El frontón de campaña de Peláez y Apaolaza (VI): un elefante blanco en mi televisión
Sexta entrega del diario de comentarios enfrentados de los columnistas de ABC José F. Peláez y Chapu Apaolaza sobre la campaña vasca
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POR JOSÉ F. PELAEZ
Un debate sorprendente
Unos veían al Madrid con su cervecita y otros la última temporada de 'The Chosen' bajo la manta. Pero yo no, Chapu. Mientras España descansaba, yo me entregaba al visionado del primer debate de la campaña vasca. «Lo mejor de tu 'prime time', me ... lo he llevado yo», dirán desde el ente público, si un tiempo fuerte, ya desmoronado. Yo oía gritar 'goool' y 'uuuy', pero lo oía superpuesto a las palabras de los candidatos y parecía un montaje. A veces mi vecino protestaba una decisión del árbitro, pero a mí me pillaba con Fortes en pantalla y parecía que las críticas fueran para él. Así que tengo ahora un lío. Para empezar, Pradales, Otxandiano y Miren Gorrotxategi mandaron a los suplentes, así que yo ya no sabía ni quién era quién. Hasta el punto de que tuve que esperar al final de una bronca para enterarme de que la estaban protagonizando el PSE y el PNV. Ambos partidos comparten trinchera, lado malo del muro y carantoñas privadas. Pero en público ambos acusaban al otro… ¡de querer pactar con Bildu!
Manda narices con los socios. Los recogedores de nueces, los blanqueadores de etarras, los de la moción en Pamplona afeándose los unos a los otros la cercanía a Bildu, a los que Andueza llegó a pedir que condenasen el terrorismo antes que a las derechas. De verdad que casi me atraganto. El PNV respondió a Andueza lo que todos sabemos: que el PSOE pactará con Bildu si Sánchez lo necesita. Y yo me pregunto: si Bildu es un partido tan demócrata y progresista, ¿por qué les dará vergüenza pactar con ellos?
POR CHAPU APAOLAZA
La capucha en la habitación
¿Sabes, Peláez, cuando no se quiere hablar de algo a propósito pero existe y todos saben que existe porque es evidente su presencia y se dice coloquialmente que hay un elefante la habitación? Pues en esta habitación hay una capucha, un zulo y un 'ongi etorri' con bengalas y acordeones. En el debate en el que nadie habla de ella en una elipsis que va lejísimos, un discurso que, a fuerza de evitar la mención a la historia, herencia y justificación del terrorismo, se aleja y se aleja, y circunnavega la Tierra como la gabarra con la que el Athetic va a celebrar la Copa del Rey, que dicen va llegar hasta las islas Molucas.
En la habitación hay 800 muertos que se asoman por detrás de los candidatos como si fueran fantasmas y hacen como que no están. Solo se alude a ellos de una manera tan accesoria y eufemística cuando Andueza y el suplente del PNV –un joven atlético como un centrocampista de la Real– se mentan el pasado de Bildu y no es solo que exista la posibilidad de que pacten con la izquierda 'abertzale', es que ya lo han hecho ambos y lo volverán a hacer. Los partidos en Euskadi se han puesto pragmáticos y quieren hablar de propuestas y sale menos ETA en el debate de las vascas que en el de las gallegas. A punto estuvo de funcionar esto de hablar «de lo que importa a los ciudadanos», pero se descubrió la trampa de la cotidianeidad cuando López de Uralde se presentó con una chapa de Palestina en la solapa, dispuesto a recordar los muertos de Jabaliya mientras hay que olvidar a los que mató ETA en Donosti.
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