EL GARABATO EN EL TORREÓN
Basta con sentido común
Al margen de memorias históricas, de munícipes descerebrados, de coyunturas políticas y de otros cainismos
TEl gobierno municipal de esta vieja ciudad en la que habito y tributo tiene condición bicéfala, lo cual multiplica por dos sus virtudes, que alguna tendrá, y sus defectos, que a diario saltan a la vista: doblemente inepto, doblemente osado y doblemente estúpido.
Ahora, por ... aquello de espantar moscas con el rabo, le ha dado por sacar a consulta popular el nombre con que se haya de administrar el sacramento del bautismo a un auditorio todavía sin inaugurar, pese a la veintena que carga a sus espaldas.
Una vez puesto a remojo, el cacumen de los infinitos enchufados en la Alcaldía a título de asesores ha ofrecido cuatro opciones, todas respetables y todas repartidas entre el completo desacierto y el mal menor.
No las traemos aquí nominalmente, primero, porque señalar con el dedo es de mala educación; y segundo, porque los nombres propuestos merecen al menos un silencio respetuoso y no el estallido de carcajadas.
A cualquiera que tenga dos dedos de frente se le ocurre que el auditorio de la ciudad de Lugo ya nace bautizado y anotado en el Registro Civil. Basta con aplicar el sentido común: Auditorio Cidade de Lugo.
Ni nada más ni nada menos. Con ese nombre está dicho todo. No es concebible que un concejal, por muy burro que sea (y este Concello da para siete ferias de Adai) se pueda oponer a que el nombre de Lugo figure en el frontis del edificio y en la cartelería y en los programas de mano de las actividades del nuevo espacio cultural.
Por lo demás, el topónimo es de todos, de unos y de otros; de ellos, de ellas y de elles; de los de abrigo y de los de albarda. Eso garantizará su supervivencia y lo mantendrá al margen de memorias históricas, de munícipes descerebrados, de coyunturas políticas y de otros cainismos.
Hoc nomen est, diría don Froilán López, aquel profesor sabio y serio.