La mirada de Gabarrón desde ambos lados del Atlántico
El Museo Provincial de Pontevedra inaugura la exposición que recoge gran parte de su obra gallega
Arte que invita a tolerar
![Cristóbal Gabarrón en el Museo de Pontevedra entre su obra](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/03/16/gar-RA9evdEkj9itpGVb1plf4fM-1200x840@abc.jpg)
Aunque, como cantaba Serrat, nació en el Mediterráneo (Mula, Murcia), Cristóbal Gabarrón hace más de un cuarto de siglo que siente una curiosidad y atracción por el océano Atlántico. Gran parte de su vida y su carrera la desarrolla desde el otro lado, en ... Nueva York, donde este multidisciplinar artista goza de un alto estatus y reconocimiento. Desde allí mira al horizonte, sabiendo que al otro lado del mar está Galicia. Su otra casa. Allí se inaugura este jueves su nueva exposición, 'Gabarrón atlántico. Ronsel de saudade', en el Museo Provincial de Pontevedra, que de manos del comisario Antón Castro, recoge su obra de influencia oceánica. Y, en cierta manera, explican Gabarrón y Castro a ABC rodeados de sus esculturas, esta selección de obras es un reflejo de la totalidad de la carrera del murciano.
Gabarrón entiende el arte de una forma muy concreta. «Cada espectador debe de tener su propio final», dice. Rehúsa de profundizar en los motivos que le llevaron a crear sus piezas, de expresar los sentimientos que le producen. Forma parte todo de una concepción pública de su propia obra: no solo en el lugar en el que se expone -«la obra es para la gente»-, sino también en la libertad que concede al público para que la interprete.
Esa idea no es opuesta a la defensa de unos valores a través del arte. Es más: la propia libertad que concede Gabarrón es, quizá, el leit motiv de toda su producción. Su intención última. Aunque hable de otras muchas cosas por el camino: «del amor, de la muerte, de la cultura« (en fin, de »todas las cosas que importan«). Y todos ellos se recogen en una de las esculturas que abren esta muestra, 'El mar que yo conozco'. Desde su casa en Bueu (Pontevedra), Gabarrón divisa el basto océano, y también lo fotografía. Una gran lona con una imagen tomada por él de las olas rompiendo contra las rocas cae del techo, sirviendo de fondo para las varias barcas que 'navegan' frente a ella. Desde una gamela real, recubierta por conchas de vieira que ha ido recolectando, hasta un pequeñito barco de madera con unas figuras ahorcadas. Otra de las embarcaciones porta riqueza, otra, a dos enamorados.
—Esta obra tiene varios elementos. La barbarie que vivimos por la emigración de pueblos pobres que buscan una vida mejor. Es terrible. Arriesgan la vida con tal de buscar una oportunidad mejor —cuenta el artista frente a las barcas.
—Aquí entra la reducción del tamaño de las barcas, van de más grande a más pequeña —precisa su hijo, Cris Gabarrón.
—Sí. A partir de una realidad, que es la gamela, voy haciendo barcas más simples, pero cuando más pequeñas son, más tragedia tienen.
![Gabarrón frente a 'El mar que yo conozco'](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/03/16/1463127454-U01708600681nNB-624x385@abc.jpg)
La exposición «rompe la diacronía», explica su ideólogo, el crítico de arte Antón Castro. No sigue un orden cronológico, sino que todos los elementos están dispuestos en la gran y pulcra sala para que parezcan uno solo. Ni tan siquiera la que se puede considerar la pieza principal -y la más antigua-, que es un conjunto de cantos rodados recolectados y pintados por Gabarrón en las Rías Baixas, está en el centro de la muestra. «La intención es crear un todo, y viéndolo ahora estoy muy contento con el resultado«, se alegra Castro.
Gabarrón refleja cuatro pilares del arte (pintura, escultura, fotografía y la instalación) en los últimos años después «del drama posmoderno y el 11-S«, resume el comisario. »Es la búsqueda de la belleza, la búsqueda de lo sublime, la pérdida de la inocencia y el rescate moral«, detalla Castro haciendo referencia a conceptos kantianos. Y no es pretencioso, más bien todo lo contrario, pues a su lado Gabarrón asiente en silencio, como tachando de una lista todo lo que lo ha llevado a crear a medida que su compañero enumeraba.
La exposición es para visitar como quien pasea por un parque. En los propios exteriores del museo ya nos encontramos una escultura de Gabarrón, 'Siega verde' unas torres piramidales que se yerguen entre los árboles como salidos de la tierra. Toda su obra está estrechamente ligada a la naturaleza: crea a partir de piedra, de madera (en su sentido más tradicional, pero también desde cortezas de palmera) o de barro. «La naturaleza te provoca sentimientos muy interesantes y reflexiones», y es lo que él mismo pretende evocar, resume el artista.
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