Pontón asume que «Galicia y Euskadi son muy diferentes» y Besteiro se congratula por Sánchez
Rueda ve un «cambio de tendencia claro» en el modesto avance del PP y culpa al PSOE del resultado de Bildu, por su «blanqueamiento»
Ana Pontón soñó con ser presidenta de la Xunta. También con subirse al «tren de las naciones» y meter a Galicia en la misma vía que vascos y catalanes. Como no consiguió lo primero, tendrá que esperar como poco cuatro años para ver lo segundo. Después del 18F, al margen de instaurar un gobierno «en la sombra», el BNG se cobra pequeñas satisfacciones, como la del éxito de Bildu en las elecciones del domingo en el País Vasco. Ese que se vio cosechando durante los días de campaña en que caló el mensaje del «cambio». «Galicia y Euskadi son realidades muy diferentes. Ya dice el refrán, las comparaciones son odiosas», despejó este lunes en rueda de prensa.
Pontón leyó en la victoria ajustada del PNV, y el empate a escaños de la izquierda abertzale, en definitiva, el «avance en número de escaños nacionalistas y soberanistas», un resultado «positivo». Tanto para la comunidad autónoma como «para la defensa de una mayor democracia, más derechos y más libertades en el conjunto del Estado español». Que los jeltzales y los herederos de Batasuna coparan una amplia mayoría de los votos supone avanzar también, abundó, en «plurinacionalidad, pluriculturalidad y plurilingüismo». Y «esto siempre es positivo», remachó. Antes de culminar su valoración, quiso apostillar que «el PP en Euskadi sigue siendo una fuerza irrelevante, quedó muy por debajo de sus expectativas». Para la líder del Bloque, fue el segundo gran titular de la noche.
José Ramón Gómez Besteiro, que compareció también en el Parlamento, media hora antes, y venía de desdeñar el ejecutivo «B» del BNG, se mostró satisfecho ante los medios. A diferencia de Pontón, a quien se preguntó, el portavoz del Grupo Socialista en el Pazo do Hórreo arrancó felicitando a su compañero Eneko Andueza, candidato el 21A, que pone rostro al grupo que servirá de 'muleta' al PNV en Vitoria. O, en palabras de Besteiro, «en torno al cual se articula el gobierno» vasco.
El político lucense tiró de argumentario: el PSE fue el mejor parado del gobierno de coalición, caló su mensaje de «centralidad» y apuesta por el «bienestar», se puede ser «muy optimistas de cara al futuro». Y añadió que «en los próximos años vamos a compartir muchas cosas, gallegos, vascos y catalanes»; un «diálogo» gracias al cual «se fortalecerá la política que se hace a nivel de Estado». Preguntado por este medio por si esto convierte a País Vasco y Cataluña en espejo en el que mirarse desde Galicia, Besteiro se fue por la tangente argumental, replicando que el espejo son los «servicios públicos», donde hay «sintonía» en los tres territorios. Las tres son comunidades históricas, recordó, con su autogobierno, en un «mapa de comunidades autónomas casi federales». Y, finalmente, añadió que «la gobernabilidad de España también sale fortalecida». Ergo es el resultado que quería su jefe de filas, Pedro Sánchez -de quien no supo confirmar si acudirá el domingo al congreso del PSdeG que le ungirá como nuevo secretario general-.
Si a Besteiro le tocó festejar el resultado del 21A, en el que su partido logró 12 escaños de 75, no fue más sencilla la papeleta para Alfonso Rueda. Preguntado tras la reunión del Consello, calificó de «subida apreciable» la subida de su partido, en la que procuró ver un «cambio de tendencia claro». Sobre Bildu, señaló que «gran parte del avance (…) se basa en el blanqueamiento evidentísimo» al que lo somete el PSOE por intereses de Sánchez. Barriendo para casa, dos ideas. Una: «No son fáciles las mayorías absolutas». Y dos, por la entrada de Vox y Sumar en el Parlamento vasco, a diferencia de O Hórreo: «Los gallegos no somos de extremismos».
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