PC-21 Pilatus
Los futuros pilotos del Ejército del Aire comienzan el curso con un nuevo avión de entrenamiento
Un total de 54 alumnos de la Academia General de San Javier comienzan a formarse con una flota de 24 aviones fabricados en Suiza
![Uno de los Pilatus PC-21 sobrevuela la Academia General del Ejército del Aire de San Javier, en Murcia](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/09/08/pilatus-RKnUDWg5yHBktiyAtyjxmXI-1240x768@abc.jpg)
Nuevo curso, nuevo avión. Desde hace cuatro días un total de 54 alumnos de cuarto curso de la Academia General del Ejército del Aire -51 hombres y tres mujeres- entrenan con las nuevas aeronaves PC-21 Pilatus (Eco 27), que sustituyen a la flota de los CASA C-101 (Eco 25), que en 42 años de servicio han dedicado más de 285.000 horas de vuelo a la formación de más de 1.750 pilotos del Ejército del Aire, además de a pilotos de otros ejércitos y de la Armada.
Compradas por el Ministerio de Defensa a la empresa suiza Pilatus por un total de 205 millones de euros, estas 24 aeronaves recogen el testigo de los C-101 para modernizar la formación de los jóvenes pilotos. Lo harán gracias al «Sistema Integrado de Entrenamiento» basado en la aeronave Pilatus PC-21 -que incluye un equipo de simuladores y sistemas de apoyo logístico-, con el que los jóvenes pilotos de la escuela de San Javier (Murcia) tendrán una instrucción mucho más completa y digital, y lo harán además de forma más eficiente, con un menor consumo energético y emisiones de CO2.
«La enseñanza va a mejorar con este nuevo avión. Vamos a acercar a nuestros futuros pilotos oficiales a unos sistemas de armas punteros en tecnología», explica a ABC el comandante Hugo Astudillo, jefe de la Escuela Básica. «Ahora los alumnos parten de cero y somos los instructores de vuelo los que tenemos que hacer que el aprendizaje sea progresivo para que salgan con las competencias que queremos», añade, al tiempo que apunta que los instructores en este curso ascienden a 33.
La media de los pilotos que se formarán con este nuevo avión es de 22 años, unos alumnos muy jóvenes que «pasan antes unos filtros» psicológicos previos a volar. «Lo que siempre les digo es que, ya que ellos son los que han elegido estar aquí, y que nosotros estamos aquí para apoyarles y sacar todo su potencial», declara Astudillo.
—¿Y cómo se gestiona la adrenalina en los pilotos más jóvenes?
—Con entrenamiento. La adrenalina puede ser buena en ciertos momentos, o muy mala en otros. Nosotros estamos pendientes de eso porque ya somos conocedores de esas situaciones y de como las interpreta el alumno y le afectan durante la instrucción.
—Sobre todo por la euforia que provoca la adrenalina
—Efectivamente. Hay que controlarlo. Está clarísimo que nos ceñimos a unas normas que están escritas y que no nos podemos salir de ahí. Esto se les hace conocer nada más llegar a la academia. Son chicos muy jóvenes y hacen entrenamientos con armamento y cualquier cosa que hacen requiere mucha responsabilidad, tanto porque manejan un sistema de armas muy caro y porque su vida puede estar en peligro si no hacen un buen uso de él.
El manejo del sistema de armas, sin embargo, no se aprende en esta escuela básica de San Javier, donde los pilotos solo reciben una pequeña formación introductoria en este sentido. Será en la Base Aérea de Talavera, después de cuatro años de formación en Murcia, cuando aprenderán a utilizar el sistema de armas de los aviones del Ejército del Aire y del Espacio.
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