconstrucciones y de todo tipo de fármacos para soportar el dolor. También sufre un trastorno de estrés postraumático grave, con conductas de evitación y aislamiento social. Además de sus problemas de salud mental la agresión le dejó varias cicatrices, afectación maxilar y pérdida de parte de la visión de un ojo. «Es Nacho pero pudo ser Samuel» se refería su familia al nivel de ensañamiento con el que los atacantes actuaron la noche que fueron tras él al grito de «te vamos a matar».
Sobre la comparación con el coruñés que perdió la vida en julio de 2021 a manos de un grupo de jóvenes -un caso aún pendiente de juzgar- la madre confesó que «estábamos viendo el telediario y cuando Nacho escuchó lo de Samuel salió de su habitación y se volvió loco, preguntándose por qué Samuel murió y él no. Entonces se decidió a contarlo, a decir que él sí está vivo». Sobre el acuerdo pactado este lunes, el padre de Nacho, Ignacio Martíns, fue claro y reconoció que «aunque el agresor fuera a la cárcel, mi hijo no se iba a curar y, tal como está la justicia, tampoco iba a pasar mucho tiempo en prisión». «Hay que pasar página» mantuvo ante el abogado de la acusación, que no dudó en poner en valor la actitud y generosidad de Nacho.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete