LA CALLE DEL PRINCIPE
Europa, Europa
Somos en este momento histórico la esperanza para que nuestros nietos vivan en un mundo libre
En 1963, Elia Kazan, un cineasta que había sido un chivato en la época de la caza de brujas en Hollywood, realizó una maravillosa película: América, América. Era la historia de su familia, griegos en Anatolia (Turquía), que huyeron a Estados Unidos para ser libres ... y progresar económicamente, cosa que consiguieron y la biografía de Kazan es un ejemplo del sueño americano. Un hombre que también es nieto de inmigrantes, que animó a asaltar el congreso de su país acaba de legitimar a un sátrapa como Putin, que lleva más de 20 años al frente de Rusia y que ya hizo carnicerías en Chechenia, Georgia, y ahora en Ucrania. La democracia liberal, los progres le llamarían burguesa, permite que sus enemigos puedan expresarse y ser votados. Solo les pedimos que deben respetar las formas, que en un estado democrático es lo que son las leyes.
Hoy solo nos queda Europa como reducto del Estado de derecho y Estado de bienestar. Los nuevos emperadores, Trump y Putin, han decidido romper las reglas del derecho internacional y volver a la época del imperialismo, donde lo que impera es la ley del mas fuerte. No pensaba yo que tras el fin de la historia escrito por Fukuyama y la caída del muro de Berlín tendría que recuperar mis hábitos de joven, cuando fui un activista, con mis compañeros y amigos, en defensa de la libertad.
Ucrania, como Palestina, supone la defensa del orden democrático frente a la barbarie del despotismo. Europa hoy es el único ejemplo de sociedad democrática, mejorable sí, pero que ha hecho realidad el sueño americano que nació primero en las colonias de la costa este norteamericana con su declaración de independencia, y se consolido poco después con la declaración de derechos humanos aprobada tras la toma de la bastilla y la instauración de la República francesa. En estos poco mas de dos siglos, la Historia nos ha dado ejemplos de retrocesos en todos los ámbitos. Nada humano es permanente, el sistema político y económico depende de los hombres y mujeres que construimos nuestra propia historia.
¿Trump se atrevería a hacer esto si en Europa estuvieran como líderes Thatcher, Mitterand, Khol, González, Aznar, Blair o Chirac? Mi respuesta es no. Con esto quiero decirles, amigos, que los liderazgos importan, y Europa hoy no tiene líderes de talla, con ideas que puedan movilizar a nuestras sociedades, ensimismadas por los cantos de sirena de los nacional populistas que no dudan en adorar a Trump y Putin, como Abascal. Su adoración a estos sátrapas es una traición palmaria a los agricultores, a los trabajadores del automóvil o la industria del metal que pagaran las consecuencias. Esta es nuestra tarea, hacer mas y mejor Europa, porque somos en este momento histórico, como lo fue Estados Unidos, la esperanza para que nuestros nietos vivan en un mundo libre, regido por la fuerza de la ley y no por la ley de la fuerza. A la calle a defender Europa y el estado social y de derecho frente a los autoritarismos que no respetan a nada ni a nadie.
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