Cine
Alberto Vázquez, director de cine: «Las guerras dentro de una familia también son muy crueles»
El coruñés viene de estrenar 'Unicorn Wars', que narra la guerra entre ositos amorosos y unicornios
Casi 10 años después, Alberto Vázquez completa el universo que había empezado en 2013 con su corto 'Sangre de unicornio'. Dos Goyas después (tiene tres en su haber) expande la historia hasta el largometraje: 'Unicorn Wars' se estrenó el pasado viernes tras un positivo paso por festivales. Se retratan los peores horrores de la guerra, pero los bandos que se enfrentan, en cambio, son los ositos amorosos y los unicornios. Es una «mezcla entre 'Apocalypse Now', 'Bambi' y la Biblia», cuenta su director a ABC. Desde una idea tan disparatada, Vázquez construye una película muy dura llena de contrastes: hay risa, luz y color, pero también sangre y oscuridad.
—En un plano visual, 'Unicorn Wars' rompe un poco con sus anteriores trabajos.
—A nivel técnico hicimos muy buen trabajo con un presupuesto muy limitado. La dirección de arte mira hacia las películas clásicas de Disney, y el uso del color es narrativo: el color cuenta, va con la historia. Cuando están en el campamento todo es rosa, pero a medida que llegan al bosque y la historia se pone más terrorífica todo se vuelve más frío. En la batalla final es todo más expresionista. Vengo del mundo de la ilustración, quería darle esta lógica al mundo animado.
—¿Qué buscaba con el contraste entre la historia, tan oscura, y esa imagen, tan colorida?
—Buscaba hacer un ejercicio de contrastes. Ya desde la sinopsis: una guerra entre ositos y unicornios que se carga a estos iconos universales de la infancia. Es un trabajo muy iconoclasta, y estos animales pertenecen a todas las culturas. Trabaja con elementos propios del cuento para pervertirlos y tratar sobre todo problemáticas actuales.
—Sabemos que narra la historia de una guerra entre ositos y unicornios, pero ¿qué quería contar realmente?
—El origen común de todas las guerras. Es mucho más peligrosa una guerra en la que hay una ideología o una religión detrás. Pero la verdadera historia es la guerra interna entre dos hermanos por el amor de su familia. Me parecía interesante mezclar una guerra interna y una externa. Las guerras que hay en una familia o las que tenemos nosotros mismos también son muy crueles. También quería hablar de temas universales: ecología, el origen del mal, los conflictos familiares, la violencia, fanatismos… Temas que siguen estando tristemente de actualidad.
—La crítica ha hablado de muchas referencias a las grandes películas bélicas. ¿Es verdad que hay elementos de 'La chaqueta metálica o 'Senderos de gloria'?
—Para mí todas las guerras son iguales. Pero sí que es verdad que tiré de esta imaginería típica de Vietnam, una guerra que está perfectamente documentada, hay mucho material . Quería hacer un Vietnam imaginario que fuera tomando su camino y su personalidad.
—¿Cómo se hace una película tan seria de una idea, a priori, tan absurda?
—Comienzas con un chiste. La película empieza con un tono de humor, y se va generando un drama que llega casi hasta el terror. La idea era impactar con una sinopsis que parece simpática. La gente piensa que va a ser una obra de humor irreverente, pero cuando la ve en el cine la película es muy triste. Queríamos jugar con el humor para llegar a otros lugares, es un contraste de tono constante. Impacta en el espectador: al principio la gente se ríe, pero a la mitad ya no hay ninguna risa.
—Parece algo difícil y arriesgado.
—Completamente. En este sentido, un aplauso a mis productores por apostar por mí.
—Ha gustado ahí por donde ha pasado. ¿Qué sensaciones tiene hasta ahora?
—Sensación muy positiva. Está donde tiene que estar, recibiendo muy buenas críticas. Saldrá en Francia, EEUU, Japón… Muy contento porque es una película compleja, que sale de la norma, incluso del cine de animación. Es provocadora y diferente, y que tenga tanta visibilidad es una satisfacción.
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