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El BNG demoniza la fábrica de Altri y la Xunta ve un «interés electoral» tras el cambio de postura

El PSdeG, tibio, desliza que «hay cosas que parecen distintas» a las del proyecto inicial

Altri: ¿maná sostenible en un «desierto industrial» o celulosa encubierta?

Entrada de la finca donde Altri planea instalar su fábrica, en Palas de Rei (Lugo) MIGUEL MUÑIZ

N. V.

SANTIAGO

La planta de Altri en Palas de Rei ha saltado en las últimas semanas a la primera línea del debate político, con la legislatura aún en ciernes. El BNG ha encontrado un nuevo ariete contra la Xunta. Si en la eólica ven un «expolio» y un «boom depredador», en el caso de Gama lo elevan a «bomba ambiental en el corazón de Galicia«. La viceportavoz Olalla Rodil salió hace unos días a cargar contra la »gran mentira« del PP, asegurando que el proyecto »nada tiene que ver con lo que se anunció«; que se trata de »una fábrica de celulosa líquida tres veces más grande que Ence« –aquí aún digieren el revés del Tribunal Supremo-. Rodil acusó a los populares de tender »una alfombra roja a sus empresas amigas para que arrasen con el monte, con el río y con la tierra«.

En el caso del PSdeG, se ven obligados a un cierto equilibrismo. Su portavoz parlamentario, José Ramón Gómez Besteiro, es mucho menos contundente, ya que no hace ni tres meses que el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, reiteraba el «compromiso» absoluto del Ejecutivo central con la planta. «Nosotros defendemos los proyectos industriales con carácter general en Galicia», por la generación de empleo y de riqueza que supone, aseguró Besteiro el viernes. «Pero -matizó- hay cosas que parecen distintas« a lo que se dijo en un principio. »En todo caso«, subrayó, »en lo que hay que centrarse ahora es en el respeto escrupuloso« de la normativa medioambiental.

Para el presidente de la Xunta en funciones, Alfonso Rueda, tanto el BNG como el PSdeG incurren en «demagogia» y «oportunismo» con este tema. Hay un «cambio» de postura de la oposición, criticó, por «interés electoral». El pasado jueves, tras el Consello, mostró su rechazo a «opiniones apriorísticas» que, «por sistema», dicen que no; y que hacen que «se pierdan muchas oportunidades» que luego aprovechan otros territorios. La Xunta, reiteró, «jamás» autorizaría una iniciativa que no cumpla con la normativa.

Desde Palas de Rei, su alcalde, el popular Pablo Taboada, recuerda en conversación con ABC que esta es «la mayor inversión de toda la historia de la provincia de Lugo«. »Está claro que tienen que cumplir con unos criterios ambientales amplios«, enfatiza, algo que no duda que ocurrirá. »La normativa gallega es muy restrictiva« en este aspecto, asegura, y al tratarse de un proyecto que aspira a fondos europeos, tendrá que »cumplir con todos los estándares de calidad y medioambientales que marca Europa«.

«Actitud agresiva»

Taboada también valoró las jornadas informativas llevadas a cabo por Greenfiber en los municipios afectados, suspendidas por la «ausencia de unas condiciones básicas de respeto», denunció la empresa. El motivo: escenas –la última, en Melide– protagonizadas por colectivos que mostraron una «actitud agresiva y en aumento«, denunció la compañía. La número dos del PPdeG, Paula Prado, acusó al BNG de usar sus »satélites« para »boicotear« la planta y »reventar« las charlas.

Tensión en la charla de Greenfiber en Palas de Rei; la empresa ha cancelado estos encuentros por un clima «agresivo» EFE

El alcalde de Palas ve «normal» que pueda haber gente a a que no le gusta« el proyecto. »Lo que hay que hacer es decir por qué no nos gusta«, tercia; »ahora es el momento de ponerlo de manifiesto«, para que »el organismo competente estudie las alegaciones que se hagan y establezca las medidas correctoras que sean necesarias«. »Afortunadamente«, no sería ni la primera ni la última vez, añade; »lo único que pido es respeto para las personas que estén a favor«. Y concluye: »Ojo con lo que estamos haciendo y con las consecuencias, porque llevamos toda la vida demandando industrialización« para la provincia de Lugo. Desde Greenfiber indican que buscarán nuevas opciones para informar a los vecinos.

El proyecto, en todo caso, aún está pendiente de obtener financiación europea. Unos fondos –que está por ver si no trunca su ejecución la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado–, sin los cuales la planta «no es viable» y de los que depende su «éxito», indica su director, Bruno Dapena. Actualmente están «trabajando con todas las administraciones implicadas», aunque reconoce que «no a la velocidad que nosotros quisiéramos».

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