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Los líderes de Resistencia Galega recibieron doctrina militar sobre el uso de explosivos

Los fallos en los últimos atentados contra sedes políticas se deben a la inexperiencia de los jóvenes independentistas que los colocan. Los explosivos están ocultos en zulos lusos

Los líderes de Resistencia Galega recibieron doctrina militar sobre el uso de explosivos abc

P. ABET/ E. PÉREZ

Los últimos atentados perpetrados por la banda independentista Resistencia Galega han dejado al descubierto las carencias de una organización compuesta por una veintena de grupúsculos repartidos por toda la geografía gallega. Sus acciones, más intensas en los últimos cuatro años, nunca se han saldado con daños personales pero el Instituto Armado no baja la guardia. Y es que según ha podido saber ABC, algunos miembros de esta organización han recibido doctrina militar sobre el uso de explosivos. «Está comprobada la colaboración de gente de Jarrai, el movimiento juvenil más agresivo de ETA, y gente pro Palestina que les daban cursillos en la zona de Monforte y Cangas do Morrazo», explica un agente de la Guardia Civil experto en terrorismo.

Sin embargo, los errores y los fallos que marcaron las últimas apariciones de RG en Galicia — caso de la olla explosiva de Meis que no llegó a estallar porque el temporizador estaba mal colocado o del reciente atentado en Ribadumia— hacen pensar a los investigadores en dos grupos bien definidos dentro de la propia organización.

Manuales en red

Uno, el menos numeroso, agrupa a aquellas personas que han recibido formación sobre cómo crear estos artefactos. Del otro, compuesto por jóvenes independentistas y con poca formación, salen las personas que se dedican a colocar los cócteles ya hechos. «La realidad es que este tipo de artefactos no son nada fáciles de hacer porque se usan botellas muy ligeras que te pueden reventar en las manos. Es cierto que en internet hay manuales para montarlos pero no es tan sencillo y hay que recibir una cierta doctrina», apuntan a este medio fuentes de la Benemérita. «El problema —continúan— es que la gente que los tiene que colocar no ha recibido ningún tipo de formación, y por eso se están produciendo tantos fallos».

El material utilizado en los últimos atentados procede de Portugal, el país en el que permanecen refugiados algunos de los líderes de la banda. Desde allí exportan a Galicia el conocido como «explosivo pobre», sustancias no degradantes que son utilizadas en labores agrícolas o pesqueras y menos potentes que el amonal que, por ejemplo, usa ETA. Aunque su peligrosidad no deja lugar a dudas. «Los explosivos siempre son peligrosos porque se trata de materiales irregulares, que no se pueden controlar y menos en manos de personas con poca experiencia», advierten los expertos. «Un explosivo preparado para detonar a las nueve de la mañana en plena calle puede acabar con la vida de cualquiera que pase por allí aunque solo haga estallar un cristal de un escaparate, una llanta de un vehículo o una papelera».

Zonas neurálgicas

Pese a que el material que Resistencia galega utiliza en sus ataques se encuentra en zulos ubicados en Portugal, la organización cuenta con un tejido que tiene su centro neurálgico en la capital gallega y en sus alrededores, «sobre todo en Milladoiro, Teo y Ames», reconocen fuentes internas. En el sur, la banda suele actuar desde Pontevedra, una provincia donde se localizan los últimos dos atentados perpretados supuestamente por RG, contra sedes del PP en Meis y Ribadumia. Antes le tocó el turno a la sede popular de Órdenes (La Coruña), a la del PSOE en Negreira o a la también socialista del municipio de Carral.

Unos objetivos difusos que dan cuenta de las «carencias ideológicas» de la banda, en opinión de los investigadores. De ahí a que ataquen sedes ubicadas en pequeños municipios y poco transitadas o cajeros automáticos. «Ahora mismo parece que van contra del PP porque es el partido que está en el Gobierno, pero también han puesto artefactos en locales socialistas e incluso del BNG. No son terroristas al uso», apuntan.

La Guardia Civil cuenta con un plan de servicios a través del que controlan todas las sedes de Galicia; la Policía Nacional, por su parte, patrulla a menudo los locales políticos más importantes. Asimismo, cuentan con la colaboración de la policía de Portugal, un país en el que «el explosivo abunda, lo que les da capacidad operativa para cometer atentados de mayor calado», sostienen el experto en terrorismo.

El último informe de la Europol —Agencia Europea de Policía— atribuye al entorno de los independentistas gallegos hasta doce atentados, cuatro de los cuales liga con certeza al movimiento de Resistencia Galega.

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