Francisco Cardona: «La cúpula de Vox ha optado por la táctica del avestruz»

—¿Por qué ha dejado el partido?

—Me he tenido que ir del partido porque éste no me ha respaldado. Yo he sido escrupulosamente leal a las instrucciones de Vox nacional, que eran unas instrucciones de intención de voto que estaban de acuerdo con el acuerdo de investidura que teníamos con el PP.

—¿Se irá al PP?

—Mi salida de Vox no obedece a ningún plan. No tengo ningún acuerdo con el PP o con nadie. Yo me he ido simplemente porque entiendo que he sido leal y se me ha pagado con deslealtad.

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Mayte Amorós

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—¿Es un tránsfuga?

—Yo considero que la autenticidad de Vox está representada por mí y no por los demás. Quien defiende el verdadero programa de Vox y el acuerdo que tiene con el PP es un servidor.

—Tras su marcha, ¿el sector rebelde está unido?

—En absoluto. Ahora les ha unido un tema puntual pero ya se verá en el futuro. No cumplir acuerdos y buscar quebrar el equilibrio nunca se premia.

—¿La libre elección de lengua ha sido una excusa para promover esta rebelión?

—El lunes, un día antes de presentar la Proposición No de Ley (PNL), me hacen una encerrona para que yo diga lo que pienso sobre la libre elección de lengua y el techo de gasto. Yo digo que hay que cumplir con el acuerdo con el PP. Esa PNL de Manuela Cañadas, por cierto, está escrita con unas faltas de ortografía, de sintaxis y de tipografía que son absolutamente inaceptables.

—¿Qué pasa?

—Ellos proponen cambiar el relato sobre la marcha, o sea: 'vamos a exigir al PP que esto lo queremos ya'. Mi respuesta es que yo eso lo quiero tanto como ellos pero que lo tenemos pautado a lo largo de toda la legislatura. Si boicotean el techo de gasto del Gobierno balear, boicotean la libre elección de lengua y las nuevas políticas que pensábamos hacer, y lo único que consiguen es consagrar las políticas de la señora [Francina] Armengol.

—¿Por qué esas contradicciones?

—Creo que hay mucha ignorancia y falta de preparación académica. Prefiero pensar que hay ignorancia y no maldad. Yo tenía esperanzas de poder hacer algo positivo y constructivo y veo que es muy difícil con esta gente que te cambia el relato. Estamos al albur de cómo se levanten hoy. Que nadie piense que el motivo es que yo estuviera en contra. Pero las cosas se tienen que hacer con cabeza. El fracaso del trilingüismo con José Ramón Bauzá fue querer hacerlo de hoy para mañana y fue un fracaso. Él quería copiar el modelo de Esperanza Aguirre, que lo hizo en 20 años, y él quería hacerlo el último año de legislatura.

—¿Decir que se puede implantar la libre elección de lengua en dos cursos es populista?

—Lo ideal sería en dos legislaturas porque las cosas se tienen que hacer progresivamente y con partidas presupuestarias anuales. La ideología de Vox con la libre elección de lengua es muy positiva pero se tiene que hacer con cabeza.

—¿Ha recibido alguna llamada destacable en los últimos días?

—Después de los desencuentros, yo no he recibido llamadas, ni de Madrid ni de Baleares. Me abandonan totalmente. Yo estaba con Gabriel Le Senne solo, y los demás eran más.

—¿Quién era el cabecilla de la rebelión?

—Había un portavoz, Idoia Ribas.

—¿Qué ordena Madrid cuando se presenta la PNL?

—Pide que se retire la PNL para la próxima semana con unas enmiendas del PP. El PP se compromete a hacer unas declaraciones públicas para decir que la va a aprobar con esas enmiendas, porque así está en el acuerdo. A cambio, le apoyábamos el techo de gasto. Ahí hay un cerramiento en banda de la mayoría del grupo Vox Baleares y yo me muestro partidario de cumplir las instrucciones que nos da Vox nacional, a través de la coordinadora de grupo, que también ha sido cesada. Una estructura así no puede funcionar así donde el que gana es el que hace el órdago porque ahora uno se pregunta: ¿y el próximo cuándo va a ser?

—Esto crea un mal precedente para Vox

—Efectivamente, no sólo en Baleares sino en toda la estructura nacional. Si en Baleares hacen un pulso a Vox nacional y lo ganan, a lo mejor los de Extremadura, Murcia o Asturias también lo hacen.

—¿Le llamó la atención que Jorge Campos saliera a la palestra apoyando al sector rebelde?

