Fin de la moratoria en 2025
El interminable debate sobre el eucalipto gallego
Asociaciones ecologistas insisten en que se debe catalogar como especie exótica invasora, aunque otras voces apuntan a que esta especie no cumple los requisitos para serlo y su expansión depende de la acción humana
La tesis sobre el eucalipto que incomoda al BNG
![Un bosque de eucaliptos próximo a Santiago](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/10/1440222571-RoOUSneuxC3RPih32JdZ9eO-1200x840@abc.jpg)
Con frecuencia se define a Rosendo Salvado como el introductor en Galicia del eucalipto, esa debatida especie de altos rendimientos madereros que hoy en día cubre cerca de medio millón de hectáreas en la Comunidad. Es decir, casi un tercio del total de la superficie arbolada, según datos facilitados por la Consellería de Medio Rural correspondientes al último Inventario Forestal de Galicia. A mediados del siglo XIX, Salvado viajó a Australia, y sus constantes relaciones con el país llevan a pensar que la colonización de eucalipto, propio de la nación de los canguros, llegó de su mano. Sin embargo, voces como la de Francisco Díaz Fierros, profesor emérito de la Universidad de Santiago y experto en suelos vegetales y catedrático en Edafología y Química Agrícola, no creen que así sea. «Trajo otras especies, pero está estudiado que gran parte del eucalipto entró por Portugal», cuenta a este diario. Parece que en todo lo relacionado con este árbol no hay consenso ni sobre su origen en Galicia.
Volviendo a nuestros días, concretamente hace dos semanas, la asociación ecologista Arco Iris solicitó a Augas de Galicia que catalogue a esta especie como exótica invasora al menos en los ríos de la Cuenca Galicia Costa (CGC). La reclamación no es novedosa, y de hecho el Comité Científico de flora y fauna del entonces Ministerio de Medio Ambiente, en 2017, elaboró un informe favorable para incluir al eucalipto en el Catálogo de Especies Exóticas Invasoras, pero finalmente no se llegó a incorporar. El concello de Teo, del BNG en aquellos años, llegó a recurrir la decisión, pero la Justicia no le dio la razón. La Xunta, en el proceso, defendió que no es una especie invasora. Tampoco oculta la Administración autonómica que el eucalipto es un activo «importante para la industria gallega», según el director xeral de Planificación e Ordenación Forestal, José Luis Chan: «Es una especie básica y fundamental para el sector forestal».
Para Joám Evans, de Brigadas deseucaliptizadoras, el hecho de que no se hubiera incluido en el Catálogo responde a intereses económicos. El aprovechamiento maderero que supone el eucalipto en Galicia y su impacto económico es innegable pero, asegura, este árbol es un «riesgo para la biodiversidad».
No obstante, rebate Díaz Fierros que la evidencia científica no es contundente en este sentido y, por lo tanto, no debería considerarse como invasora. Algunas de las condiciones que ha de reunir para catalogarse de tal manera son, por ejemplo, «que tuviera capacidad de expansión» por sí misma. Y tasa que, como mucho, esta es de 50 metros. Si el eucalipto abunda en Galicia y se puede llegar a descontrolar es, esencialmente, por la acción interesada del hombre. «Muchas veces se le achaca que tiene capacidad de expansión propia, pero es la voluntad del ser humano», resume. Otra de las características ha de ser que «altere las condiciones del ecosistema». En este sentido, apunta el profesor emérito de la USC que también tienden a magnificarse, cuando la realidad no la aleja de otras especies de árboles.
Moratoria
Hace dos años, «frente a la dinámica positiva de los propietarios de plantar eucalipto y que estaba produciendo cierto desorden en la ordenación del territorio», en la Ley de recuperación de tierra agraria la Xunta aprobó una moratoria para evitar que se plantara en fincas donde no lo había. Por una parte, se consiguió que muchos propietarios apuraran para cultivar este árbol antes de que entrara en vigor. De hecho, para Evans, ahora «están proliferando todo tipo de plantaciones ilegales, que tendrían que ser sancionadas; y tendría que haber unos mecanismos de inspección controles y sanción». Para el profesor emérito, sin embargo, la moratoria «es excesiva» y no aporta ningún beneficio, sino que, en su opinión, sólo sirve para «aplazar el problema», que habría que tratar de raíz. A su juicio «hay datos» suficientes como para elaborar un plan. «Por supuesto que hay zonas en las que no se debería de plantar eucalipto, como las zonas fluviales», pero no sólo eucalipto, sino también pino, que tiene una absorción del agua muy similar, expone.
Explica el director xeral de Planificación e Ordenación Forestal que la «moratoria no es definitiva», sino que es un margen que se ha dado para paralizar la expansión eucalíptica, hasta tener «suficientes datos» para definir qué hacer con cada especie: «Se irán estableciendo las líneas que determinarán la superficie necesaria de las diferentes especies, entre ellas, la del eucalipto». Después de 2025 «se decidirá qué es lo oportuno hacer», concreta.
Falta de biodiversidad
El quid de la cuestión lo centra Díaz más en la mano del hombre que en la planta en sí. Que el eucalipto merma la biodiversidad de la zona es una realidad, pero, una vez más, no sólo ocurre con esta especie. Incluso, dice, los estudios dan resultados similares para el caso del roble —siempre hablando de plantaciones, no en su estado natural—. Cuando se planta un árbol, sobre todo pensando en su explotación económica —se distingue cuando están plantados en fila, de manera paralela—, se reducen las especies en la zona. Ocurre también en los pinares. «No hay que achacárselo a la especie», sino a la intención del hombre y a la forma de plantar; «si se va a hacer explotación, siempre va a haber reducción de la biodiversidad», concluye el profesor emérito.
Evans reconoce, al hilo, que tampoco se puede obviar que «hay otras especies iguales o peores que el eucalipto, como las acacias». Pero, claro, el número de ejemplares de esta planta es menor. O el pino, también foráneo, «desde el punto de vista de los incendios» es el peor, si bien el eucalipto es el segundo árbol que más arde. Aun así, matiza Evans que el pino no podría considerarse como especie invasora.
Al respecto, Díaz Fierros apunta a que realmente lo que es diferencial, a la hora de contener o evitar la propagación de un fuego, es el estado de los montes. Claro, si arde, «el eucalipto sí lo hace más que las especies frondosas», como el roble típico de Galicia; «pero más importante que la especie, es el matorral que haya debajo. Un eucalipto con matorral cuidado arde menos que una frondosa descuidada». Y se remite al ejemplo de Portugal, muy machacado por las llamas en los últimos años: «En 2017 hubo una comisión que analizó los incendios y esta fue una de sus conclusiones».
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