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Lambán rectifica sus críticas a Sánchez tras la llamada de Ferraz

El presidente de Aragón, quien mantiene que su posición en 2014 sobre el líder del PSOE es conocida, reconoce que sus palabras fueron «desafortunadas»

Lambán hubiera preferido a otro líder del PSOE, pero dice que no es «desleal» a Sánchez

El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, responde a las preguntas de los periodistas a su llegada al pleno de las Cortes de Aragón EFE
Víctor Ruiz de Almirón

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El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha tratado de justificar este jueves sus palabras de ayer, en las que reconoció que según su criterio al PSOE y a España le habría ido mejor con otro líder, y dijo que estaban muy motivadas por la presencia en el coloquio del expresidente de Asturias Javier Fernández, figura a la que «le profeso cariño, admiración intelectual, moral y política». Lambán recibió en la tarde del miércoles la llamada del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Una llamada en la que el presidente reconoció que pronunciar esas palabras fue «un error inmenso».

Aunque Lambán no ha dicho nada que no pueda decirse que no piense, el presidente aragonés está arrepentido y en su equipo creen que todo está aclarado. «Quería destacar su relación con Javier Fernández pero no era la voluntad establecer comparaciones y además de hechos de hace ocho años», se excusan. En Ferraz han valorado la rápida rectificación y no han hecho sangre. Pero en los cuadros intermedios hay malestar con Lambán. También en el partido en Aragón.

Lo cierto es que la desconfianza de Lambán hacia Pedro Sánchez es una cuestión más de hemeroteca que de pura actualidad. Es en el pasado donde se encuentran las principales discrepancias. Ahora, como todos, Lambán se ha adaptado al nuevo ecosistema del PSOE y convive con su antiguo enemigo con cierta normalidad. Si bien es cierto que es junto a Emiliano García-Page el principal exponente de crítica interna. Tras el golpe de mano de octubre de 2016 en el que se apartó a Sánchez del poder, Lambán le pidió que se retirase y le instó a «no estorbar ni interferir». Llegó incluso a apelar a su dignidad para «no insultarse a sí mismo» con sus amagos de volver a la política.

Lambán ha insistido precisamente en eso, en que su argumentación hacía referencia a 2014, cuando deja la secretaría general Alfredo Pérez Rubalcaba «y se empiezan a postular distintos compañeros, como Eduardo Madina, Pedro Sánchez y Susana Díaz». El presidente de Aragón considera que «el candidato idóneo» para ocupar la Secretaría General era justamente Javier Fernández. «Se lo dije además, le insistí y él me dijo que no por razones de salud y por otros motivos bajo ningún concepto iba a asumir esa responsabilidad con lo cual ahí terminó el episodio correspondiente».

De hecho, tras la renuncia del asturiano Lambán pidió públicamente a Susana Díaz que se presentase. Lambán ha querido dejar claro que aunque ese pensamiento es evidente, así como su enfrentamiento con Sánchez en 2016, pero que esas palabras «fueron manifiestamente inoportunas, desafortunadas, porque daban lugar a interpretaciones que en modo ninguno tenían que ver con lo que yo quería decir al respecto». En la tarde del miércoles Lambán ya puso un mensaje en redes sociales rectificando. Este jueves ha abundado no obstante en que «es inoportuno lo que hice ayer, aunque sin pretenderlo, al hablar de unos momentos que fueron muy complicados para la historia del PSOE».

Lambán ha recordado que en el reciente comité regional ya manifestó cuáles son sus discrepancias con las políticas del Gobierno, «que ustedes las conocen perfectamente», pero a la vez ha defendido que «la colaboración que se está produciendo en el Gobierno de España y el Gobierno de Aragón es muy alta». Lambán viene a cuestionarse así mismo por criterios de oportunidad. No porque no piense lo que dijo. Cosa que es pública y notoria. Además ha reivindicado que su obligación es «decir la verdad a los aragoneses», pero también «colaborar intensamente con el Gobierno y ser leal a mi partido». Y en este sentido ha querido «dejar absolutamente claro a los militantes que no hay absolutamente ninguna quiebra de confianza». Eso sí, ha advertido que él pone «ante cualquier otra consideración mi condición de presidente de Aragón» pero que a la vez es «leal» al Gobierno de España porque «está siendo bueno para Aragón y desde luego vamos a seguir colaborando con él».

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