Los populares condenan el «feminismo sectario del nacionalismo gallego»

El panfleto, según confirmaron fuentes del sindicato a ABC, estuvo rondando residencias de mayores durante al menos dos semanas para hacer un llamamiento a la participación el pasado martes en una manifestación frente a uno de estos centros en Santiago. El motivo, aseguran, es la «psiquiatrización» de estas instalaciones, en las que denuncian que se admiten personas que deberían recibir atención de salud mental en detrimento del servicio prestado a los usuarios y del bienestar de los empleados, que asumen más carga laboral. Pero más allá de lo lícito o ilícito de la protesta, fallaron en las formas. Como se aprecia en la imagen, García aparece representada recostada en un sillón con un bolso de Louis Vuitton mientras dice «Dígales que no molesten y se pongan a trabajar como yo. Las rebajas me matan«. Para más inri, y no de manera inocente, en el panfleto la caricatura de la conselleira se expresa en castellano mientras el resto de las leyendas están todas escritas en gallego.

La conselleira se preguntó si se le haría lo mismo a uno de sus compañeros hombres. Los medios preguntaron al BNG por esta cuestión, y en el Bloque se limitaron a decir que no aceptan «lecciones de feminismo del PP», partido del que, dice Ana Pontón, aún espera una disculpa por los comentarios «paternalistas» del último pleno. «Creo que a las mujeres en política hay que criticarnos, al igual que a los hombres, por lo que hacemos», defendió, aseverando que a García hay que cuestionarla por su «actos», porque la materia de Política Social en Galicia «es un escándalo».

Su posición contrasta con la de los socialistas, que no tuvieron reparos en condenarlo de forma tajante. Lo hizo la alcaldesa de La Coruña, Inés Rey, que lo definió como un «panfleto asqueroso» y «machista», y también el portavoz de la ejecutiva del PSdeG, Julio Torrado, que este viernes trasladó a García su «afecto». Más allá de sus diferencias políticas, «nadie» debe verse señalado por un «panfleto baboso» como el denunciado, que, en ningún caso «debería ser aceptado o protegido por nadie». Cuestiones como esta, lamentó, enturbian «cualquier intento» de promover acciones políticas o sindicales. Un asunto, zanjó sobre el tema, en que no hay lugar a «discrepancias».

Pero el más contundente en su crítica fue el portavoz del grupo popular Alberto Pazos, que este viernes en rueda de prensa reiteró lo dicho ya por muchos de sus compañeros estos días. «Seguimos a la espera de que tanto la líder del BNG, la señora Pontón, como todas las feministas nacionalistas que con tanto orgullo ondean la bandera a favor de la igualdad, muestren su rotundo rechazo a la asquerosa y machista campaña impulsada por la CIG«. Una campaña, continuó Pazos, que «no hace más que atentar contra la dignidad de la mujer trabajadora» que, como todos, «tendrá sus acierto y sus errores», pero a la que no se le puede negar «un respeto absoluto, huyendo de los estereotipos repugnantes que utiliza la CIG en ese panfleto, que es el máximo exponente del machismo que domina al BNG y a todas sus organizaciones satélites».

«Basta ya de este feminismo sectario que esconde el nacionalismo gallego, que tanto se queja de supuestos ataques machistas«, pero que »no es capaz de condenar un ataque personal como el sufrido esta semana por la conselleira« o »cualquier mujer que no comulgue con su doctrina política«, zanjó al respecto. Una dualidad aún más llamativa teniendo en cuenta que el propio viernes la CIG presentó su campaña de cara al 8M bajo el nombre 'Trabajo, igualdad, salarios dignos', abogando, precisamente, por un trato igualitario entre hombres y mujeres en los entornos laborales.