Ence se reinventa en As Pontes con una bioplanta de celulosa reciclada

Además del reciclaje de cartón y papel, habrá una planta piloto de reciclaje textil

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Al fondo, la central térmica de As Pontes, en una foto de archivo Miguel Muñiz

Noela Vázquez

Santiago

El pasado octubre, Endesa terminaba de quemar en la central térmica de As Pontes (La Coruña) el último carbón de sus reservas, poniendo fin así a 47 años de producción eléctrica. Un hito que significó el cierre de uno de los motores industriales más importantes de la provincia y la pérdida de cientos de empleos, pero también la oportunidad a posibles nuevos proyectos más sostenibles, adaptados a las necesidades actuales de la sociedad y que promuevan una transición industrial justa. Precisamente, estas son las características que Ence destaca de la bioplanta que planea instalar en este municipio para la producción de celulosa reciclada y blanqueada, una «clara apuesta» de la compañía por «la economía circular», como destaca su director territorial en Galicia, Antonio Casal: no consumirá madera y se autoabastecerá de energía renovable.

«En Ence tenemos experiencia previa en proyectos que, como este, están plenamente alineados con la transición justa», y que «demuestran que la industria sí puede ser plenamente sostenible», indica Casal, seguro de que esta «innovadora» planta de reciclaje situará a la Comunidad Autónoma «a la vanguardia del sector». De hecho, no consumirá madera, y el consumo de agua será «hasta 15 veces menor que el de una planta de celulosa virgen» –se estima en 1,5 hm3 anuales–.

Además, será autosuficiente, abasteciéndose de energía renovable producida en las mismas instalaciones a partir de biomasa sostenible y de proximidad –esto es, libre de combustibles fósiles–; y se instalará en un suelo tradicionalmente industrial, con escaso valor en lo que a la biodiversidad se refiere, una cuestión que destacan desde la compañía porque no supondrá la degradación de hábitats naturales –si bien se ha llevado a cabo un análisis para conocer el estado de los ecosistemas existentes y asegurar su protección–.

Más de mil empleos

Con el horizonte para el inicio de la obras puesto en el año que viene, se espera que para 2027 pueda estar en funcionamiento la primera fase del proyecto, la propia planta de reciclado y blanqueado de cartón y papel recuperados, con una inversión que asciende a los 125 millones de euros. En la segunda fase, de desarrollará una planta de cogeneración de 150 MW de potencia térmica y alrededor de 50 de potencia eléctrica; y ya en la tercera, se dispondrá de una planta para la producción de papel tisú, con un desembolso de 75 millones. En total, se crearán 1.249 puestos de trabajo: 213 directos, 400 indirectos y 636 inducidos.

Todo ello se traduce en una capacidad de tratamiento de aproximadamente 160.000 toneladas anuales de papel reciclado, del que se obtendrá una producción, más o menos, de 100.000 toneladas anuales de pasta reciclada de calidad. Además, en el marco de este proyecto, explican desde la compañía, se abren nuevas potencialidades a partir del uso de CO2 biogénico para la producción de biocombustibles, y también se trabajará en la construcción de una planta piloto de reciclado de residuos textiles.

Precisamente, en esta última cuestión hubo avances la semana pasada, con la firma de un memorándum de entendimiento entre Ence y la start-up sueca ShareTex, que aportará una nueva tecnología ya probada a escala de laboratorio que presenta ventajas como la capacidad de procesar textiles de poli-algodón –ampliando así la gama de residuos reciclables–, y no requerir ni disolventes tóxicos ni condiciones drásticas de presión o temperatura. «Una tecnología puntera», como la define el director territorial de la empresa en Galicia, «para solucionar el problema de gestión de este tipo de residuos de forma sostenible, aspecto prioritario para Ence». En el proceso se dará una segunda vida a residuos post-consumo recolectados en la región, así como los provenientes del reciclado manual de textiles.

Una iniciativa que ya en su día el presidente, Alfonso Rueda, calificó como «fundamental para Galicia», declarada precisamente hace ahora un año proyecto industrial estratégico por, tal y como recuerda Casal, su carácter «pionero en materia de industria, empleo y desarrollo de la bioeconomía». Una consideración que también tienen otras dos iniciativas que planean para As Pontes: una fábrica de neumáticos de Sentury y la planta de hidrógeno verde de Reganosa y EDP. Un municipio que en cuestión de una década podría situarse a la vanguardia de la industria sostenible y consciente con el medio, abandonando el contaminante modelo tradicional.

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