La última palabra de los acusados: «Si pudiera darle mi vida a Samuel Luiz, se la daba sin pensarlo»
Los acusados usan su última palabra para pedir perdón a la familia de la víctima, pero insisten en su inocencia
Sus abogados reprochan a la fiscal el tono de su informe final: «Serán culpables, o no, pero no son una manada»
El duro alegato de la fiscal: una «jauría humana», que disfrutó «con su sangre y humillación», lo asesinó
El juicio por el crimen de Samuel Luiz ha bajado este viernes el telón tras una veintena de sesiones. Y los cinco acusados no quisieron desperdiciar el derecho a la última palabra que les concede la ley. Lo hicieron para pedir perdón a la familia de la víctima por un crimen que dicen no haber cometido, y para tratar de camelar a un jurado del que dependen las próximas dos décadas de sus vidas, que podrían pasar entre rejas.
Diego Montaña, seguramente el más cercado por las pruebas de los cinco que se sientan en el banquillo de la Audiencia provincial de La Coruña, dijo estar «muy arrepentido». «Quería volver a pedirle perdón a los padres de Samuel. Si hoy pudiera darle mi vida a Samuel, y que él estuviera aquí, yo se la daba, sin pensarlo», dijo entre lágrimas. Se enfrenta a 25 años de cárcel, porque al delito de asesinato con alevosía y ensañamiento la fiscal suma el agravante de discriminación hacia la orientación sexual de la víctima.
ÚLTIMA PALABRA
«Quería volver a pedir perdón a los padres de Samuel. Si hoy pudiera darle mi vida a Samuel, y que él estuviera aquí, yo se la daba, sin pensarlo»
Diego Montaña
Acorralado por la evidencia, cámaras incluidas, ni el acusado discute que inició la agresión a Samuel, que la madrugada del 3 de julio de 2021 derivó en una paliza grupal que lo mató. Eso sí, circunscribe sus «golpes y puñetazos» a los primeros compases, por eso se declara «inocente» del crimen.
A esa agresión pronto se unió Alejandro Freire, alias 'Llumba', cuando vio que su amigo forcejeaba con alguien a quien no conocía. En su caso se enfrenta a 22 años de cárcel, y tampoco discute la evidencia, confirmada por multitud de testigos, de que fue quien derribó a Samuel, cogiéndole del cuello por detrás. Este viernes se puso ante el micrófono después de Montaña. Y fue, seguramente, el que se mostró más contenido emocionalmente, para decir: «Quiero volver a pedir perdón y mostrar mi arrepentimiento, simplemente eso, muchas gracias». En todo caso, igual que Montaña, sólo reconoce su participación, con ese derribo, en el primer momento de la agresión.
ÚLTIMA PALABRA
«Quiero volver a pedir perdón y mostrar mi arrepentimiento, simplemente eso, muchas gracias»
Alejandro Freire, 'Llumba'
Al linchamiento pronto se sumaron otros. Entre ellos, Kaio Amaral, el acusado para el que mayor pena reclaman, 25 años de cárcel, porque se le atribuye también el robo del móvil de Samuel. Se ha girado en la sala de vistas hacia donde estaba su familia para decirles, también llorando: «Papá, mamá, no le pegué en ningún momento».
Fue Amaral el acusado que hizo una alusión más directa al duro alegato del día anterior de la fiscal, Olga Serrano, que definió al grupo como una jauría que se regocijó el sufrimiento de la víctima: «Ayer aquí dijeron que éramos una manada, que teníamos ganas de sangre, pero no es así. Yo salí de trabajar, con ganas de pasarlo bien un rato, con mis amigos, y todo acabó muy mal. Yo no pegué a Samuel en ningún momento». Se le señala por haber dado al menos una patada a la víctima cuando ya estaba en el suelo. Él niega la mayor.
ÚLTIMA PALABRA
«Ayer aquí dijeron que éramos una manada, que teníamos ganas de sangre, pero no es así. Salí de trabajar con ganas de pasarlo bien un rato con mis amigos y todo acabó muy mal. No pegué a Samuel en ningún momento»
Kaio Amaral
Tampoco perdieron la ocasión de hacer uso su derecho a la última palabra Alejandro Míguez y Catherine Silva, los dos únicos de los cinco procesados que están en libertad preventiva. El primero de ellos aseguró, en una intervención muy estudiada: «Señores y señoras del jurado, sinceramente creo que no me van a creer. Siento profundamente lo que le pasó a Samuel Luiz aquella trágica noche del 3 de julio. Siento mucho lo que está viviendo tanto su familia como sus más allegados. Sólo les pido que hagan justicia, que sean justos conmigo. Soy totalmente inocente de esto. Muchas gracias». Las acusaciones solicitan para Míguez 22 años de prisión por el crimen.
ÚLTIMA PALABRA
«Siento profundamente lo que le pasó a Samuel. Siento mucho lo que está viviendo su familia. Sean justos conmigo, soy inocente»
Alejandro Míguez
Catherine Silva era entonces la novia de Diego Montaña. Ella se enfrenta a 25 años de cárcel, la misma pena que él, porque las acusaciones consideran que compartía la homofobia de su expareja. Pero a ella la señalan no por pegar a Samuel si no, supuestamente, por impedir que una amiga pudiera socorrerlo. Lo negó ante el jurado entre lágrimas: «Yo no hice nada malo, sólo intenté apartar a mi novio, no lo conseguí, no pude hacer nada más. No tengo nada más que decir».
Informes finales
El derecho a la última palabra estuvo precedida por la exposición de los informes finales de sus respectivos abogados. Los letrados intentaron poner pie en pared para defender su inocencia. Y en buena medida, lo hicieron atacando los informes de las acusaciones, a las que reprochan no haber «jugado limpio». Los cinco letrados, como es natural, trataron de debatir las incriminaciones concretas de sus clientes, pero todos coincidieron, de una u otra forma, en recriminar a la fiscal lo que creen excesos literarios para referirse a los acusados.
ÚLTIMA PALABRA
«Yo no hice nada malo, sólo intenté apartar a mi novio, no lo conseguí, no pude hacer nada más. No tengo nada más que decir»
Catherine Silva
El abogado de Llumba, por ejemplo, pidió a los miembros del tribunal ciudadano que marquen distancia «con el tono y el contenido de los alegatos de las acusaciones». «Ustedes tienen que hacer un análisis racional, y no basado en las emociones. Ellos apelaron a las emociones, yo apelo a su inteligencia», les suplicó. El letrado de Míguez también censuró las palabras de la fiscal: «Esto no es una jauría, esto es un proceso judicial y estas son personas». Además, consideró desafortunada la comparación que la fiscal hizo entre los acusados por el crimen de Samuel y una «manada».
Ahondó en ello el abogado que defiende a Amaral: «Algunos serán culpables, o no, ya lo veremos, pero estos chavales no son ni una jauría ni una manada». El abogado de Catherine también se mostró «indignado» por lo que oyó a las acusaciones, y pidió a los jurados que no olviden que los acusados se están «jugando la vida». Finalmente, el letrado de Montaña pidió a los jurados que sean valientes, y, si no están seguros no les condenen. Por mucho que absolver no sea seguir «una versión social o políticamente conveniente».
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