El fin de la pandemia y una nueva ley educativa marcan el inicio del curso escolar
educación
La CIG denuncia que 747 plazas de interinos y sustitutos están aún sin cubrir
Un total de 311.179 alumnos de Infantil, Primaria, Educación Especial, ESO y Bachillerato volvieron esta mañana a las aulas en Galicia. El nuevo curso devuelve la normalidad a las escuelas en las que ya no hay medidas excepcionales ante el Covid, pero que tendrán que adaptarse a la nueva ley educativa, la Lomloe, que ha provocado algunos retrasos en la implantación de los currículos. La vuelta al cole se produce además en medio del malestar de los sindicatos que denuncian recortes de profesorado, que la Consellería niega.
Tanto el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda —que visitó un centro en Santiago— como el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, destacaron «la gran normalidad» con la que profesores y alumnos han regresado a las aulas en el primer día del curso escolar. Desde Orense, Rodríguez explicó que se prevé que los alumnos de Formación Profesional lleguen a 58.000 o 60.000. La cifra todavía no está cerrada, dado que el plazo de matrícula terminó aún el miércoles. Después de que hace unos días el conselleiro augurase una aplicación «caótica» de la Lomloe, resaltó que el curso comienza sin problemas en toda Galicia, «después de un momento de cierto rifirrafe político», informa Ep.
El cambio de la ley educativa que se irá introduciendo paulatinamente y convivirá con la antigua Lomce —una para los cursos pares y otra en los impares— ha provocado cierto malestar por el retraso en la aprobación oficial de los currículos. Al mismo tiempo que empezaba el curso, el Consello de la Xunta dio el visto bueno al primero de ellos, correspondiente a la etapa de Infantil. Rueda valoró la «superación de todos los problemas derivados de la entrada en vigor de esta ley» y denunció el «retraso» del Ejecutivo central «a la hora de elaborar los currículos para que las comunidades autónomas» pudieran hacer los suyos. Galicia «hizo los deberes a tiempo» y el pasado abril presentó «todos», aseveró el presidente. Si bien reconoció que no estaban aprobados «de forma formal». Se realizaron para que los profesores pudieran organizar el curso y las editoriales preparar los libros de texto. Tras el de Infantil, tendrán que seguir recibiendo el visto bueno definitivo los de las siguientes etapas educativas. Los sindicatos de profesores, sin embargo, han denunciado durante toda la semana los inconvenientes que ha traído el retraso. El responsable de CCOO-Ensino, José Manuel Fuentes, repartía este martes culpas entre el Gobierno central y la Consellería. Desde Anpe, veían «hasta ilegal» hacer programaciones en base a borradores.
El inicio de curso ha estado marcado también por las denuncias sindicales con respecto a un recorte en el número de docentes, que la Xunta niega. El sindicato CIG-Ensino insistía ayer que 747 plazas de sustituciones e interinos estaban «sin cubrir», a primera hora de ayer, en la web de Educación. «La cifra demuestra los grandes problemas de gestión por parte de la Consellería para el inicio del curso lectivo y provoca malestar en los centros afectados por falta de este profesorado», denunció el sindicato. El pasado miércoles, la CIG organizó protestas delante de la Xunta para denunciar los recortes y exigir que Educación ofrezca los datos concretos de profesorado. Tras la rueda de prensa del Consello, Rueda aseguró que «están sosteniendo cifras que no son reales», aunque tampoco precisó las cifras. Desde hace semanas, la Xunta insiste en que hay 130 aulas más que antes de la pandemia. «Si baja el número de alumnos en general en las fases primarias, lógicamente hay que hacer una reordenación, sin suprimir profesorado», añadió.
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