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Fraga: «Con la palabra nación no se puede jugar»

El senador habla con ABC sobre el el contenido de la polémica sentencia sobre el «Estatut». Sostiene que «pese a todas las presiones, es una buena sentencia»

Fraga: «Con la palabra nación no se puede jugar» FOTO: ERNESTO AGUDO / VÍDEO: RAÚL BARBAS

GUILLERMO D. OLMO

Manuel Fraga Iribarne, senador, 87 años, «a punto de cumplir 88», apunta él, amigo de la concisión y la exactitud. Ahora, anciano, le falla la voz, pero no el intelecto. Ya no dice las cosas con el ímpetu de antaño, pero sí con la misma claridad. Nunca fue don Manuel de esos que se pierden en circunloquios y se ocultan en medias verdades. Ha sido y es un hombre transparente. Prefiere el camino recto al sinuoso. Lo que piensa, lo dice. Y punto. Sus detractores quizá encuentren reproches que hacerle a este pedazo vivo de la historia de España, pero seguro que no podrán echarle en cara no decir las cosas claras.

«¿Cómo está usted, don Manuel». «Pues mayor, estoy mayor». «Trataré de ceñirme en la medida de lo posible al cuestionario que le remití». «En la medida de lo posible no, lo hará usted absolutamente. O de lo contrario se marcha usted y la próxima vez que venga otro». Estilo Fraga en estado puro. Genio y figura. La voz quebrada pero el mismo mensaje nítido de siempre. Así nos recibe Fraga en su despacho del Senado . Con la misma severidad con la que exige ajustarse a las preguntas acordadas, reclama respeto para la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña : «Ya hay sentencia y ahora hay que cumplirla».

«Cataluña no es una nación, es una Comunidad Autónoma dentro del Reino de España»

Como uno de los ponentes de la Constitución de 1978, la del senador del Partido Popular es una voz autorizada al respecto. Fraga, pese a toda la controversia que lo ha rodeado, valora positivamente el fallo del Constitucional. Al contrario que otros ponentes de la Constitución, Fraga cree que «a pesar de todas las presiones que se han producido, al final ha habido una buena sentencia».

Discrepancias con otros ponentes

«Superaremos la crisis; ya salimos de otras peores»

El Estatuto de Cataluña y el recurso sin ventilar presentado por el Partido Popular han sometido a una enorme tensión el entramado institcucional emanado de la Constitución de 1978. Para Fraga, esto es un dislate. «Lo que no se puede decir es que una decisión no la puede revisar el Tribunal Constitucional por el hecho de que haya sido aprobada en una votación popular, ¿para qué está entonces el Constitucional?», se pregunta el histórico político gallego.

«Montilla no es catalán, es andaluz, y está siempre improvisando»

Tan controvertida es esta materia, que incluso entre los ponentes de la Carta Magna hay discrepancias en torno a la constitucionalidad del texto catalán. Miquel Roca , representante del nacionalismo catalán en la Comisión que redactó el texto de 1978, señaló hace pocos días que «si se hubiera querido» el Estatuto ahora recortado podría haber sido considerado ampliamente constitucional. También Miguel Herrero de Miñón se ha mostrado convencido de que el «Estatut» cabe en la Constitución. A don Manuel, pase lo que pase, no le mueven de su sitio. «Cada uno puede decir lo que quiera, pero la Constitución dice lo que dice y hay que cumplirla». Donde otros ven dobleces y matices, el que fuera uno de los más activos protagonistas del tramo final del Franquismo y de la Transición a la democracia, ve certezas. «Definitivamente, Cataluña no es una nación, es una Comunidad Autónoma dentro del Reino de España». Y advierte: «Con la palabra nación no se puede jugar».

«Están intentando imponernos un modelo de estado federal, pero no lo van a conseguir»

En realidad, lo que intuye el senador, es una operación encaminada a imponer un modelo de estado que traicionaría el espíritu constitucional y subvertiría el modelo autonómico consagrado en la Constitución. «Están intentando imponernos un estado federal. No es eso lo que planteamos en 1978 y no lo van a conseguir». Cuando le preguntan por el papel que está jugando el «president» Montilla en todo asunto, Fraga reprime una mueca de desprecio: «Montilla no es catalán, es andaluz, y lo que está haciendo es improvisar todos los días». Respecto a si la sentencia supone definitivamente el final del contencioso histórico del encaje catalán en el rompecabezas español, Fraga es escéptico. «No creo que vaya a ser así, aunque debería».

Lo que sí ve con mayor optimismo este inveterado animal político es el porvenir económico del país. «La crisis que vivimos es tremenda, pero la superaremos. Ya salimos de otras peores». Son muchas las décadas que lleva viendo a los españoles escapando de diferentes atolladeros. Sigue creyendo en ellos.

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