Facenda prevé reducir la deuda de Galicia al 0,3% de su PIB en 2023
Valoración de la gestión fiscal de la xunta en 2022
El conselleiro destaca cerrar 2022 con menos déficit del estimado y señala que la Comunidad crecerá un 1,7% en 2023
La oposición acusa «estancamiento» y critica que la reforma del IRPF otorgue mayor rebaja a las rentas anuales altas
El BNG no encuentra apoyos en su intención de crear una fundación gallega para la innovación
Alcanzar los objetivos presupuestarios establecidos, dinamizar la economía, cumplir con la tasa de referencia del déficit público y no superar el 0'3% de deuda sobre el PIB gallego. Son las áreas de trabajo que el conselleiro de Facenda e Administración Pública, Miguel Corgos, destaca como prioritarias durante el calendario de 2023. La meta: consolidar la «estabilidad presupuestaria» y la «planificación» que, considera, son necesarias para que surja la «credibilidad y confianza» en el tejido gallego que dará empuje a la Comunidad en este periodo, en el que prevé que alcance un crecimiento del 1,7%.
Será, advierte, un año todavía muy marcado por el escenario internacional de incerteza que impera actualmente –motivado, entre otros factores, por el «incremento general» en los precios de consumo, un «cambio de signo en la política monetaria» europea y la persistencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, enumeró– en el que, pese a todo, ha celebrado, Galicia toma arranque «en buena posición». Así lo ha explicado el titular de la hacienda autonómica, apoyándose en los datos recabados tras el cierre del ejercicio 2022, durante el repaso que ha ocupado sus intervenciones en la sesión plenaria de este martes en el Parlamento, en las cuales ha señalado que los presupuestos del año pasado «cumplieron sus objetivos finalistas», así como también su «función financiera».
Recuperación y avance
Desgranando sus afirmaciones, Corgos indicó que Galicia cerró el 2022 «con una ejecución del presupuesto consolidado del 99%, un déficit presupuestario de 293 millones de euros –cifra que supone el 0,4% del PIB y dos décimas menos del inicialmente previsto, añadió– y con una ratio deuda/PIB del 17,2% –tres décimas bajo su estimación–». Todo un éxito a ojos del conselleiro, que lo consideró un indicador de «estabilidad presupuestaria» que responde a un modelo de crecimiento sostenible hacia el que se trabaja «en línea con los objetivos» fijados por el plan estratégico de cara a 2030, manifestó.
Para Corgos, los datos al cierre de 2022 «constatan» que Galicia «no solo cumplió» con las metas fijadas, sino que también «consolidó» su crecimiento tras la crisis a raíz del Covid-19 y «recuperó el PIB prepandemia en el cuarto trimestre», antes que el conjunto de España. «La estabilidad presupuestaria de Galicia, unida a la estabilidad institucional, es positiva. No improvisamos, sabemos lo que queremos y cómo conseguirlo», garantizó el conselleiro, que reiteró el logro de haber cerrado el año con «menos déficit del previsto», un «menor endeudamiento», un «mayor esfuerzo» inversor, un crecimiento en el gasto social y «pagando con agilidad a los proveedores» que toman parte en el mercado gallego.
En línea con ello, puso en valor el trabajo del Ejecutivo autonómico para «encadenar tres años consecutivos de crecimiento» y afirmó que repercutirá de forma positiva en la creación de empleo permitiendo que, a finales de año, la tasa de paro alcance el 8%, situó, destacando que se contará «por primera vez en 15 años» por debajo del 10%.
Brecha fiscal entre salarios
La oposición, por su parte, se mantuvo crítica frente al modelo fiscal de la Xunta; en concreto, la portavoz de Facenda del Grupo Socialista, Begoña Rodríguez Rumbo, atacó la rebaja secundada por el PP y finalmente aplicada en el IRPF por contribuir a generar mayores desequilibrios en base a las rentas anuales y que, incidió, supuso que a las de hasta 20.000 euros solo se les redujese en «un euro al mes» el pago del tributo, frente a los «492 euros al año para los sueldos de más de 60.000 euros». Por ello acusó al Gobierno autonómico de llevar a cabo un «seguidismo» del modelo fiscal de Isabel Díaz Ayuso para «beneficiar a los más ricos» frente al común de los gallegos, y afeó que el «modelo regresivo» adoptado se hará palpable «reduciendo» los servicios públicos «para que tenga sanidad privada, seguros privados y educación privada quien pueda pagar». La parlamentaria socialista contrapuso este sistema con el «modelo socialdemócrata que garantiza que quien más tiene debe contribuir más para disponer de servicios públicos de calidad al alcance de todos y todas, sin dejar a nadie atrás».
También la diputada del BNG Noa Presas censuró que el PP se decantase por trabajar en su política fiscal y económica para «hacer más ricos a los más ricos», expresó. Presas aprovechó el comentario lanzado previamente por Corgos para darle la razón en que «no improvisan [en el PP]» sino que, al contrario, sostuvo, «la derecha hace lo mismo que hizo en 2009, impulsar medidas que se traducen en recortes de derechos y en que Galicia continúa estancada». Para la parlamentaria nacionalista, «la mala planificación y ejecución, la fiscalidad regresiva» y la falta de acierto en el reparto de recursos son causa de quela Comunidad quede «estancada» en en sus ámbitos económico y productivo, y alargan el estado de «desigualdad social» que soporta. Censuró, además, que la ejecución «real» del presupuesto de 2022 se sitúe por debajo del 90%: «Nos vendieron que era el presupuesto más grande de la historia y dejaron 1.500 millones sin ejecutar», sostuvo.
Finalmente, el portavoz parlamentario popular, Pedro Puy, acusó a la oposición de dibujar una «falsa situación», a modo de «contrafactual» para criticar una buena gestión por parte de la Xunta. «Lo que les molesta es que las cosas van mejor», consideró el popular, reiterando que hacer un discurso «en base a contrafactuales no es positivo» en ningún debate.
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