La economía gallega está en «la primera división» del crecimiento
El Foro Económico de Galicia plantea un panorama positivo en relación a la UE, y ve buenas expectativas de crecimiento para 2024
Galicia cerró 2023 con la tasa de paro más baja desde 2008
![Presentación del Informe de Conxuntura Socioeconómica del Foro Económico de Galicia](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/04/01/foroeco-Rhk6R58x65iShLAzJJGtEqM-1200x840@diario_abc.jpg)
La economía gallega se encuentra en «la primera división» del crecimiento, en palabras de Santiago Lago, uno de los autores del Informe de Conxuntura Socioeconómica que el Foro Económico de Galicia ha presentado este lunes. Si bien está caracterizada por la ralentización del ritmo de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), que aumentó menos en Galicia que en el conjunto de España, las cifras son positivas con respecto a los demás países de la Unión Europea. Con todo, y pese a la reducción del desempleo, la Comunidad continúa enfrentándose a problemas como la tasa de actividad, con uno de los peores datos de España.
El PIB medio anual aumentó en Galicia un 1,8% en 2023, siete décimas por debajo de la media española (2,5%) pero por encima del registrado en el conjunto de la UE (0,4%). Por ello, en palabras de Lago, recogidas por Ep, se podría decir que Galicia se encuentra «en la primera división» del crecimiento, teniendo en cuenta que España presenta las mayores tasas de crecimiento interanual de los principales países de la zona euro.
En lo que a resiliencia ante la crisis se refiere, el PIB real en Galicia presenta «una recuperación superior a la registrada en la UE y de los países de la zona euro», con un crecimiento desde el último trimestre de 2019 –antes de la recesión– de 4,3 puntos. Supera de este modo la media española (2,3), y a otras economías como la italiana, la francesa o la alemana, donde el crecimiento fue del 4,2, del 1,9 y del 0,1, respectivamente. También es superior a la de las otras CCAA analizadas, siendo el crecimiento del PIB de Cataluña desde 2019 del 3,4; en Andalucía, del 3,2; en Navarra, del 3,1; y, finalmente, en el País Vasco del 2,6. Así, el informe refleja que la incidencia inicial de la crisis originada por la pandemia fue mucho más acusada que la de la crisis financiera del 2008, pero, a su vez, «tiene menor impacto en Galicia que en la economía española».
El crecimiento del PIB en 2023 se caracteriza por la aportación positiva de las exportaciones –de un punto, frente al 0,8 de las importaciones–, que contrasta con el comportamiento de la economía española, donde la contribución de la demanda interna (1,7) fue superior a la externa (0,8). Desde el Foro destacan la significativa ralentización del consumo privado, con un aumento interanual del 0,5% –cuatro puntos menos que el año anterior– frente al 1,8% estimado en España; y la contracción de las inversiones, que disminuyeron un 0,7% (frente al 0,5% de España). «La economía gallega se sostiene por el consumo de los hogares, que ha subido«, señaló Fernando González Laxe, expresidente de la Xunta y coordinador del informe: »Y, sobre todo, por el gasto de todas las administraciones públicas«, añadió.
Atendiendo a los diferentes sectores, todos menos el primario presentaron tasas de crecimiento positivas en 2023. El primario se contrajo un 0,9% en relación al año anterior –frente al 2% de la media estatal–; mientras que los servicios aumentaron un 2,3%–en España, un 3,2%–. Destacan, además, el crecimiento tanto de la industria manufacturera como de la construcción, con un aumento del 1,7% y del 0,8% respectivamente, frente al 3,3% y el 1,9% de la media nacional. Con todo, la parte negativa «tras todos los datos positivos aportados», como indicó Laxe, es la productividad –cociente entre el PIB y el número de horas trabajadas–, un problema especialmente acusado en la industria manufacturera, mientras que la construcción presenta una productividad superior a la media estatal.
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En lo que al mercado de trabajo se refiere, el Foro Económico de Galicia también hace un balance positivo. Con todo, si bien aumentaron las tasas de ocupación –hasta el 48%, sobre todo gracias al aumento de población extranjera no comunitaria– y de actividad (53,2%), esta última continúa siendo de las peores del estado, donde, además, sigue apreciándose una acusada brecha de género –la actividad en las mujeres es del 44,3% frente al 52,2% en los hombres–. Por su parte, se redujo la temporalidad (16,5%), y el desempleo disminuyó un 11% en términos relativos en un año, hasta el 9,7% –en España se redujo un 4,3%, hasta el 12,1%–. Este, acorde a los datos del informe, afecta en mayor medida a las mujeres, a los menores de 25 años, a los extranjeros y a las personas con estudios primarios.
Finalmente, atendiendo a los nuevos empleos, destaca el peso de las mujeres y de los extranjeros no comunitarios. La gran parte de los puestos creados fueron asalariados, mientras que se redujo el número de personas empresarias empleadoras, y todo el empleo creado fue empleo indefinido. Son, en definitiva, datos que permiten «vislumbrar» un año en el que «sabremos manejarnos en el nuevo entorno», concluyó Laxe, que se aventuró a decir que «las expectativas de crecimiento para 2024 son muy buenas».
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