La figura de Jorge Buxadé cobra peso en Vox en plenas negociaciones territoriales con el PP
El vicepresidente del partido gana protagonismo y sus tesis se imponen
María Guardiola refuerza su ofrecimiento: «La voluntad de llegar a un acuerdo nunca ha desistido»
![Buxadé saluda a simpatizantes la noche electoral del 28M](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/06/27/1467071728-RbVj9hWTZdUKverxq1UkR0H-1200x840@abc.jpg)
La aspirante del PP a presidir la Junta de Extremadura, María Guardiola, bautizó a Jorge Buxadé, uno de los tres vicepresidentes de Vox, como el «capataz del señor feudal». El «señor feudal», como ella misma admitió en ABC, no es ... otro que Santiago Abascal. La presencia de Buxadé en Mérida el día que se constituyó la Asamblea extremeña generó malestar en filas populares y, desde ellas, se le llegó a acusar de deshacer el supuesto acercamiento entre los dos partidos de la derecha a nivel regional. Quizá sin saberlo, la dirigente del PP concedió al eurodiputado los galones que se está ganando desde hace tiempo en su formación.
Buxadé lleva años siendo el rostro de Vox en Europa y el portavoz político del partido, con sus acostumbradas comparecencias semanales los lunes, tras las reuniones del Comité de Acción Política. Pero desde la salida de Javier Ortega Smith de la Secretaría General del partido, tras su pulso con Macarena Olona -que terminó con ella fuera de la formación, pero con voces internas denunciando un creciente malestar con él-, Buxadé cobró más relevancia si cabe. Y estos días se ve.
Fue él quien acudió a Extremadura cuando las cosas se complicaban y quien dejó claro, antes y después de la constitución de la Mesa de la Asamblea extremeña, con cuyo control se hizo la izquierda, que el Gobierno de Guardiola será con Vox o no será.
Un claro ejemplo de la influencia de Buxadé, de marcado carácter conservador, es el contenido del acuerdo programático que alcanzaron el PP y Vox en la Comunidad Valenciana. Muchas de las cláusulas incluidas en el pacto beben directamente de las reivindicaciones que suele hacer cada lunes el vicepresidente de Vox desde la sede nacional del partido, en la madrileña calle de Bambú. Libertad de los padres para autorizar el contenido de las extracurriculares que reciben sus hijos, «violencia intrafamiliar» en vez de violencia de género, políticas contra los okupas, contra la «inmigración ilegal»... De los temas en los que habitualmente se centra Buxadé, apenas están ausentes las «imposiciones de la Agenda 2030», aunque 'se compensa' con ninguna mención expresa al combate del cambio climático.
Intervencionismo en energía
Vox, y Buxadé en particular con especial vehemencia, se opone a la actual ley para hacer frente al cambio climático y rechaza la prohibición de explorar y extraer nuevos hidrocarburos en España. Peyorativamente, el partido derechista se ha referido a esa norma en incontables ocasiones como «la ley del suicidio climático».
El año pasado, en unos meses de gran incertidumbre por la inflación que provocó el aumento del precio de la energía, Buxadé logró imponer su planteamiento y Vox abogó por exigir un cambio en el sistema de fijación de precios de la electricidad para establecer un máximo. Una política que recordó a la postura de Unidas Podemos en esas fechas y que, en cualquier caso, apostaba por un cierto intervencionismo en el mercado frente a un alma más neoliberal en Vox, en la que se sitúan personas también de gran relevancia, como Iván Espinosa de los Monteros.
Gran parte de los postulados de Vox, repetidos por Buxadé cada lunes, están incluidos en el pacto valenciano con el PP
Orgánicamente, Buxadé comparte escalafón, como vicepresidente, con Javier Ortega Smith y con Reyes Romero. Pero es indudable que el peso político y mediático del primero se ha impuesto sobre los otros dos. Abascal situó como secretario general, tras el relevo de su amigo Ortega Smith, a Ignacio Garriga, muy de la cuerda de Buxadé. Este último solo cede el testigo a Abascal y a Garriga, de vez en cuando, en las comparecencias de los lunes, pero en el resto de ocasiones es él quien monopoliza la voz de Vox, ya sin Patricia Rueda acompañándolo.
En la campaña del 28M, Buxadé fue uno de los miembros nacionales que tuvo caravana propia, además de Abascal, Garriga y Espinosa de los Monteros. No fue el caso de Ortega Smith, centrado en Madrid, donde fue candidato al Ayuntamiento, a pesar de que cuatro años atrás, cuando todavía era secretario general, sí asumió un rol nacional. Durante meses se especuló con el salto de Buxadé al Congreso, pero él lo desmintió una y otra vez. Por ahora, su influencia, creciente, seguirá ejerciéndose en paralelo desde Bruselas y desde Madrid. Una bilocación que no le ha impedido medrar.
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