El estudio de los incendios en la Cámara provoca la tensión entre la oposición

En Marea y PSdeG discrepan con el BNG sobre las vías para fiscalizar la gestión de la Xunta tras el desastre. Leiceaga acusa a Pontón de escudarse en la «propaganda» y de romper el consenso trazado desde hace semanas

Los portavoces de los grupos de la oposición en el Parlamento MUÑIZ

MARIO NESPEREIRA

Los tres partidos de la oposición en el Parlamento autonómico pasaron en pocas semanas de la colaboración a la desconfianza. Tanto En Marea, como el PSdeG y el BNG están por la labor de crear una comisión de estudio que analice la gestión de la Xunta en la ola de incendios y promueva un pacto de país para mejorar la ordenación forestal. Pero las vías para conseguirlo los distancian en dos bloques. Mientras los socialistas y los rupturistas apostaron por registrar la iniciativa en la Mesa del Parlamento, los nacionalistas optaron por guardar distancias y seguir su propia estrategia. El grupo liderado por Ana Pontón tomará la delantera y defenderá en solitario la medida, acaparando para sí buena parte del foco de atención.

La junta de portavoces convocada ayer en O Hórreo evidenció todas las suspicacias. El más nítido en sus críticas fue Xoaquín Fernández Leiceaga, que acusó al Bloque de sacrificar la unidad forjada en las últimas semanas a cambio de decantarse por una «vía muerta» que no dará como resultado la constitución de la comisión. El portavoz parlamentario del PSdeG informó que durante el último pleno las tres formaciones se habían reunido y habían coincidido en la «necesidad de colaborar» para hacer frente al relato oficial de la Xunta. Para Leiceaga, el BNG es el que se desmarca ahora. «Hay un grupo que quiere ir por libre, nosotros lo aceptamos pero no se puede solicitar a los demás que tengamos una actitud de plena colaboración», subrayó el dirigente, que no dudó en acusar a los nacionalistas de aproximarse más a la «propaganda» que al consenso real.

El líder de En Marea, Luís Villares, detalló igualmente los señales de unidad que se produjeron tras los incendios. Suyas fueron las llamadas a Leiceaga y Pontón durante el «domingo negro» , en las que se puso de manifiesto la intención de cerrar «acuerdos mínimos» para conjugar una «acción parlamentaria conjunta». Pero lo que hasta entonces parecía encarrilado se torció, según Villares, «al actuar el BNG de modo unilateral».

Los rupturistas aseguran que para crear la comisión el suyo y el de los socialistas es «el trámite más eficaz», pero se muestran reacios a confrontar directamente con el Bloque. «Nosotros renunciamos hace tiempo al partidismo a favor de la política con mayúsculas . La política de ordenación tiene que ser una política a veinte, treinta o cuarenta años. No hacemos cálculos electorales con esto», reflexionó ante los medios el magistrado en excedencia.

A pesar de las críticas, el BNG se reivindica como el primero que puso encima de la mesa la necesidad de convocar una comisión como la celebrada en la última ola de 2006, cuando el bipartito impidió que se llevara a cabo una investigación en el Parlamento. «Nosotros tenemos todo el empeño en trabajar coordinadamente con otros grupos, pero hoy tuve la sensación de que hay otros grupos que no tienen interés en generar ese marco de colaboración» , cargó Pontón, en referencia velada a los socialistas. La líder del frente no dudó en recriminar a Gonzalo Caballero, el recién elegido secretario general, que su «carta de presentación» fuera precisamente un desacuerdo con el BNG, aunque abogó por otorgarle un margen de tiempo «para que muestre su línea de trabajo».

Comparecencia de Feijóo

La oposición está a expensas de que el PP se pronuncie sobre su apoyo a la comisión. De no hacerlo, los tres grupos están dispuestos a ir un paso más allá y reclamar la constitución de una comisión de investigación, a la que tienen derecho después de la última reforma del reglamento. Sin embargo no es la opción preferente, puesto que la comisión de estudio permite mucha más agilidad en los plazos y la convocatoria de expertos en la materia.

Los populares no se cierran en banda a participar, pero no adoptarán niguna decisión hasta que se produzca la comparecencia del presidente de la Xunta, prevista para el próximo 7 de noviembre en pleno ordinario . «Nos parece un poco extraño que ahora que comparece el presidente se registre otra petición», se limitó a decir el portavoz del PP en la Cámara, Pedro Puy. Después de que Feijóo dé explicaciones, dijo, «será el momento de plantear otras cuestiones»

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