—Hay varias intervenciones de Jorge Campos que llaman la atención. Una de ellas son estas declaraciones rápidamente, que van acompañadas de la petición de convocar la comisión de seguimiento del pacto PP y Vox. Si Jorge Campos no es del comité ejecutivo del partido, ni diputando del parlamento autonómico ni miembro de la comisión de seguimiento, ¿a qué viene esa declaración? Al final me estás poniendo blanco y en botella quién está manejando esto.

—¿Campos tiene peso en Madrid?

El peso de Jorge Campos en Madrid puede ser en estos momentos el peso de una sardina en el océano. No tiene ninguno, si no habría sido nombrado portavoz o portavoz adjunto o hubiera tenido relevancia en el grupo parlamentario. Al no tener ninguna, su influencia es nula. Quizás esto sea un intento de volver a Baleares pero no lo sé. Estamos en el terreno de las hipótesis.

—Vox Baleares pide que entregue el acta.

—Yo cumplo con la legalidad, si alguien cree que no es así, que me demande.

—Madrid ordenó hablar con los rebeldes en el pleno y el presidente del parlamento forzó un receso. ¿Qué pasó en ese receso?

—La coordinadora de grupo nos pide a Ribas y a mí que intentemos reconducir la situación. Nos ponemos todos [en la videoconferencia] y nos trasladan la voluntad de Vox nacional: cumplid con el acuerdo, retirad la PNL, presentad otra y aprobad el techo de gasto. Se dan media vuelta y se van.

—¿Qué habla con la presidenta Marga Prohens?

—Le digo que estoy haciendo lo posible para que se cumpla el acuerdo pero finalmente la mayoría decide que no. Yo voto en contra también para no escenificar una ruptura interna dentro del grupo. Luego me voy a mi casa para no participar porque no puedo participar de una insubordinación.

—Al día siguiente Ribas le destituye como portavoz adjunto.

—Con unas explicaciones rocambolescas. Dicen que soy de Menorca y que requiere una presencia diaria. Yo soy diputado por Menorca pero vivo en Palma y estoy empadronado en Palma, con lo cual no tiene ningún sentido la excusa. Le voy a decir más: yo he renunciado a las dietas del Parlamento y a los viajes a los que los diputados de islas menores tenemos derecho. Tampoco me avengo, como me sugirió alguien en su día: 'empadrónate en Menorca y así lo cobras todo'. No, esto sería una trampa. Yo no he venido a la política a hacer trampas sino a servir a los ciudadanos y a intentar mejorar las cosas.

—¿Se quejó a Madrid de que le quitaran la portavocía?

—Ellos no se ponen en contacto conmigo, soy yo el que fuerzo tener esas conversaciones y me dicen que lo van a resolver. Pasan los días y no resuelven. Luego lo que me proponen es un cambalache y no estoy para cambalaches. Básicamente me dicen que me calle y me ofrecen ser secretario del consejo de dirección del grupo parlamentario. Imagínese la ilusión que me hacía a mí.

—¿Madrid planteó en algún momento expulsar a los diputados rebeldes de Baleares?

—Sí, se planteó la expulsión directamente de los diputados que habían incumplido la intención de voto que había dicho Madrid. Me dice que está pilotando la crisis, que tenga confianza, que esto se va a resolver muy pronto. Ahora me doy cuenta de que me estaban mintiendo.

—¿Por qué Garriga no viene a Palma?

—A mí la sensación que me da la cúpula del partido a nivel nacional es que ha optado por la táctica del avestruz: poner la cabeza debajo del ala y que salga el sol por Antequera.

—En el pleno de este martes lo arrumban a una silla en el extremo.

—Las ofensas de esta gente no me inquietan ni me inmutan. Lo que fue bochornoso es que yo tuve dos intervenciones para inteligentes y no las pillaron y encima me aplaudieron.

—El miércoles se reúnen Ribas, Cañadas y Buades con Ignacio Garriga y la dirección nacional acaba respaldándoles.

—Eso parece, yo no sé nada. A mí no me convoca nadie. Por cierto, luego sale Garriga diciendo que no hay crisis, como el famoso LP de Crisis what crisis? de Supertramp. Ahí uno se da cuenta de que está en el lugar equivocado y me voy.

—¿Cuál ha sido el momento más duro?

—Saber que me estaban engañando.

—¿Madrid no le ha creído o les convenía quedarse con el grupo mayoritario?

—Sí me han creído lo que ha pasado es que eran impotentes para doblegar y simplemente optaron por sacrificar al minoritario. Yo he creído en este proyecto y me ha decepcionado enormemente.