Goretti Sanmartín, del BNG, primera alcaldesa nacionalista de Santiago de Compostela
En su discurso de investidura promete «diálogo» y «cooperación institucional» con la Xunta, pero lo salpica de alusiones a la Repúlica y el franquismo
Santiago, el bipartito del que huye el PSOE
El nacionalismo ha desembarcado este sábado en Santiago de Compostela. Desde este 17 de junio, el BNG suma por primera vez a la alcaldía de Pontevedra la de la capital gallega, con Goretti Sanmartín empuñando el bastón de mando tras ser proclamada a las 10.35. Es, además, la primera mujer en ocupar el cargo, que ha prometido cumplir «con el agradecimiento a las mujeres que abrieron camino y por las que vendrán», así como por «los derechos» de «los vecinos de Santiago» y «el pueblo gallego».
Además de los seis votos favorables de su partido, Goretti Sanmartín ha contado con los dos de Compostela Aberta, que se integra en un gobierno de coalición al que renunció entrar el PSdeG. No obstante, los socialistas le han otorgado sus seis votos. En total, 14 apoyos, mayoría absoluta, aunque el ejecutivo compostelano echará a andar únicamente con unos cimientos débiles, con ocho ediles de un total de 25, en franca minoría.
El PP, pese a ganar el 28M con holgura, y obtener 11 actas, se ve desbancado como en múltiples concellos gallegos por una alianza de la izquierda. El candidato popular, Borja Verea, ha presentado igualmente su candidatura, aún sabedor de que no iba a prosperar.
«Feminista y nacionalista»
En su discurso de investidura, que ha cerrado la sesión constitutiva de la corporación local en el Pazo de Raxoi, Goretti Sanmartín ha prometido «diálogo» y «cooperación institucional», y que hará «todo lo posible» para que ésta sea «fluida y fructífera, en especial con (…) la Xunta de Galicia y la Universidad», así como la «red de entidades que articulan la vida de la ciudad», punto en el que no ha mencionado a la Iglesia, aunque previamente ha hecho una alusión a la catedral.
La nueva alcaldesa de Santiago -vestida íntegramente de color violeta, a juego con el centro floral que ha dispuesto el BNG ante ella mientras pronunciaba su discurso- ha abogado por firmar un Pacto por el Turismo Consciente y otro por la Ciudad Histórica, y ha anunciado el 'Proxecto Compostela, cidade de Rosalía', como plataforma cultural. Y no ha dejado de hacer mención al «honor» que supone para ella ser, «por fin», «la primera mujer alcaldesa de la capital gallega». Será, ha dicho, «una alcaldesa feminista y nacionalista, bien lo saben», pero también, ha apostillado, «que trabajará para todos los vecinos».
Sanmartín ha hecho igualmente guiños en su discurso, que ha durado más de 20 minutos, a las esencias del nacionalismo, rememorando figuras como la de Anxel Casal, alcalde «republicano y nacionalista», ejecutado en 1936 tras la sublevación militar; o José Sánchez-Villamarín, «quien justo hace 150 años declaró desde el Obradoiro la república federal». Del primero, cuyo retrato ha anunciado que presidirá su despacho de la alcaldía, ha afirmado que seguirá su ejemplo para «diseñar una Compostela de vanguardia y futuro que el golpe militar truncó».
En ese tramo de su alocución, ha traído a colación que en la parte trasera del Pazo de Raoxi estaba ubicada una «cárcel franquista», y ha calificado de «obligación moral y política» el «continuar ahora» la «estela» de Casal y «homenajear desde la institución la memoria de tantas personas que fueron represaliadas por luchar por la libertad y la democracia». Una mirada al «pasado», con alusiones a la «República» y a «Franco», en lugar de tender la vista al «futuro», que le reprochó posteriormente el líder del PP santiagués en declaraciones a los medios. Para Verea, una muestra de «sectarismo» de un ejecutivo que, ha añadido, está «instalado en la soberbia» y resulta «inútil», pues «son seis más dos» ediles.
Finalizado un trámite «muy intenso» y «muy emocionante», el de la sesión plenaria, y tras posar ante las cámaras del brazo de su jefa, Ana Pontón, Sanmartín ha anunciado que el reparto de áreas del gobierno santiagués con Compostela Aberta se hará público este domingo.
El BNG mira ya a la Xunta
En una curiosa coincidencia, prácticamente después de concluir el discurso de la regidora han sonado las campanas de la catedral: daban las 11 de la mañana. Al acto han acudido, entre las autoridades, exalcaldes como Xosé Sánchez Bugallo y Martiño Noriega, o el rector de la USC, Antonio López. El Arzobispo de Santiago acudió antes de la sesión a saludar a la futura alcaldesa, quien a media hora de que comenzara se cruzaba con Daniel Lorenzo, director de la Fundación Catedral, y le emplazaba a verse a partir del lunes, en tono cordial. En total, han acudido 200 invitados.
Encabezando la representación del BNG, su líder, Ana Pontón, su diputado en el Congreso en funciones, Néstor Rego, la eurodiputada Ana Miranda, y un histórico como Camilo Nogueira, en un «momento histórico» para ellos, pues quieren ver en la alcaldía de Santiago un trampolín hacia la Xunta. Así lo ha reiterado la propia Pontón ante los medios, al señalar su deseo de que la «emoción» que percibe en la «capital de Galicia», por tener una alcaldesa, sea la misma cuando tenga «una presidenta» de la Xunta. El Bloque, no lo oculta su portavoz nacional, ve en la alcaldía santiaguesa un «símbolo» con resonancias autonómicas. «Tuve que aguantar las lágrimas en varias ocasiones», ha referido sobre la investidura.
Por los pasillos, en un segundo plano, Noriega, no hace tanto alcalde, comentaba que era una «pena» que el PSOE no hubiera entrado en «el gobierno de las tres mujeres», sumando a Mercedes Rosón a Sanmartín y María Rozas (CA); aunque ha querido «darle tiempo al tiempo» y «esperar que esto acabe ocurriendo» y el PSOE deje de lado «posiciones de parte ni tácticas». Pero el grupo socialista, que por el camino ha perdido a figuras como Bugallo y Leiceaga, sumido en una división interna, bastante tiene por hora con recomponer sus fracturas.
Tras concluir el acto protocolario, la nueva alcaldesa, junto a Pontón, ha saludado a los fieles del Bloque en la Plaza del Obradoiro, bajo el sonido de las gaitas y con algunas banderas independentistas entre el atrezo nacionalista. Ahí Sanmartín ha vuelto a pronunciar un discurso más breve, en las mismas claves, para subrayar el carácter histórica de esta jornada para el BNG, que por primera vez controla la capital de Galicia.
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