Caso Karar: visto para sentencia el gran alijo de la pandemia tras diez meses de juicio
La organización del arosano Santórum se enfrenta a penas de hasta casi 20 años de cárcel
Los acusados del gran alijo del confinamiento buscan aire en la imputación del jefe policial que los investigó

El juicio por el alijo de 3,8 toneladas de cocaína transportadas en el buque MV Karar en plena pandemia de Covid (abril de 2020) ha quedado este viernes visto para sentencia en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, tras diez meses de sesiones después de dar comienzo en abril de 2024.
El caso investiga a 28 acusados (habría 29 pero uno falleció antes del juicio), entre los que figura el arosano Juan Carlos Santórum, considerado por los investigadores el cabecilla del grupo. También están acusados los 15 tripulantes del MV Karar y otras 12 personas arrestadas en tierra, entre ellas un ciudadano colombiano, un funcionario de Vigilancia Aduanera y la mujer de este.
Este viernes se ha celebrado la última vista, en la que el abogado de uno de los procesados, un constructor de barcos, expuso sus conclusiones, considerando que su defendido «no tuvo intervención real» en la trama, pero Fiscalía lo utiliza para «darle sentido a la trama», debido a que unas llamadas telefónicas sin contenido de este varón vincularían con el Karar a Santórum. Además, según recogió Europa Press, todos los acusados tuvieron tiempo para su derecho a última palabra, renunciando gran parte de ellos a la misma y reivindicando otros que no estaban vinculados con el Karar y que no habían declarado durante el juicio porque no les habían permitido hacerlo al final, tras los testigos.
Dos de ellos aprovecharon especialmente la oportunidad de hablar antes de que el juicio por el gran alijo de la pandemia quedase visto para sentencia. El primero fue el hermano de Santórum, calificado por las acusaciones como «colíder» del grupo. Dijo que no tuvo nada que ver con el Karar y que en aquella época, por su situación personal, casi no salía de casa. Pese a todo, agradeció el trato de los agentes y de las magistradas, insistiendo en que no había cometido ningún delito.
El segundo que más se prodigó en el uso de la última palabra fue el funcionario de Aduanas acusado, reivindicando que ha dedicado 25 años al servicio público y que no cometió ningún delito de los que se le imputan. Este procesado apuntó hacia el instructor policial del caso y a otro agente del GRECO, así como a un funcionario del Servicio de Vigilancia Aduanera. Entre los tres, «lo habrían intentado hundir», junto con «peones». Entre lágrimas, lamentó el daño sufrido durante los últimos cinco años tanto por él como por su familia. Precisamente su mujer es otra de las acusadas. Tras asegurar que hace cinco años «dejó de creer en la justicia», alabó el trabajo de las magistradas en el juicio, subrayando que vuelve creer en la justicia, esperando «luz» tras todo este proceso.
Los acusados se enfrentan a hasta 19 años y medio de cárcel. En sus conclusiones finales, el fiscal rebajó las penas para los 15 tripulantes del barco (9 de Nepal, 5 de Bangladesh y un gallego, José Manuel B.G.), que confesaron su participación durante su declaración en esta macrovista. Así, redujo la solicitud de los 13 años y medio iniciales por tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal a siete años y medio para el tripulante gallego (encargado de supervisar la carga y llegada de toda la droga), para el capitán y para el segundo al mando; mientras que para el resto pide 7 años y 3 meses de cárcel.
Todos ellos admitieron en el juicio que sabían, al salir de Panamá, que iban a transportar cocaína con destino a Galicia, una droga que cargaron frente a las costas de Colombia. En el caso de Santórum y su entorno, y del resto de acusados, el fiscal reafirma su acusación y mantiene la petición de penas: 18 años y medio de cárcel y 438 millones de euros de multa para el arosano, considerado el 'cabecilla' de la organización.
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