Rueda pide «rigor» a la oposición ante los «bulos» sobre Altri: «La discusión ya no puede ser medioambiental»
El presidente gallego compara el discurso actual con el difundido hace un año tras el vertido de pélets: «Pido a la gente que piense en lo que se decía y en lo que finalmente fue»
Los populares denuncian que la oposición «miente» sobre Altri

La ría de Arousa fue este sábado el escenario de otra manifestación en contra del proyecto de fibras textiles a base de pasta soluble celulósica proyectado en Palas de Rei (Lugo) por la pastera lusa Altri. Una concentración que, esta vez, también fue convocada ... para mostrar la oposición de parte de la ciudadanía a la reapertura de la mina de Touro, otro proyecto industrial considerado estratégico por la Xunta que está siendo actualmente evaluado. Un dúo que, para asociaciones como la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa, Mina Touro-O Pino Non, Altri Non o Ulloa Viva, y también para partidos políticos como el BNG y –ahora también– el PSdeG, forman parte de la misma amenaza al estilo de vida de, dicen, miles de gallegos. Al respecto, cuestionado por los medios, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, aseguró que el debate ya no puede centrarse alrededor del impacto ambiental, ahora que tiene el visto bueno de la Administración, y pidió «rigor« a la oposición y que »cesen las coacciones« y los »bulos«. Lo hizo en la rueda de prensa posterior al Consello de Goberno, que este lunes se celebró en Ferrol (La Coruña), el segundo en formato itinerante de esta legislatura.
«Como siempre», el mandatario autonómico quiso empezar por mostrar su «respeto» a todas las personas que se manifiestaron «de buena fe». Aunque, «dicho esto», puntualizó que, toda vez que la Declaración de Impacto Ambiental es favorable, «la discusión ya no puede ser medioambiental«. »Los más de 40 técnicos y más de 30 informes acreditan su viabilidad ambiental y que cumple con la normativa«, y, ahora, »lo que queda saber es si va a tener o no el apoyo de Gobierno«.
«Que cesen las coacciones»
En este contexto, pidió «rigor» a la oposición, que está manteniendo actitudes que recuerdan mucho a lo que ocurrió hace un año con el vertido de pélets: «Pido a la gente que piense en lo que se decía y en lo que finalmente fue», aseveró, recordando cuando los líderes del BNG, PSdeG y Sumar no tardaron en acercarse a las playas para denunciar otro supuesto desastre ecológico de la Xunta del PP, incluso llegando a hablar de «segundo Prestige» –todo a menos de dos meses de las elecciones autonómicas–. «Pido que cesen las coacciones y los bulos. Yo vuelvo a manifestar la garantía absoluta de la Xunta cuando le da la viabilidad ambiental a este o a cualquier otro proyecto», insistió.
También fue cuestionado sobre la doble ofensa que ahora parecen componer Altri y la mina de Touro por sus posibles afecciones al río Ulla. Una unión de conceptos que el presidente consideró que responde al interés de una serie de partidos políticos «que no permiten hacer nada que no les guste a ellos», que son «prácticamente todos» los proyectos. Habló así de Alcoa, que los nacionalistas «defienden» actualmente «con la misma fuerza con la que se oponían» al proyecto en su momento. «Frente a esta creencia de que solo se puede hacer lo que ellos permiten [...] expongo el rigor en la actuación de una Administración responsable que, garantizando [el cuidado] al medio ambiente, va a hacer todo lo posible para que los puestos de trabajo y la riqueza, que se pueden generar en un territorio u otro, se queden en Galicia», zanjó Rueda al respecto.
Valoró, además, la presencia de los socialistas en la concentración, que ya la semana pasada hicieron un llamamiento a su militancia para que participase. Un PSdeG, aseguró Rueda, que «ya dijo de todo», y que ahora insiste en que «no es viable» y que «no merece» los fondos. El secretario xeral, José Ramón Gómez Besteiro, ironizó Rueda, es «todo un representante gallego». «Su única aportación conocida va a ser pedir que no venga dinero para Galicia», añadió. Ya más serio, el presidente de la Xunta dijo «lamentar mucho» la «debilidad» del criterio socialista, contradiciéndose constantemente. «Supongo que alguien le diría que tenía que salir de la ambigüedad«, añadió.
Por su parte, el PSdeG optó este lunes por centrar el discurso en si la planta obtendrá o no financiación y en su viabilidad económica. Este, aseguró el portavoz de la Ejecutiva del PSdeG, Julio Torrado, «es el debate y lo que va a decidir el futuro». Al hilo, celebró que la gestión de los fondos Next Generation no esté descentralizada, porque si el reparto se decidiese «en el despacho de Rueda», la fábrica ya «se estaría construyendo». En todo caso, a pesar de que a su formación no le gusta el proyecto –que se «basó fundamentalmente en una mentira», dijo Torrado–, entiende que la concesión de fondos responde a un concurso reglado con un procedimiento establecido por lo que el Ejecutivo estatal lo tendrá que analizar.
«Soberbia política»
También el BNG valoró este lunes la marcha del sábado, una manifestación que Ana Pontón calificó como «histórica». «Lo que tiene que hacer Rueda es abandonar la soberbia política» y «recapacitar«, dijo, además de »dejar de criminalizar« e »insultar« a las personas que »legítima y democráticamente« mostraron su rechazo a la planta. La Xunta, lamentó Pontón ante las preguntas de los periodistas en un acto en La Coruña, está haciendo lo »contrario« a lo que haría »cualquier gobierno sensato«.
Una «sinrazón» que pone en riesgo «8.000 puestos de trabajo», pero que además, insistió, será «una bomba ambiental en el corazón de Galicia». Un «auténtico despropósito», que va a convertir a la Comunidad en un eucaliptal y que, según aseguró la líder nacionalista, supondrá el regreso del «franquismo industrial de las celulosas«. Durante el Régimen, en 1963 se impuso Ence en la ría de Pontevedra, y ahora, 60 años después, »el PP quiere imponer Altri«, añadió la líder de los nacionalistas gallegos.
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