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Besteiro hace tambalearse la posible censura a Jácome en Orense

El líder socialista amenaza a los ediles de Carballiño, pero estos siguen adelante con su pacto con el PP

José Ramón Gómez Besteiro, líder del PSdeG, en una imagen de archivo MIGUEL MUÑIZ
Pablo Pazos

Pablo Pazos

SANTIAGO

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Acción, reacción. El efecto dominó que se barruntaba desde el martes, después de que la dirección gallega del PSOE desautorizase el pacto de la formación en Carballiño con el PP; amplificado este miércoles por las declaraciones de José Ramón Gómez Besteiro, remarcando que ellos no gobiernan con los populares, se tradujo por la tarde en una advertencia firme de los conservadores: el PSOE local de Orense ha de aclarar, «expresamente», si tiene autorización para promover y negociar una moción de censura para desalojar de la Alcaldía a Gonzalo Pérez Jácome. Dicho de otra forma: la postura del PSOE ante el gobierno de Carballiño hace tambalearse el futuro político de Orense ciudad, antes de la nueva reunión convocada para la tarde de este jueves.

El comunicado del PP se difundió poco antes de las 19.00. Unas seis horas antes, el secretario general del PSdeG atendía a los medios, en Santiago, y sentenciaba que hay un «marco» en el partido, una «línea» a partir de la cual «todo el mundo sabe dónde puede moverse y dónde no», que se resume en «No gobernamos con el PP, somos la alternativa al PP». Y que «sobrepasarlo e ignorarlo [ese marco] tiene consecuencias políticas». Las que apuntaba la víspera el comunicado enviado desde O Pino: las «medidas previstas en los estatutos y demás normativa» del PSOE.

Besteiro confirmó que, seguir adelante con el acuerdo con los populares, comporta la «apertura de expedientes informativos». Que son, remarcó, una «indicación de lo que pasa cuando se traspasan determinadas líneas rojas». «Es una cuestión de marcos», enfatizó; y se encargó de señalar, hasta en tres ocasiones, que no se había desautorizado solo a la ejecutiva gallega, además de a la provincial, sino también «a la federal del Estado»; y que, por tanto, la «reacción lógica» de abrir expedientes, paso previo a una expulsión, lleva también la firma de Ferraz.

El político lucense trató de desligar el polvorín inflamado en Carballiño del posible acuerdo en Orense para desbancar a Jácome. «Son absolutamente marcos diferentes», «no tiene nada que ver», esgrimió. En la capital hay un «colapso» y varios partidos implicados, argumentó. Ana Pontón, portavoz nacional del BNG, tachó el pacto en Carballiño de «disparate».

Rueda rechaza vetos

Para los populares, sin embargo, han sido demasiadas líneas rojas en pocos días. Antes de que hablara Besteiro, lo hacía el presidente del PPdeG -además, en la provincia orensana, en Pereiro de Aguiar-. Además de achacar el sainete socialista de Carballiño a «la deriva», con «pérdida de apoyo» y «falta de protagonismo», del PSdeG -«le damos estabilidad a un alcalde socialista y al PSdeG le parece mal, así le va»-, volvía a mostrarse muy disconforme con la forma en que han procedido socialistas y nacionalistas en la ciudad de As Burgas.

«Como máximo responsable del partido en Galicia», afirmaba a preguntas de la prensa, «mi opinión es clara: no podemos admitir este tipo de cordones sanitarios, este tipo de vetos» de «los que siempre pierden las elecciones a los que las ganan». En alusión al hecho, que él mismo recordaba, de que el «cuarto partido en apoyos» el 28M en Orense, el BNG, «diga que el segundo en Orense y primero en Galicia», el PP, «tiene que olvidarse de cualquier posibilidad de gobernar».

Como en días previos, Rueda achacó a mero «postureo», sin «determinación real», la propuesta de acuerdo a tres bandas del PSOE orensano. «A mí no se me ocurre poner este tipo de vetos», rechazó, y volvió a censurar que se les pida colaborar pero no los acepten «ni de broma en el gobierno» local, además de «equipararnos al mismo que quieren sacar», por Jácome.

En esa línea se movió el comunicado vespertino del PP de Orense. Su líder -y presidente de la Diputación provincial-, Luis Menor, reclamó a los socialistas que digan abiertamente si tienen capacidad negociadora, o bien todo obedece a una «engañosa pose». Menor calificó de «pobre argumento» que se pretenda diferenciar la situación de ambos concellos. Y mostró su desconfianza de que los socialistas no urdan una «mascarada», visto además el «espectáculo mediático» generado con la posible moción a Jácome.

Desde el PSOE orensano, en todo caso, consideran que el 28 de mayo ya dijeron que tenían autonomía y luz verde.

«Monaguillos» del PSOE

Mientras, en Carballiño, el pleno extraordinario que Espazo Común esperaba que sirviese para desalojar al regidor, Francisco Fumega, devino en todo lo contrario: la puesta en escena del entendimiento entre los seis ediles del PSOE (alcalde incluido) y los cinco del PP, que conlleva repartirse el bastón de mando los próximos tres años, con el último para los populares, desde el 28 de abril de 2026; y viceversa con la tenencia de alcaldía.

Pachi Vázquez, líder de Espazo Común, se despachó a gusto con los populares, a quienes dijo que se convierten en «monaguillos de Fumega y del PSOE». El exsecretario general del PSdeG insistió en que el pacto obedece, única y exclusivamente, a que «Luis Menor mantenga el puesto en la Diputación»; es «un cambalache», un «dame aquí que te doy allí», acusó. «Luis Menor es quien traiciona a los votantes del PP en Carballiño y os deja a vosotros con el culo al aire», espetó a los populares. «Convierte Carballiño en moneda de cambio», clamó. «Es un pacto exclusivamente de carácter local», terció Menor, «no hay monedas de cambio».

Fumega defendió que se entendió con el PP, «por desbloquear esta situación», porque «era imposible seguir así, sin Orzamentos y sin nada» -en minoría y con la amenaza de una moción de censura de Vázquez apoyada por el PP-. «Tenemos una idea que puede ser buena o equivocada, la vamos a llevar para delante (...). El que no hace nada, no se equivoca», reivindicó el portavoz de los populares, José Rafael Castro-Gil.

Fumega aseguraba el martes que tenía luz verde de la dirección de su partido, que luego lo desacreditó. Aún así, ha seguido adelante con su pacto con el PP. Cuando acabe el mandato, pase lo que pase, estará en edad de jubilarse.

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