Pazguato y fino
¿Qué quiere el BNG en Orense?
Se le ve cómodo diciendo que con Jácome todo va a peor en la ciudad
Qué cosas no deben estar pasando en el Concello de Orense para que PSOE y PP sean capaces de no descartar un posible entendimiento para desalojar a Gonzalo Pérez Jácome de la alcaldía. Es un escenario que desde estas páginas se ha defendido con insistencia: ... hay que poner fin a las políticas populistas en manos de personas que parecen haber llegado a los cargos con el único fin del lucro personal. Los audios de La Región están ahí. Las sospechas están justificadas, por más que la justicia en la ciudad sea de una lentitud exasperante y bochornosa.
Pensábamos que lo más difícil era que los dos grandes partidos fueran capaces de ponerse de acuerdo, e ingenuamente creíamos que esta beatitud nacionalista contra los malos políticos les haría posicionarse en el lado bueno de la historia, sin poner obstáculos. Pero he aquí que cometíamos un error. Los cuatro votos del BNG sí son determinantes –se exige mayoría absoluta para cesar al telepredicador– y quiere ponerles precio, aunque todavía no sabemos cuál.
Es decir, no basta con que el resultado pudiera ser acabar con una etapa negra en el Concello y que la alcaldía cambie a manos progresistas: el PP debe humillarse y pedir perdón. Y ya veremos qué más se le ocurre a Ana Pontón como exigencias para que no prospere y siga Jácome, y pueda así seguir culpando a la derecha. Luego exhibirán consternación por la deriva de la tercera ciudad de Galicia, pero llevarán en su conciencia que pudieron cambiar esa realidad y prefirieron no hacerlo. No se sabe exactamente qué quiere el Bloque para la capital orensana. Se le ve cómodo diciendo que con Jácome todo va de mal en peor, deslizándose por la pendiente del desgobierno, pero sin ser parte de la solución.
Es legítimo que la izquierda no quiera entregarle al PP la alcaldía, pudiendo alegar que suman más que el centro-derecha. Seguramente lo sensato sea un escenario que resulte cómodo para todos, con un programa de mínimos con puntos comunes, que respete la legalidad y acabe con el pan y circo que hoy satura el Concello. Porque eso es realmente lo importante: acabar con un modo de hacer política. Ya habrá tiempo de imputar culpas.
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