EL GARABATO DEL TORREÓN
El auditorio no está ocupado
El analfabetismo funcional, es decir, la incapacidad para la comprensión lectora, tiene sus ventajas y sus inconvenientes
Como casi todo, el analfabetismo funcional, es decir, la incapacidad para la comprensión lectora, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las ventajas, la de ser un aval eficiente para optar a plaza de concejal; entre los inconvenientes, la incapacidad de distinguir la licencia ... literaria de la textualidad. Son así de obtusos: les señalas la luna con el dedo y solo ven el dedo. Les esbozas un ideograma de la okupación y creen que dices que un auditorio está okupado. A este tipo de gentes, le pones delante un pingajo colorado y embisten sin pensárselo dos veces: o con los cuernos políticos o con los cuernos domésticos.
El otro lunes contaba yo de esa calamidad municipal que es el auditorio de Lugo, que ni se inaugura, ni se inaugurará antes de que las ranas críen pelo. Y me lamentaba, como se lamentan todos los lucenses, de que, dada su inutilidad, no se le diese al menos un uso social, cual podría ser su inclusión en el catálogo de inmuebles okupables. Los gramáticos llaman a estos juegos metáforas aposicionales, pero comprenderán ustedes que no vamos a perder el tiempo desasnando a quien tenga por gala levantarse de las patas de atrás entre rebuzno y rebuzno. Estas cosas hay que meterlas siempre con la vaselina de la sorna y el talco del cachondeo, porque de lo contrario, la impericia consistorial para distinguir el culo de las témporas de adviento puede hacer que a cualquier cretino le dé por roznar y por empitonar a todo aquel que, además de tener la osadía de saber leer, no roba, ni engaña, ni es comisionista.
Yo creo que el mal es de toda España. Y en Galicia alcanza cotas superlativas. A estos pobres imbéciles, en la cuerda que se extiende desde los alcaldiños y alcaldiñas a los majaderos y majaderas de prima y corretaje, a esta manga de memos y memas, habría que exigirles las cuatro reglas y unos pocos rudimentos de comprensión lectora. Y luego, sí, soltarlos a embestir, a sisar en la compra y a engordar la cartilla. Y el inokupado auditorio municipal, que se inaugure cuando toque. Es decir, en la semana de los tres jueves o para cuando lleguen las calendas de los griegos. (Aviso para los analfabetos municipales: los griegos no tenían calendas).
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