Fallece a los 83 años el arquitecto Alfredo Alcalá, muy vinculado a Ferrol

Ferrol despedirá este domingo a una de esas personas cuyo impacto en la ciudad perdurará a lo largo de los años. El arquitecto Alfredo Alcalá Navarro (Ballesteros de Calatrava, Ciudad Real, 9 de enero 1940) falleció este sábado a los 83 años en la ciudad que escogió como su hogar, y en la que tantos proyectos ha llevado a cabo. La corporación municipal ferrolana ha emitido un comunicado trasladando su pesar a la familia del arquitecto, un referente en la ciudad, y poniendo en valor algunas de sus obras, como la facultad de Humanidades, la restauración del foso del Arsenal Militar, la rehabilitación de un edificio del siglo XVII para el emplazamiento del Ateneo Ferrolano, o también el trazado del barrio de Esteiro. A lo largo de la Comunidad también se pueden encontrar otros proyectos que llevan su nombre, como la restauración del Convento de San Roque, en Santiago; o la rehabilitación del Pazo de la Merced, en Neda, en el que este domingo se celebrará su velatorio a partir de las 15:00 de la tarde. El lunes por la mañana, 25 de diciembre, será el entierro.

Manchego de nacimiento, se trasladó a la ciudad ferrolana de pequeño, debido al trabajo de su padre, médico de profesión, en los años 50. Él y su mujer, Marinela Medina, tuvieron siete hijos: Alfredo, Eva, Juan, Pablo, Guillermo, Jaime y Gonzalo. Alcalá se tituló en la Escuela técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1967, en donde se especializó en rehabilitación y reconstrucción de monumentos. Estaba colegiado, además, en los Colegios Oficiales de Arquitectura tanto de la Comunidad gallega, como de Andalucía oriental y de Madrid; y fue profesor en Escuela de Arquitectura de La Coruña.

Entre los reconocimientos a su persona, el Colegio de Arquitectos de Galicia le otorgó en 2019 el premio por su trayectoria profesional, tras haberse convertido en un «claro referente para todos» después de «51 años años de relación y continua actividad con el COAG y con el colectivo en general». Trece años antes, en 2006, había sido galardonado, además, con el Premio de Arquitectura Rodolfo Ucha.