Una docencia pionera y un crisol académico: repaso centenario al Seminario de Estudos Galegos
El CCG conmemora la institución gallega que reformuló la enseñanza magistral
Consello da Cultura Galega: cuatro décadas al servicio de la cultura de Galicia

El Consello da Cultura Galega (CCG) acaba de publicar 'O saber de nós', un libro que repasa la historia del Seminario de Estudos Galegos (SEG), institución que transformaría el modelo de enseñanza magistral y se convertiría en caldo de cultivo para académicos entre 1923 y ... 1936. La edición de un libro que conmemorase al Seminario se acordó en un congreso en 2023 –efeméride del centenario de su creación– , al que asistieron los expertos que acabarían firmando juntos la obra, un total de veinte. Como explicó este lunes en su presentación Henrique Monteagudo, secretario del CCG, se estructura en dos partes diferenciadas que responden a cuestiones abordadas en dos certámenes y resultan en dos enfoques: «el contexto, obra y legado del SEG», un estudio de la institución como tal; y la comparativa con otras entidades contemporáneas de naturaleza similar.
Fue una institución transgresora: por un lado, el formato de seminario «rompe» con la concepción más estática, menos flexible, de la enseñanza magistral, en la que el profesor se limita a leer o libros o a explicar materias. En su lugar, el SEG proponía colaboración e interdisciplinariedad, y promovía el debate en grupos reducidos, dirigidos por un profesor con el que el alumnado mantenía una relación directa. Creado por estudiantes universitarios, marcó un tránsito generacional y, aunque su tiempo de actividad rondó los trece años, aportó un «legado ético» en el cultivo del idioma gallego, completó Ramón Villares, expresidente del CCG y autor de la obra, como Monteagudo.
El Seminario, detallaron los expertos, nació anexo a la Universidade de Santiago de Compostela, pero no «dependiente» de ella. Abrió sendero académico hacia un nuevo ámbito: los 'estudos galegos', que entendían Galicia como objeto «orgánico» de estudio, a través de una «perspectiva global». Y fue innovador en que, a diferencia de iniciativas similares, como la revista 'Estudios Gallegos', de Aurelio Ribalta, en Madrid, o el Instituto de Estudios Gallegos en La Coruña, el SEG adoptó el gallego como idioma, desde el elevado o culto a los trazos «lusobrasileños».
En él, explicaron los ponentes, se estudiaron filologías, pero también ciencias. Para Villares, el libro «hace justicia» en su estudio al SEG, que «murió tan pronto» y, tras sus trece años, solo le esperó la «no resurrección». Puso en valor también su componente político, el interés de sus integrantes por lo internacional, por «qué hacían» en otros países, en un afán por adquirir una dimensión internacional.
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«Nació con entusiasmo y buenas ideas», añadió el experto, pero, en 1936, lo liquidó «de un sablazo» la guerra civil, propinándole «un corte limpio, o no tan limpio». Con todo, considera que el recuerdo de la institución «resiste la comparativa, que no es frecuente», con las contemporáneas a ella de otras comunidades, como la catalana.
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